Arte y Sociedad en la Canarias del Siglo XIX

Contexto Político

Durante el siglo XIX, Canarias se vio afectada por los acontecimientos políticos nacionales. La invasión napoleónica de 1808 propició la creación de la Junta Suprema de Canarias. En 1812, las Cortes de Cádiz abordaron temas cruciales para las islas, como la abolición de los señoríos, el reparto de terrenos baldíos y la creación de la provincia de Canarias con capital en Santa Cruz de Tenerife, lo que generó oposición en Gran Canaria. Con el retorno de Fernando VII, se restauró la administración basada en comandantes generales, Cabildos y la Audiencia. El Trienio Liberal restableció la capitalidad en Santa Cruz de Tenerife, provocando nuevos enfrentamientos. Durante el reinado de Isabel II, la moderna división provincial agravó la situación, con Canarias como única provincia y capital en Santa Cruz de Tenerife. Gran Canaria buscó la división del archipiélago en dos provincias. Durante la Primera República, se intentó crear un Estado canario con dos cantones. La Restauración borbónica retomó la situación anterior, con el Partido Liberal Canario en las islas orientales y el Partido Conservador en las occidentales, alternándose en el poder.

Economía, Sociedad y Población

La producción agrícola se centraba en la exportación. A principios de siglo, el vino y la barrilla fueron importantes, pero tras una crisis, la cochinilla tomó el relevo. Una nueva crisis arruinó este cultivo, dando paso al plátano, el tomate y la papa. El comercio exterior creció durante el siglo, con la Península, el norte de Europa y América como principales mercados. Los puertos francos impulsaron este sector. La industrialización se vio limitada por la falta de materias primas y energía barata. A pesar de los cambios del sistema liberal, la sociedad canaria seguía bajo el control de grupos dominantes. La población creció gracias a la alta natalidad y el descenso de la mortalidad. La emigración hacia América fue significativa, motivada por la demografía, la falta de desarrollo económico, la búsqueda de fortuna y la evasión del servicio militar.

Arte y Cultura

Pintura y Escultura

El siglo XIX comenzó con el Neoclasicismo, con figuras como Francisco de Goya. En pintura, el Romanticismo se manifestó en la pintura histórica, el paisaje romántico, el retrato (con Federico de Madrazo) y el costumbrismo. El Realismo surgió en el último tercio del siglo, coexistiendo con el Romanticismo. Destacaron nuevos paisajes, con observación minuciosa de la naturaleza, y la pintura social. En el último cuarto de siglo, autores como Joaquín Sorolla se acercaron al Impresionismo. El Modernismo, buscando un arte moderno con técnicas innovadoras e influencias impresionistas y expresionistas, se desarrolló principalmente en Cataluña.

En escultura, predominó el Neoclasicismo. En el último tercio del siglo, las obras se situaron entre el Realismo y el Modernismo.

Arquitectura

El Neoclasicismo continuó en arquitectura, especialmente en Canarias. En la época isabelina, el Romanticismo dio paso al historicismo, retomando estilos del pasado como el neoclasicismo y el neogótico. A finales de siglo, surgió la arquitectura del hierro, impulsada por nuevos materiales y las necesidades de la sociedad industrial. El Modernismo, con arquitectos como Gaudí, se desarrolló principalmente en Barcelona, creando edificios donde la decoración y el mobiliario eran tan importantes como la estructura.

Literatura

El Romanticismo y el Realismo influyeron en la literatura. Destacan autores románticos como Mariano José de Larra, Espronceda, Bécquer y Rosalía de Castro. La novela realista, retratando la realidad y a veces con crítica social, tuvo en Clarín y Pérez Galdós a sus máximos exponentes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *