La desamortización eclesiastica de Mendizabal

Análisis y valoración de las medidas desamortizadoras y cambios agrícolas.

1.- Introducción

2.- Etapas de la desamortización:

A) Las primeras “tímidas” medidas desamortizadoras (1793-1833)

B) La desamortización de Mendizábal y la crítica de Flórez Estrada (1836)

C) La parálisis desamortizadora. La década moderada (1844-1854)

D) La desamortización de Pascual Madoz (1855)

3.- Las consecuencias de la desamortización: a) Económicas

B) Sociales

C) Políticas

D) Patrimonio cultural y artístico

1.– Introducción

Durante el Antiguo Régimen la mayor parte de la tierra eran tierras amortizadas (no se podían comprar ni vender). Si se vinculaban a una familia noble se llamaban Mayorazgos (el primogénito los heredaba); si eran de la Iglesia se llamaban “tierras de manos muertas” (la recibían de los difuntos) y si eran de los Ayuntamientos eran tierras comunales. Los propietarios no se preocupaban de sacar la máxima productividad a la tierra.

Su productividad era muy baja debido al atraso técnico y a la protección a la ganadería trashumante por parte de los reyes absolutos. Se trataba de una agricultura de subsistencia basada en los cereales.

Algunos ilustrados fisiócratas intentaron modernizar nuestra agricultura pero chocaron con el régimen señorial feudal. A principios del siglo XIX, se inicia en España una reforma agraria liberal en la que se pretende pasar las tierras amortizadas a propiedad privada. Se hará mediante tres vías de acción: 1. Disolver el régimen señorial-feudal, 2. Desvincular los mayorazgos y 3. Desamortización civil y eclesiástica (para más tarde subastarlas a particulares).


2.- Etapas de la desamortización

La desamortización es un proceso complejo y largo (todo el s.XIX), cuyo principal beneficiado es el Estado. Podemos distinguir unas etapas o fases:

A)1ª Etapa (1766-1798). Comprende la venta de los bienes de los jesuitas y la denominada desamortización de Manuel Godoy.

2ª Etapa (1808-1823): José I (1809) confisca los bienes de la Inquisición y de un número importante de monasterios y conventos. Las Cortes de Cádiz dieron validez a estas medidas; pero con Fernando VII se volvieron a suprimir todas las medidas desamortizadoras.

El Trienio Liberal (1820-1823) supuso la prohibición de nuevas amortizaciones y la supresión de los monasterios y conventos de las órdenes militares.

Junto a ésta se dio la disolución del régimen señorial (Cortes de Cádiz 1813), hasta la vuelta del rey absoluto.

B) 3ª Etapa (1835-1836): La desamortización eclesiástica de Mendizábal. Juan Álvarez Mendizábal, ministro de Hacienda y presidente del gobierno durante un breve período, era un liberal progresista gaditano y un firme partidario de solucionar la deuda pública y ganar la guerra contra los carlistas (I guerra carlista) mediante la desamortización eclesiástica.

Antes habían aparecido dos decretos reales que abolían la Compañía de Jesús y la Inquisición y confiscaban sus bienes, además se suprimían los conventos y monasterios con menos de 12 profesos.

En su primer decreto (octubre 1835) Mendizábal suprimía las órdenes religiosas y se confiscarían sus bienes, salvo aquellas que se dedicaban al beneficio público. En el decreto de febrero 1836, se dice que se venderían estos bienes en subasta pública al mejor postor. Esto se completa con el decreto de julio 1837 que suprimía el diezmo y extendía la desamortización al clero secular.

Las intenciones de Mendizábal fueron recaudar dinero para el Estado que acabara con la guerra carlista y con gran parte de la enorme deuda pública. No intentaba realizar una reforma agraria.


Formas de pago. Con el fin de obtener pronto el dinero, la venta sería pública partiendo de una tasación oficial. Se podía pagar de dos formas: con dinero metálico o con papel de deuda pública. Inicialmente, todo el mundo debía pagar el 20% en metálico y el resto se pagaba a plazos según el sistema elegido. Esta forma de pago en papel de deuda fue un buen negocio para sus poseedores ya que se habían devaluado.

Los resultados no fueron tan buenos como se esperaban, debido a la devaluación del papel de deuda pública; se obtuvieron 3500 millones de reales.

Las principales fincas se localizaban en Sevilla y Madrid, y Córdoba, Toledo, Salamanca, Valencia y Zaragoza.

Los efectos de la desamortización de Mendizábal en la propiedad de la tierra: fueron la nueva burguesía agraria quienes adquirieron las tierras junto a la antigua nobleza formando la nueva aristocracia isabelina. Hubo un número importante de pequeños propietarios, pero finalmente terminaron vendiendo sus tierras a los grandes propietarios. Germán Rueda divide España en dos conjuntos regionales:

En la zona Sur, la desamortización mantendrá o incluso acentuará el latifundismo; en algunas regiones se puede hablar de proletarización del campesinado por el aumento del número de jornaleros sin protección legal. Esto produce un estancamiento, pues los campesinos proletarizados permanecen en el campo como mano de obra barata.

En la zona Norte, la desamortización potenciará las pequeñas y medianas propiedades.

La desamortización eclesiástica no significó una reforma agraria que fuera más favorable a los campesinos pobres. Eso provocó por parte de Álvarez Flórez estrada (diputado liberal progresista) un ataque en las Cortes y en la prensa al proyecto de Mendizábal. Para Flórez, la desamortización debía conseguir un cambio en la estructura de la propiedad, y para ello había que entregar las tierras desamortizadas en arrendamientos enfitéuticos a los mismos arrendatarios que la estaban trabajando para


la Iglesia. Sin ser un revolucionario radical, Flórez se daba cuenta de que la situación del pequeño campesino iba a empeorar. En efecto, los nuevos propietarios endurecieron de tal manera las condiciones de arrendamiento de la tierra que el número de colonos descendió notablemente. Así pues, esto degeneraría en poco tiempo en protestas y violencia en el campo andaluz y en caldo de cultivo para la revuelta social.

Desde el punto de vista económico, la producción agrícola no aumentó sensiblemente. Se pusieron en cultivos nuevas tierras que antes se destinaban a pastos. Sin embargo, la extensión de los cultivos se hizo sobre tierras marginales.

Por otra parte, tampoco se produjo una inversión por parte de los nuevos propietarios en una mejora técnica de las nuevas explotaciones que aumentara los rendimientos. No quedaron muchos capitales para emplear en la renovación agrícola.

Efectos económicos de la desamortización: la relación entre este fenómeno y el de la industrialización española.

C) Durante la década moderada (1844-1854) la desamortización sufrió un frenazo. El gobierno firmó un Concordato en 1851 por el cual se devolvía a la Iglesia los bienes que no se vendieron y se les compensaba con una ayuda económica anual para mantenimiento del clero.

D) 4ª Etapa (1855-1924): La desamortización general de Pascual Madoz. La toma del poder por los liberales significa la continuación de la desamortización. El ministro de Hacienda Pascual Madoz es quien la completará mediante una ley en mayo 1855.

La ley ponía de nuevo en venta los bienes del clero regular y secular que hubiesen quedado sin vender; en las desamortizaciones anteriores; pero también afectaba a los bienes del estado; implica la liquidación definitiva de la propiedad amortizada en España. Por ello, el valor de los bienes subastados supera en casi el doble al de la desamortización de Mendizábal.


La importancia de la ley de Madoz era que afectaba a los bienes municipales que ocupaban importantes superficies. Los bienes municipales podían ser: los propios que eran tierras cultivables que se destinaban en arriendo a los vecinos o forasteros y cuyas rentas servían para sufragar los gastos de los Ayuntamientos; y los comunales o baldíos que eran tierras de pastos que alimentaban al ganado de todos los vecinos y de donde se extraían maderas y leñas para sus necesidades. En algunos casos también se trataba de fincas urbanas.

La finalidad de la ley era fundamentalmente la de obtener medios económicos para el Estado. Tampoco aparece una preocupación porque los campesinos pobres puedan acceder a la tierra. Se utilizó el procedimiento de la subasta pública.

Se cambió la forma de pago: sólo se podía pagar en metálico con una entrada del 10% y el resto en un plazo de 15 años. El dinero obtenido fue dedicado a la industrialización del país. Aunque pertenecía a los Ayuntamientos, fue “custodiado” por el Estado utilizándolos para el bien común.

La continuación de la desamortización eclesiástica llevó a la reina Isabel II a sancionar la ley con gran disgusto y que el Papa rompiera relaciones diplomáticas con España.

3.- Consecuencias de la desamortización:

a) Económicas. El aumento de la superficie cultivada y de la producción agrícola; la deforestación y reducción de los pastos provocando una crisis ganadera; el aumento del latifundismo andaluz y castellano; y malos resultados financieros por la devaluación del papel de deuda.

b) Sociales. No se intentó una auténtica reforma agraria (repartir la tierra entre los jornaleros). Esta frustración jornalera provocaría futuras agitaciones campesinas generando la cuestión social en el campo. Apareció una nueva burguesía terrateniente. Los ayuntamientos se empobrecieron y empeoraron las condiciones de vida de los pobres. Se produjo un cierto éxodo rural hacia las ciudades industrializadas y a ultramar (América).

c) Políticas. Se creó una burguesía terrateniente partidaria del liberalismo; pero también un grupo tradicionalista (carlistas) afín a la Iglesia.

d) Patrimonio cultural y artístico. La pérdida y expolio (robo) de una gran parte del patrimonio artístico y cultural español.

En conclusión, la desamortización contribuyó al cambio hacia una sociedad burguesa y significó el traspaso de una enorme cantidad de tierras a los nuevos propietarios, fusión de la antigua nobleza feudal con la burguesía urbana, que constituyeron la nueva clase dirigente terrateniente.

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