La Sublevación
Tras el triunfo del Frente Popular, algunos generales iniciaron los preparativos para un golpe de estado. El general Mola procuró atraerse a sectores políticos de la derecha y contactó con otros generales como Goded, Franco y Sanjurjo. Este golpe se vio acelerado tras el asesinato de Sotelo. La sublevación se inició en Melilla el 17 de julio. El jefe de gobierno, Casares Quiroga, o bien por considerar que la sublevación era limitada o por miedo de que la entrega de armas trajera consigo la revolución social, se negó a entregarlas. Ante los acontecimientos posteriores, Casares dimitió. Azaña quiso parar la guerra formando gobierno con Martínez Barrio, político centrista, pero esta proposición fue rechazada tanto por sublevados como por organizaciones obreras. El gobierno Giral, inició el reparto de armas a los civiles.
La rebelión triunfó por Castilla la Vieja, Galicia, Aragón y Navarra, parte de la provincia de Cádiz, Canarias, Baleares y por algunos sitios importantes dentro del territorio de la República: Sevilla, Córdoba, Granada, Oviedo… La actuación de las organizaciones obreras armadas fue decisiva para el fracaso de la rebelión en el resto del país y sobre todo en las dos ciudades claves del estado: Madrid y Barcelona. En otros lugares de España los sublevados quedaron aislados.
La sublevación había triunfado en media España y fracasado en la otra mitad:
- La zona leal a la República: Se mantuvo fiel a la República todo el norte peninsular. La fachada cantábrica y la mitad de la zona pirenaica le aseguraban buenas comunicaciones con el resto de Europa. Toda la fachada mediterránea hasta Gibraltar le daban la mejor agricultura del país. La República contaba con la mitad de los efectivos del ejército de tierra aunque sin oficiales. Este ejército era poco operativo ante la falta de mandos. La República estaba en posesión del tesoro del Banco de España.
- El bando sublevado: Contaba con el ejército de África, el mejor, aunque con un inconveniente, su traslado a la península a través del estrecho, sin barcos para su transporte.
Esa carencia impedía su traslado. Para la alimentación de la población civil contaba con las zonas trigueras de Castilla la Vieja y las ganaderas de Galicia. El balance inicial de las fuerzas en conflicto era muy favorable a la República, sin embargo, circunstancias internas con cada uno de los bandos, y la dimensión internacional de la guerra, terminaron decidiendo el resultado de esta.
El Desarrollo Militar de la Guerra
1. Guerra de columnas (julio-diciembre de 1936)
El objetivo principal de los sublevados era la toma de Madrid. Pequeñas columnas avanzaban a pie o en avance rápido mediante camiones. Este rápido avance fue facilitado gracias a un verdadero ejército regular en la zona republicana. Desde Cataluña los anarquistas de Durruti iniciaron una ofensiva en la zona de Aragón. El bando rebelde hizo recaer el avance hacia Madrid sobre las fuerzas del ejército del sur. El inconveniente era la necesidad de trasladar el ejército desde África, por ello Franco gestionó la ayuda de barcos y aviones. Una vez conseguido, se inició la marcha hacia Madrid. Franco tomó una decisión decisiva para el resto de la guerra: liberar Toledo, donde resistía un grupo de sublevados. Una vez liberado Toledo se reinició el ataque a Madrid. El gobierno republicano se trasladó a Valencia. La llegada de las Brigadas Internacionales permitió que el eslogan de Pasionaria de «No pasarán» se convirtiera en realidad.
2. Inicio de las grandes batallas (enero-noviembre 1937)
La guerra creció debido a la ayuda exterior a ambos bandos y a la organización de ejércitos totalmente operativos. Así se pasó a las grandes ofensivas y contraofensivas. La guerra adquirió entonces un carácter moderno, que anunciaba lo que iba a ser la II Guerra Mundial: la aviación comenzó a ser el arma fundamental y los carros de combate tuvieron un papel básico. Se llegó al concepto de guerra total (bombardeo de ciudades) y guerra psicológica (utilización de radios, periódicos…). Durante el año 37 la ayuda italiana y alemana fue compensada por la llegada de las Brigadas Internacionales y material bélico. La intervención extranjera amenazó con internacionalizar la guerra de España, entonces se creó el Comité de No Intervención. Franco intentó por segunda vez tomar Madrid, pero fracasó en la Batalla del Jarama y la de Guadalajara. La ofensiva republicana en Brunete también fracasó. Entonces Franco cambió de estrategia: aceptó la idea de una guerra larga y centró sus esfuerzos en la campaña del norte, con la conquista de Asturias, Cantabria y País Vasco. Tras la conquista de Bilbao tuvo lugar el bombardeo de Guernica por parte de la Legión Cóndor. La ofensiva republicana en Belchite tampoco consiguió su objetivo de parar la campaña del norte.
3. Batallas decisivas de 1938 y fin de la guerra
A finales de 1937 los republicanos desarrollaron una ofensiva en el bajo Aragón, logrando entrar en Teruel en enero de 1938, pero pronto la ciudad fue recuperada. Tras esto Franco se dirigió hacia el Mediterráneo, cortando en dos el territorio de la República con la toma de Vinaroz. Las tropas republicanas lanzaron la ofensiva sobre el Ebro con el ejército de Cataluña. Esta batalla supuso un gran desgaste y la última oportunidad republicana. Tras su victoria, los nacionalistas pudieron conquistar fácilmente Cataluña en enero de 1939, iniciándose un exilio masivo a Francia. Tras la dimisión de Azaña como presidente de la República hubo un golpe de estado por el coronel Casado. Sin embargo, Franco admitió la rendición sin condiciones. El 28 de marzo las tropas franquistas ocuparon Madrid, iniciándose el derrumbe definitivo de la República en Ciudad Real, Albacete, Murcia y Valencia. El 1 de abril de 1939 el cuartel general nacional en Burgos comunicaba el fin de la guerra.
Evolución Política en las Dos Españas
La España Republicana
El estallido de la guerra dejó a ambas zonas en una situación caótica a nivel militar, político… Esta situación fue especialmente grave en el territorio leal a la República. La pérdida del control hizo que se desataran algunas matanzas espontáneas y descontroladas de las que fueron víctimas derechistas, eclesiásticos y terratenientes. Estas disminuyeron a principios de 1937. El episodio más sonado fue el fusilamiento de los presos de Madrid en Paracuellos. Las primeras medidas políticas fueron por iniciativa de los comités de los partidos y sindicatos obreros. El gobierno Giral se incautó por decreto de algunas empresas y fueron inmovilizados los capitales. En el campo fueron ocupadas las fincas de los propietarios huidos, fueron incautadas todas las propiedades de la Iglesia. En la zona de Aragón ante el avance anarquista se inició un proceso de colectivización agraria.
En 1936 observamos dos tendencias: por un lado, comunistas, socialistas, moderados y republicanos partidarios de encauzar la revolución hacia una economía de guerra que permitiera vencer a los sublevados. Por otro lado, anarquistas, trotskistas y socialistas radicales, convencidos de la necesidad de hacer la revolución al mismo tiempo que la guerra. Estas debilitaron la capacidad de reacción de la República. En agosto, el gobierno intentó regular las milicias para convertirlas en un ejército popular. En septiembre se formó un nuevo gobierno de unidad, con socialistas, comunistas, republicanos y nacionalistas presidido por Largo Caballero. Los enfrentamientos estallaron en mayo de 1937. Ante esto Largo Caballero dimitió. El nuevo gobierno estuvo presidido por Juan Negrín. Se recuperó el control del estado y se restringieron las colectivizaciones. Tras la caída de Cataluña Azaña dimitió como presidente y en Madrid el coronel Casado y otros militares crearon el Consejo de Defensa Nacional. Franco exigió una rendición incondicional.
La España Nacional
En el territorio sublevado existían muchas corrientes ideológicas, pero aquí se impuso desde el principio una férrea unidad. Esta fue una de las causas más importantes que determinaron la victoria. En el terreno militar, el fallecimiento de Sanjurjo facilitó el tránsito hacia la jefatura única. Desde principios de la guerra funcionaba en Burgos una Junta de Defensa Nacional, presidida por Cabanellas. Esta decretó medidas como el restablecimiento de la bandera roja y gualda y la extensión del estado de guerra a todo el territorio. Sin embargo, manifestó sus insuficiencias en el terreno político y militar, de tal manera que algunos generales se manifestaron a favor de la jefatura única, que al final recayó sobre el general Franco. Este tomó rápidamente un giro antirrepublicano con lo que se definían dos caracteres fundamentales del estado franquista: nacionalismo español y catolicismo. Con la proclamación de Franco se perfiló el caudillismo como otro elemento del régimen futuro que se llamó Movimiento Nacional.
A nivel político se produjo la unificación inmediata de todas las fuerzas. En abril de 1937, el decreto de unificación de tradicionalistas carlistas y falangistas. Este hecho, provocó una avalancha de afiliaciones al partido único. También la centralización del poder se organizó en torno al general Franco y del partido único, con la Ley de Administración Central del Estado, se concedían ambas atribuciones ejecutivas, legislativas y judiciales a Franco. Esta centralización determinó que todos los recursos fueran encaminados a ganar la guerra. Cabe destacar el apoyo de la Iglesia. Se inició la represión sobre sectores democráticos y revolucionarios, con dos objetivos: eliminación de su adversario y paralización por el miedo. Conforme fue avanzando la guerra y las zonas eran conquistadas esta represión se fue sistematizando.
La Dimensión Internacional de la Guerra Civil
La Guerra Civil fue el anticipo de la II Guerra Mundial. Cada uno de los bandos en guerra tenía sus propios patrocinadores, porque cada una de ellas asumía como propia la ideología de los bandos combatientes y su modelo de estado y sociedad. El miedo a la extensión del conflicto hizo que Inglaterra presionara a Francia para que firmara un Comité de No Intervención que perjudicó a la República.
Los apoyos a la República
Esta contó desde el principio con el apoyo de México, pero sobre todo con el de la Unión Soviética y un apoyo muy controlado de Francia. La ayuda soviética fue abundante en material de guerra. También fue la organizadora de las Brigadas Internacionales.
Los apoyos al bando nacional
La Italia fascista y la Alemania nazi no escatimaron su ayuda al bando de Franco. La ayuda italiana con el envío de 70.000 hombres fue la mayor. La ayuda en material de guerra fue también muy importante. Alemania envió escaso personal combatiente pero muy bien organizados y formados. Otros países como Irlanda o Portugal enviaron pequeños contingentes de soldados, sin demasiada relevancia. A pesar de que la ayuda por uno u otro bando fuera similar, cabe hacer algunas consideraciones. En primer lugar, la ayuda italiana y alemana fue más rápida y decidida, además de generosa, ya que las potencias fascistas no exigieron el pago inmediato del material suministrado. En segundo lugar, la ventaja estratégica inicial de la República se perdió en parte por esta ayuda. Un hecho decisivo como el paso del estrecho, no hubiera sido posible sin los barcos y aviones proporcionados por Alemania. Por último, la ayuda militar a las dos partes contribuyó a la prolongación de la guerra, al incremento de las destrucciones económicas y a la pérdida de vidas humanas.
Las Consecuencias de la Guerra Civil
Consecuencias demográficas: Cifras muy diferentes para las pérdidas demográficas: los muertos en el frente, por la represión, el hambre, las epidemias, la reducción de la natalidad en la guerra y en la posguerra. Cálculos más aceptados estiman en 500.000 muertos de la guerra y posguerra. Añadir la cifra de no nacidos y la pérdida de población joven. Otro elemento clave, el exilio republicano. Durante el conflicto de la guerra los niños fueron evacuados a países extranjeros. 450.000 exiliados aproximadamente.
Consecuencias económicas: La guerra fue una verdadera catástrofe económica. La renta nacional y per cápita no recuperará el nivel de 1936 hasta la década de 1950. Estos fueron los principales elementos de esa catástrofe: la destrucción del tejido industrial del país, la destrucción de viviendas, comunicaciones, infraestructuras… y el aumento de la deuda externa y pérdida de las reservas de oro del Banco de España.
Importantes y trascendentes consecuencias sociales: La guerra supuso una verdadera fractura del país entre vencedores y vencidos. Varias generaciones marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión de la larga posguerra.
Por último, la guerra tuvo importantes consecuencias políticas: ya que la victoria franquista supuso la creación de un nuevo estado dictatorial, que giró hasta 1975, en torno al general Franco.