La Revolución Industrial
Causas del Incremento de la Productividad
Especialización Económica y Comercio
Un factor clave en el aumento de la productividad fue la mayor especialización económica territorial, impulsada por el crecimiento del comercio. Economistas como Adam Smith y David Ricardo destacaron la importancia del intercambio para el crecimiento. Cuando dos regiones o naciones producen los mismos bienes sin comerciar, la riqueza generada es menor que cuando se especializan en aquello donde tienen ventaja.
Cambio Estructural
Otro factor crucial fue el cambio estructural, es decir, el trasvase de trabajadores del sector primario (agricultura) al secundario (industria) y de ambos al terciario (servicios). Este cambio tuvo causas tanto de demanda como de oferta.
Demanda: La ley de Engel, formulada por Ernst Engel, establece que al aumentar la renta de una persona, su gasto también aumenta, pero la proporción dedicada a bienes de primera necesidad disminuye, mientras que la dedicada a otros bienes crece. Durante la Revolución Industrial, el aumento de la renta per cápita impulsó la demanda de bienes industriales y servicios.
Oferta: La mayor demanda de bienes industriales y de servicios incentivó su producción. El incremento de la productividad agraria liberó trabajadores del campo, quienes se emplearon en la industria. La industria, a su vez, aumentó su productividad aún más, liberando trabajadores para el sector terciario, también con una productividad creciente. En resumen, el cambio estructural generó mayor productividad al transferir trabajadores a sectores cada vez más productivos.
Cronología de la Revolución Industrial
Establecer la cronología de la Revolución Industrial es complejo. El proceso comenzó con el crecimiento sostenido de la renta per cápita y de la población activa en la industria y los servicios, y concluyó con la consolidación del cambio estructural. La falta de estadísticas fiables de la época dificulta la precisión, por lo que no existe un consenso absoluto. En Gran Bretaña, el período 1760-1840 es el más aceptado, aunque algunos historiadores lo sitúan entre 1780 y 1840. Francia y Bélgica se industrializaron tempranamente (1790/1800-1860), mientras que Alemania experimentó una industrialización más tardía pero más rápida (1820/1830-1870). Estados Unidos se industrializó entre 1830/1840 y 1880. En la segunda mitad del siglo XIX, le siguieron Holanda, los países escandinavos y Japón.
Condiciones Previas en Gran Bretaña
Gran Bretaña reunió las condiciones ideales para la Revolución Industrial de manera más rápida y completa que otros países.
Recursos Naturales
- Clima templado y lluvioso, favorable para la agricultura y la ganadería.
- Energía hidráulica para la industria.
- Abundancia de carbón y otros minerales.
- Ríos navegables que facilitaban el comercio interior.
- Fácil acceso al mar (ninguna parte del país distaba más de cien kilómetros de la costa).
Sistema Político-Institucional
Además de los recursos naturales, Gran Bretaña desarrolló un sistema político-institucional que fomentó la innovación y la inversión. La monarquía absolutista evolucionó hacia un régimen parlamentario con mayor poder de representación. Los grandes propietarios agrícolas (landlords), la gentry (pequeña nobleza, comerciantes, altos funcionarios y militares) y los grandes comerciantes pactaron medidas para impulsar el crecimiento económico y la movilidad de los factores productivos. Ejemplos de estas medidas son las leyes de cercamientos, la libertad para establecer industrias (limitando los privilegios feudales), la reforma de la hacienda (control parlamentario, aumento de ingresos, deuda pública segura, bajos tipos de interés), la flexibilidad en la creación de sociedades mercantiles y el sistema de patentes.