Independencia de América (1808-1898)
México
Con el regreso de Fernando VII a España, el absolutismo volvió al país. La oligarquía criolla, por su parte, se había adherido a la Constitución de Cádiz de 1812.
Durante el Trienio Liberal (1820-1823), se recuperaron las Cortes y la Constitución de 1812, pero no se reconocieron los derechos que se habían concedido a México. En este contexto, se aprobó el Plan de Iguala, que confirmaba la Constitución y el catolicismo como religión del Estado, proclamaba la independencia de México para salvaguardarlo, y designaba a Agustín de Iturbide como jefe político. En 1824, comenzó una guerra civil de dos años, con el objetivo de establecer una nueva constitución de carácter liberal y proclamar una república. El régimen virreinal se había derrumbado y México finalmente logró su independencia.
Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica iniciaron sus respectivos procesos de independencia de México debido a su lejanía de la capital.
Independencia de América del Sur
En 1808, en América del Sur, surgieron cuatro opciones de legitimidad: los afrancesados, que proclamaban su lealtad a José Bonaparte; los leales a Fernando VII, que se adherían a la Junta Provincial de España; los que abogaban por la creación de una junta provincial en su país, separada de España; y los que defendían la legitimidad de Carlota, hermana de Fernando VII, exiliada en Brasil.
La convocatoria a Cortes de 1810 generó un problema de statu quo en las Indias, que no sabían en qué calidad debían acudir. Todas las juntas que se formaron antes de 1810 fracasaron, pero después de 1810, todas tuvieron éxito. En Buenos Aires, el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros tuvo que convocar un cabildo abierto que se constituyó en junta. Montevideo tenía su propia junta, al igual que Paraguay. Perú seguía siendo el baluarte realista, y surgieron problemas con Brasil y Portugal.
Chile, un territorio geográficamente aislado y controlado por una reducida oligarquía, proclamó su propia junta en Santiago. Logró su independencia en 1818, gracias a la intervención de José de San Martín.
Caracas fue el lugar donde se experimentaron las mayores tensiones debido a su proximidad geográfica tanto con España como con Haití. En 1811, se fundó la Sociedad Patriótica de Caracas, liderada por Simón Bolívar. En 1812, Monteverde llegó a Caracas con una flota realista, pero Bolívar lo venció y entró en Bogotá, iniciando así su lucha por la independencia de la Gran Colombia.
Tras la Restauración en España, en 1816, Pablo Morillo lideró la contrarrevolución. Sin embargo, en 1820, triunfó una revolución liberal en España, lo que revitalizó el proyecto de Bolívar.
El Congreso de Panamá de 1826 evidenció la anarquía existente en la región. Bolívar no pudo controlar militarmente todo el territorio. En 1829, Venezuela se separó de la Gran Colombia, seguida por Ecuador en 1830 y Panamá en 1904, con la ayuda de Estados Unidos.
Perú fue liberado por San Martín. Bolivia, en el Alto Perú, fue el último reducto realista en Sudamérica, aunque se encontraba aislada de España.
Cuba
Durante el siglo XIX, Cuba se convirtió en la última sociedad esclavista del imperio español.
Los primeros movimientos independentistas surgieron en 1848 con la publicación de «El Destino Manifiesto», que proponía la liberación de Cuba de España para unirse a Estados Unidos. En 1868, estalló la Guerra de los Diez Años, la primera guerra de independencia, que fracasó ante el general Valeriano Weyler.
En 1895, el ciclo económico del azúcar llegó a su fin y surgieron tensiones nacionalistas más radicales, lideradas por José Martí, Antonio Maceo, Carlos Manuel de Céspedes y Guillermo Moncada. En 1898, estalló la guerra entre España y Estados Unidos, que Cuba aprovechó para lograr su independencia.
Puerto Rico
El primer intento de independencia de Puerto Rico tuvo lugar el 23 de septiembre de 1868 con el Grito de Lares. La rebelión fracasó. En 1898, con la guerra entre Estados Unidos y España, la isla pasó a ser administrada por Estados Unidos, pero no como un estado con plenos derechos. No se logró la independencia, pero sí la separación de España.
Brasil
El Estado portugués entró en crisis en 1807, cuando Napoleón invadió Portugal. Juan VI se refugió en Brasil e impulsó una reforma jurídica para convertir a Brasil en la base territorial del reino.
En 1821, Juan VI regresó a Portugal, dejando a su hijo Pedro como gobernador. En Portugal, se enfrentó a una revolución liberal que pretendía devolver a Brasil a su antiguo estatus de colonia. En 1822, Brasil reaccionó declarando su independencia y proclamando a Pedro I como emperador.