El Sexenio Revolucionario (1868-1874)

Tras la Muerte de Fernando VII

Tras la muerte de Fernando VII en 1833, España vivió un periodo de inestabilidad política marcado por los siguientes acontecimientos:

  1. Regencia de María Cristina (1833-1840)
  2. Regencia de Espartero (1841-1843)
  3. Década Moderada (1843-1854)
  4. Bienio Progresista (1854-1856)
  5. Gobierno de Narváez (1864-1868): Durante este periodo, Narváez reprimió con dureza los desórdenes públicos estudiantiles, lo que provocó la reacción de O’Donnell. Prim asumió la jefatura y, con la llegada de Narváez, se formó un nuevo gobierno presidido por González Bravo. Las arbitrariedades de la reina Isabel II llevaron a liberales progresistas, unionistas y demócratas a firmar el Pacto de Ostende en 1866, en el que se decidió iniciar la revolución conocida como «La Gloriosa».

Sexenio Revolucionario

La intransigencia de los gobernantes durante el reinado de Isabel II provocó un mayor aislamiento de la reina y la firma del Pacto de Ostende en 1866. Tras la muerte de O’Donnell en 1867, el general Serrano asumió la dirección. El Sexenio Revolucionario comenzó con la Revolución de la Gloriosa el 18 de septiembre de 1868, cuando los generales anti-isabelinos Dulce, Prim y Topete desembarcaron en Cádiz al grito de «¡Viva España con honra!».

Las tropas isabelinas se enfrentaron a las fuerzas revolucionarias en la Batalla del Puente de Alcolea (26-28 de septiembre de 1868). Isabel II se vio obligada a abandonar España, mientras que en Madrid se formó un gobierno provisional. Al mismo tiempo, se produjeron numerosos alzamientos civiles y la reaparición de las juntas revolucionarias.

Causas de la Revolución de 1868

  1. Crisis económica: Iniciada en 1866 por motivos financieros, provocó la quiebra de bancos y empresas, el endeudamiento del Estado y el aumento de la presión fiscal.
  2. Sistema político corrupto: El sistema político se encontraba corrupto y viciado, sin reformas que impulsaran el progreso del país. La impopularidad de Isabel II y el ambiente enrarecido en la corte también influyeron en el estallido de la revolución.
  3. Interés y entusiasmo internacional: La Revolución Española de 1868 despertó gran interés y entusiasmo en el ámbito internacional.

Fuerzas Políticas del Sexenio Revolucionario

  1. Progresistas: Liderados por el general Juan Prim, ocupaban una posición política de centro e integraban a los liberales más pragmáticos. Contaban con el apoyo de la burguesía urbana.
  2. Unión Liberal: Liderados por O’Donnell, representaban la derecha liberal y contaban con el apoyo de terratenientes, la oligarquía y la Iglesia. Tras la muerte de O’Donnell en 1867, Serrano asumió el liderazgo.
  3. Partido Demócrata: Con una posición política de centro-izquierda, representaban a la pequeña burguesía y los obreros. Tras su escisión, surgió el Partido Republicano.
  4. Partido Republicano: Liderados por Castelar y Pi y Margall, ocupaban la izquierda moderada y contaban con el apoyo de la pequeña burguesía. Durante el Sexenio, se dividieron entre republicanos federales y republicanos unionistas.

Dinámica Política y Constitucional del Sexenio

Primera Fase (8 de mayo de 1868 – 18 de junio de 1869)

Se inicia con la Gloriosa y el Manifiesto de la Nación. Se formó un gobierno provisional presidido por Serrano, encargado de convocar Cortes Constituyentes. Estas Cortes aprobaron la Constitución de 1869, conocida como «la democrática», que establecía el sufragio universal masculino, la libertad de conciencia y cultos, el jurado popular y la monarquía parlamentaria como nuevo régimen político. Amadeo de Saboya fue elegido rey, pero abdicó el 11 de febrero de 1873 y abandonó España.

Segunda Fase (11 de febrero de 1873 – 9 de junio de 1873)

Comienza con la abdicación de Amadeo de Saboya y la proclamación de la República. Estanislao Figueras asumió la presidencia (11 de febrero – 9 de junio de 1873), manteniendo la vigencia de la Constitución. El 9 de junio, Francisco Pi y Margall le sucedió y proclamó la República Federal.

Tercera Fase (3 de enero de 1874 – 29 de diciembre de 1874)

Tras el levantamiento de Pavía, el general Serrano asumió el gobierno, suspendió las garantías constitucionales e inició una ofensiva contra el carlismo y el cantonalismo. El 26 de febrero de 1874, Serrano se convirtió en presidente de la República, entregando el gobierno al general Zabala. La República se volvió unitaria y autoritaria.

Mientras tanto, los generales liderados por Sagasta impulsaban la causa alfonsina, con Cánovas del Castillo a la cabeza. Alfonso firmó el Manifiesto de Sandhurst el 1 de diciembre de 1874, prometiendo ser el jefe supremo de los ejércitos. El general Martínez Campos se levantó en Sagunto, proclamando rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II, e iniciando la Restauración.

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