14.2.1. La segunda Republica: La constitución de 1931 y el Bienio Reformista
La proclamación de la Republica desde el balcón del Ministerio de la Gobernación en Madrid, la noche del 14 de abril de 1931, fue una auténtica fiesta popular. Amplios sectores de la población española celebraban un cambio político que venía acompañado de ilusión y de esperanzas. Se había constituido un Gobierno provisional, presidido por Alcalá Zamora e integrado por representantes de un amplio espectro político: desde la derecha republicana hasta los socialistas, pasando por republicanos de izquierdas y autonomistas gallegos.
Desde el principio de su andadura, la República tuvo que enfrentarse a todo tipo de problemas, provenientes tanto de sus enemigos declarados -la iglesia la derecha monárquica- como de sus potenciales partidarios -catalanistas y clases populares-.
El mismo día que se proclamaba la República en Madrid, el 14 de abril, Francesc Macià, líder de Ezquerra Republicana de Cataluña proclamaba también en Barcelona la República catalana independiente, que formaría parte de una futura Confederación de Pueblos Ibéricos. Esto implicaba una desautorización al nuevo Gobierno provisional. Sin embargo, el final del conflicto fue rápido: Macià puso fin a su República ante el compromiso del gobierno de buscar una solución inmediata para la autonomía de Cataluña.
De todos era conocida la manifiesta simpatía del clero español hacia la monarquía del tipo conservador que tan bien había personificado Alfonso XIII. En correspondencia con lo anterior los republicanos habían ido afianzándose, en general, en posiciones abiertamente anticlerical, lo que impedía a muchos de ellos profesar de modo sincero al catolicismo.
La primera desavenencia de importancia con la Republica estuvo protagonizada nada menos que por la máxima autoridad de la Iglesia española, el cardenal Seguro, quien en su desafortunada pastoral del 1 de mayo atacaba a la Republica y exaltaba la figura de Alfonso XIII. Días después, el ministro de Gobernación solicitaba al obispo de Vitoria que abandonase España.
Este incidente desató una cadena de acontecimientos que escaparon a todo control: enfrentamientos verbales entre los monárquicos del interior del piso, ataques durante los tres días siguientes a edificios religiosos de Madrid y otras ciudades, actos de pillaje, quema de conventos, etc.
El Gobierno no tuvo ninguna responsabilidad de los hechos, pero tampoco puso mucho empeño en impedirlos, para no granjearse desde el principio la enemistad de ciertos sectores de la población cuyo anticlericalismo violento era la explosión visceral de una rabia, largo tiempo contenida, contra una iglesia a la que consideraban demasiado vinculada a ricos poderosos.
Las primeras elecciones republicanas fueron las más democráticas de las celebradas hasta entonces en la historia de España. Según la nueva ley electoral, formaban parte del censo todos los varones mayores de 23 años. El partido obtuvo mas escaños fue el PSOE seguido del Partido Radical de Lerroux.
La composición de las Cortes explica el carácter democrático avanzado de esta constitución, cuyos principales contenidos eran los siguientes:
? Se definía a España como una republica democrática de trabajadores.
? La declaración de derechos ciudadanos era amplísima.
? El estado era único.
La propiedad privada subordinada a los intereses de la economía nacional.
? Las cortes adquiría un gran poder tanto legislativo como control sobre el gobierno; incluía a las mujeres.
? En materia religiosa, el Estado se declaraba laico, se permitía la libertad de conciencia y la práctica de cualquier religión.
? La cultura aparecía como una función primordial de Estado obligando a extenderla a toda la población.
Finalmente la Constitución fue aprobada en Cortes el día 9 de diciembre de 1931. Días después se formó el primer Gobierno constitucional, presidido por Manuel Azaña integrado principalmente por republicanos de izquierdas y socialistas. En un gesto conciliador, se cedió la presidencia de la República al conservador Alcalá Zamora.
Entre las medidas legales que la República adoptó hacia la Iglesia destacan las siguientes:
? Extinción del presupuesto de clero y culto, separación entre Iglesia y Estado.
? Disolución de la Compañía de Jesús y la confiscación de sus bienes inmuebles.
? Prohibición a las órdenes religiosas de ejercer la enseñanza
? El reconocimiento del matrimonio civil y del divorcio.
En el ámbito de la educación se basó principalmente en la enseñanza primaria, como básica y fundamental para sacar al país de su atraso tradicional. El objetivo final era acabar con la hegemonía de la Iglesia en la enseñanza y establecer una educación primaria gratuita, laica y obligatoria. El principal problema era la inexistencia de una infraestructura suficiente: faltaban casi tantas escuelas como las que había, al igual que con los maestros. También se ofreció la libertad religiosa en la escuela, tanto para alumnos como para maestros.
El estatuto de Cataluña solo se formalizó durante este bienio.
El estatuto que finalmente aprobó el Parlamento español recortaba y modificaba en parte el proyecto catalán, pero en líneas generales fue bien aceptado:
? Gobierno autónomo -Generalitat- compuesto de tres órganos: Parlamento, Consejo Ejecutivo y un presidente.
? Sus competencias se limitaban a cultura, obras públicas y orden público.
En las tres primeras elecciones triunfó Ezquerra Republicana, con Macià de presidente.
En cuanto al País Vasco, elaboraron un estatuto rechazado por la mayoría.
El ejercito planteaba a la República uno de los problemas más delicados, se convirtió en un asunto prioritario. Manuel Azaña, que asumió el Ministerio de la Guerra, se propuso alcanzar dos objetivos: ganarse la fidelidad del Ejército para la República y aumentar su eficacia, adoptando una serie de medidas:
? Se colocó al frente de las principales capitanías generales a militares de confianza política.
? Un decreto que permitía a todos los oficiales pasarse voluntariamente a la reserva sin disminución de sueldo. Se pretendía alejar de las armas a un número importante de militares monárquicos y reducir el número de oficiales del ejército.
Se creó la Guardia de Asalto como cuerpo adicto a la República y encargado del orden público.
La reforma agraria era el proyecto económico y social de mayor magnitud que debía acometer la República: España seguía siendo un país agrario; La estructura latifundista al sur del Tajo colocaba a amplios sectores sociales en una dramática situación de miseria y paro.
Se adoptaron medidas urgentes contra esta situación:
? Se prohibía a los propietarios de tierras que las tuvieran en arrendamiento.
? Se extendía también a los jornaleros agrícolas la jornada de ocho horas.
? Se obligaba a contratar jornaleros del término municipal.
? Se cultivaba según costumbres.
Se aprobó esta ley de Reforma Agraria en septiembre de 1932, aunque supuso una fracaso absoluto para los campesinos y para su ampliación de creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA), encargado de confeccionar un inventario de las tierras expropiables.
A finales de 1933 las tierras expropiadas y repartidas eran muy pocas, lo que decepcionó las aspiraciones populares. Impulsados por el movimiento anarquista recurrieron en muchos casos a la habitual práctica de la ocupación de tierras ilegales.
Tanto la oposición conservadora como la radicalización popular contribuyeron a obstaculizar la labor del Gobierno. Los anarquistas declararon a la Republica enemiga de la clase obrera. En 1927 se creo la Federación Anarquista Ibérica (FAI).
En el interior del ejército existía una gran división entre partidarios y enemigos de la República. Las conspiraciones militares fueron continuas, la más grave la sublevación del general Sanjurjo, Sevilla de 1932, condenado a prisión perpetua.
Los partidos de derechas se podían clasificar en dos grupos:
? Posibilista, buscando el poder por las urnas. Su partido mas importante era la Confederación Española de Derechas Autónoma.
? Monarquita y antirrepublicana, cambio mediante una conspiración militar. Representado por el Partido Carlista y Renovación Española, este ultimo fundado por Calvo Sotelo.
Por último estaba la extrema derecha con la Falange Española, fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera (hijo).