Felices Años 20
Crecimiento Económico
El fin de la Primera Guerra Mundial dio paso a un periodo de reconstrucción, que abrió un decenio de crecimiento y dinamismo económico. Los años 20 acentuaron el declive británico, cuya economía se basaba sobre todo en sectores industriales antiguos, como el textil y el siderúrgico. La guerra había propiciado un espectacular desarrollo de la economía, convirtiendo a EE. UU. en la primera potencia mundial.
La Industria, Motor del Desarrollo
El crecimiento económico se produjo en los nuevos sectores industriales, que se convirtieron en el motor de la expansión. El dinamismo más espectacular se dio en la industria del automóvil. Otros sectores industriales destacados fueron la industria eléctrica, la producción química y la industria aeronáutica. Aunque el carbón seguía siendo la primera fuente de energía, su producción creció poco debido a las nuevas fuentes de energía. Entre 1913 y 1929, la producción de petróleo se cuadruplicó y la de electricidad se triplicó.
Intensificación de la Producción
La transformación más importante fue el aumento de la productividad industrial, como consecuencia de la aplicación de nuevas formas de organización del trabajo. Esto se conoce como taylorismo, basado en las cadenas de producción y en su automatización máxima. Este sistema provocó un gran incremento de la productividad.
Las Causas de la Crisis
Crecimiento Económico Desequilibrado
La Primera Guerra Mundial provocó el alza de los precios de los productos agrarios. Sin embargo, la crisis de 1920-1921 marcó el comienzo de un periodo de descenso de los precios y de las rentas agrarias. El mal momento del campo se acentuó por las medidas que adoptaron los propios campesinos, lo que aumentó la producción y los rendimientos. Esto supuso una mayor oferta de productos en el mercado y, como consecuencia, una continua disminución de los precios. Otro desencadenante de la crisis fue la clara diferencia del rendimiento entre los sectores industriales clásicos y los nuevos.
Dificultades del Sistema Monetario Internacional
Los problemas monetarios y financieros se pusieron de manifiesto por la inflación. Acabada la guerra, el proceso inflacionario continuó a causa de la necesidad de reconstruir los países y de atender los gastos sociales que precisaban las numerosas víctimas. Los países europeos pidieron créditos a EE. UU., que se convirtió en el acreedor internacional más importante. El dólar permaneció como moneda convertible en oro y de cambio fijo, convirtiéndose en la divisa internacional. Las restantes monedas entraron en un proceso de depreciación.
La Crisis de 1929
El Crash de la Bolsa de Nueva York
Bancos, empresarios y muchos particulares invertían de forma creciente en una actividad que parecía ofrecer beneficios seguros. La fácil obtención de créditos para comprar acciones en la bolsa aumentó aún más la especulación. Desde 1925, los valores de las materias primas bajaban, las dificultades en Reino Unido eran evidentes y habían arrastrado al sistema monetario internacional a una situación confusa. La producción industrial alemana estaba estancada desde 1927. Se puso a la venta muchas acciones, lo que se tradujo en una caída de los precios (jueves negro). El detonante inmediato de la crisis de 1929 fue el crash de la bolsa de Nueva York. El pánico, que se apoderó de los inversores y que los lanzó a la venta masiva de valores, hizo fracasar los intentos de algunos bancos para frenar la caída de las cotizaciones por medio de la compra de acciones.
Consecuencias de la Crisis: La Gran Depresión
El Hundimiento de los Sectores Económicos
La depresión de 1929 fue una crisis general que creó una coyuntura sin precedentes. El sector industrial fue el más afectado por la crisis. La producción industrial en el mundo descendió casi un 40%. Los sectores más afectados fueron el siderúrgico y el de fabricación de bienes de consumo. En el sector agrario, la crisis se manifestó no tanto por la caída de la producción como por el total hundimiento de los precios y el descenso de la demanda.
Las Primeras Medidas Frente a la Crisis
Los Estados recurrieron al proteccionismo; todos los países aumentaban los aranceles. Esto limitó el comercio mundial, lo que profundizó y alargó la depresión. A partir de 1931, se fueron creando zonas monetarias separadas, lo que acentuó la inestabilidad de los cambios y propició guerras monetarias.
Búsqueda de Soluciones
Las Soluciones Clásicas de las Crisis
La evolución de la economía capitalista no había sido nunca uniforme. Los ciclos económicos de expansión y depresión se conocían desde los siglos XIX y eran aceptados como una condición propia del sistema. Para los economistas liberales, las crisis eran desajustes pasajeros de la economía. El sistema parecía disponer de mecanismos correctores que garantizaban la superación de las crisis. Otra de las formas del liberalismo clásico era el papel secundario del Estado en la actividad económica. La política estatal ante la crisis era la deflación (fomentar la reducción salarial, equilibrar el presupuesto del Estado y defender el valor de la moneda).
El New Deal
El presidente Roosevelt propició la política del «New Deal». Esto supuso vulnerar aspectos fundamentales del capitalismo clásico. El mayor éxito de Roosevelt fue devolver a su pueblo la confianza en la recuperación, por medio de medidas novedosas. Estas medidas de carácter económico y social pretendían relanzar la producción, reanimando la demanda. Las actuaciones monetarias, como la suspensión de la convertibilidad del dólar o la devaluación de esta moneda en un 41%, buscaron propiciar una inflación controlada que estimulase el consumo. El New Deal impuso una legislación encaminada a eliminar las instituciones más injustas. Se creó el primer sistema federal de seguro de paro y de pensiones, se estableció el salario mínimo y el horario máximo de trabajo. Los sindicatos se convirtieron en interlocutores de los empresarios.