Introducción
En este tema, abordaremos el inicio de la Historia Contemporánea de España, cuya fecha más representativa es 1808, con el alzamiento contra las tropas napoleónicas y el comienzo de la Guerra de la Independencia. Esta ocupación francesa acentuó la crisis del absolutismo borbónico, dando lugar a una guerra que combinó la defensa de la monarquía tradicional con las ideas de libertad de la Revolución Francesa. La Constitución de 1812 se convirtió en el documento más importante que reflejó estos principios. Tras la derrota de Napoleón en 1815, se restauró el viejo orden, pero el deseo de libertad no pudo detenerse. Durante el reinado de Fernando VII, España se debatió entre el absolutismo y el liberalismo.
1. La Crisis de la Monarquía de Carlos IV
Para comprender las causas de la guerra, debemos analizar el desprestigio de la monarquía de Carlos IV a principios del siglo XIX:
- Crisis del sistema de gobierno: Carlos IV confió el poder a Godoy, un joven militar de origen humilde. Godoy implementó una desamortización para solucionar la crisis financiera causada por las guerras contra Francia e Inglaterra.
- Subordinación a Francia: La política exterior española se sometió a las necesidades de la Francia de Napoleón, lo que condujo a derrotas como la de Trafalgar, que destruyó gran parte de la flota española.
- Tratado de Fontainebleau: Este acuerdo permitió la entrada de tropas francesas para ocupar Portugal y repartirlo entre Francia y España, aumentando la oposición a Godoy.
Surgieron grupos opositores como el partido anti-Godoy, también llamado fernandino, formado por nobles y clérigos que apoyaban al príncipe Fernando, hijo de Carlos IV. El Motín de Aranjuez, en el que participaron el pueblo, la nobleza y el clero, forzó la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando. Estos hechos contribuyeron a la crisis de la monarquía. Carlos IV pidió ayuda a Napoleón para recuperar el trono, pero Napoleón, astuto, vio la debilidad de España y decidió invadirla. Convocó una reunión en Bayona, donde Fernando VII, Carlos IV y Godoy abdicaron en Napoleón.
2. La Guerra de la Independencia
La marcha de la familia real a Bayona creó un vacío de poder. El ejército francés, con 30.000 hombres, ocupó Madrid. Fernando VII dejó una Junta de Gobierno para colaborar con los franceses, pero el pueblo se levantó el 2 de mayo. Esta insurrección popular fue sofocada por Murat, quien fusiló a los capturados. Estos hechos provocaron el levantamiento del pueblo español, mientras las autoridades acataban las órdenes francesas y recibían al nuevo rey, José I Bonaparte. José I intentó imponer un régimen liberal autoritario, plasmado en el Estatuto de Bayona, una constitución otorgada por Napoleón que concentraba el poder en el rey, a pesar de incluir una declaración de derechos liberales.
Surgieron juntas ciudadanas para coordinar la oposición a los franceses, coordinadas por juntas provinciales y una Junta Suprema Central. Estas juntas representaban la soberanía popular. La Guerra de la Independencia tuvo tres fases:
- Éxitos españoles (junio-noviembre 1808): Tras el levantamiento de Madrid, los franceses sofocaron las revueltas en diferentes ciudades. Destacó la resistencia de Zaragoza y la batalla de Bailén, donde el ejército de Dupont fue derrotado por el general Castaños, la primera derrota de Napoleón.
- Reacción francesa: Napoleón organizó la Gran Armada con más de 250.000 soldados. Solo Cádiz resistió, lo que permitió la elaboración de la primera constitución española. Los españoles introdujeron innovaciones estratégicas como la guerra de desgaste y la guerrilla, con la ayuda del ejército británico de Wellington.
- Ofensiva anglo-española (primavera 1812): Napoleón retiró tropas de España para invadir Rusia. Los ejércitos anglo-españoles intensificaron su ofensiva, culminando con la victoria de Arapiles (Salamanca), que marcó el principio del fin del poder francés. El fracaso de Napoleón en Rusia selló su suerte en España. Las tropas francesas se replegaron, sufriendo derrotas en Vitoria y San Marcial. El 11 de diciembre de 1813, Napoleón firmó el Tratado de Valençay, restituyendo la corona a Fernando VII.
3. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
En 1810, el Consejo de Regencia convocó Cortes en Cádiz, ciudad defendida por la flota británica y libre de la ocupación francesa. La convocatoria, inicialmente por estamentos, se convirtió en una asamblea única por presiones liberales. Los diputados, elegidos por provincias, eran principalmente de zonas marítimas debido a la dificultad de viajar desde las zonas ocupadas. Intelectuales y abogados, llamados liberales, dominaron la asamblea. Redactaron la Constitución de 1812, conocida como «La Pepa».
Los Debates de la Constitución
Tener una constitución significaba un cambio de gobierno: el rey ya no era absoluto, sino que gobernaba con un Parlamento. El rey, preso en Francia, no fue consultado y no aceptaría la reducción de sus poderes. La primera medida de las Cortes fue proclamar la soberanía nacional (24 de septiembre de 1810), marcando el fin del Antiguo Régimen. Surgieron dos grupos: los liberales, partidarios de la soberanía nacional, y los absolutistas, que creían que la soberanía residía en el rey. Los liberales, mayoritarios, ganaron los debates. Se aprobó la libertad de prensa, vital para difundir las ideas liberales, y se abolieron los señoríos jurisdiccionales y la Inquisición, aunque se reconoció el catolicismo como única religión.
Principios Políticos de la Constitución de 1812
- Soberanía Nacional: Fin del absolutismo y del Antiguo Régimen.
- Monarquía Parlamentaria: El rey pierde poderes.
- División de Poderes:
- Poder Legislativo: Cortes unicamerales, elegidas por sufragio censitario, con amplios poderes.
- Poder Ejecutivo: Rey, jefe de gobierno, con iniciativa legislativa. Nombra ministros responsables ante las Cortes.
- Poder Judicial: Tribunales independientes.
- Educación: Promoción de escuelas de primeras letras.
- Igualdad Fiscal y Militar: Impuestos y servicio militar para todos.
- Igualdad entre Españoles: De ambos hemisferios.
La Constitución, aprobada el 19 de marzo de 1812, inspirada en el racionalismo francés, influyó en Portugal, Italia y las nuevas naciones hispanoamericanas. Su vigencia fue corta. España no siguió el ritmo de crecimiento de Europa, la guerra la dejó exhausta y la independencia de las colonias americanas agravó la situación financiera.
Monarquía Absoluta de los Borbones. Guerra de Sucesión
En 1700, Carlos II, último monarca de la casa de Austria, murió sin descendencia. Felipe de Anjou y el archiduque Carlos de Habsburgo eran los principales candidatos al trono. El testamento de Carlos II designó a Felipe de Anjou, quien fue proclamado rey como Felipe V en 1700. Este nombramiento provocó un conflicto entre las potencias europeas. Gran Bretaña, Holanda y Portugal apoyaron al candidato austriaco, entrando en guerra contra Francia y España. La sucesión española se convirtió en un conflicto internacional. En España, Castilla apoyó a Felipe V, mientras que la Corona de Aragón, especialmente Cataluña, apoyó al candidato austriaco por temor a perder poder ante el centralismo borbónico. El enfrentamiento derivó en una guerra civil.
Las fuerzas estaban equilibradas, y los Borbones no lograban derrotar a los ejércitos aliados. En 1711, murió el emperador José I de Austria, y el archiduque Carlos ocupó el trono. Ingleses y holandeses quisieron acabar la guerra y reconocer a Felipe V. Se firmó la paz en los Tratados de Utrecht y Rastadt. En España, las tropas de Felipe V dominaban. Tras el Tratado de Utrecht, solo Barcelona y Baleares resistían. Las Cortes catalanas decidieron luchar, y Barcelona cayó el 11 de septiembre de 1714. Mallorca fue ocupada en 1715. Andalucía apoyó a Felipe V. Cádiz resistió un ataque anglo-holandés en 1702, y los portugueses atacaron Huelva.
Implantación del Absolutismo
Los Borbones impusieron el absolutismo francés del siglo XVII. El monarca tenía poder ilimitado: fuente de ley, autoridad máxima del gobierno y cabeza de la justicia. Felipe V y Fernando VI unificaron los reinos peninsulares. Los Decretos de Nueva Planta impusieron la organización de Castilla a la Corona de Aragón, que perdió su soberanía. Excepto Navarra y País Vasco, Castilla y Aragón formaron una única estructura. La Nueva Planta abolió las Cortes de los reinos, integrándolas en las de Castilla, que se convirtieron en las Cortes de España, subordinadas al monarca.
Se crearon Secretarías (ministerios) dirigidas por secretarios de despacho, nombrados por el rey. Se reorganizó el territorio en provincias, gobernadas por capitanes generales que presidían las Reales Audiencias. Se introdujo el cargo de intendente, funcionario con amplios poderes para recaudar impuestos y dinamizar la economía. Se intentó reorganizar la Hacienda, buscando que todos pagasen impuestos según su riqueza. En la Corona de Aragón se impusieron impuestos como el catastro en Cataluña, una cuota fija repartida proporcionalmente entre los habitantes. Se recaudaba más y la población soportaba menor carga fiscal.