Contexto y Ascenso al Poder
Jorge Ubico se distinguió como administrador capaz, organizado, efectivo y autoritario. Fue jefe político de Alta Verapaz (1907-1909) y de Retalhuleu (1911-1917) durante el gobierno de Estrada Cabrera, dejando en ambos cargos fama de capacidad. Después fue secretario de Guerra en los primeros años de Orellana (1921-1923) y primer designado a la presidencia en 1922. Sin embargo, en 1923 renunció y se retiró a la vida privada. Se dijo entonces que tuvo algún problema con el presidente, quien llegó a hostigarlo. También encabezó misiones sanitarias, siendo especialmente efectivo en el combate nacional de la fiebre amarilla, donde captó la atención de los estadounidenses, que patrocinaron dicha campaña. En 1918 se encargó de organizar la campaña sanitaria contra la fiebre amarilla, llegando a ser jefe de Sanidad del litoral del Pacífico. Durante el gobierno de Herrera volvió a ser designado para participar en el combate a la fiebre amarilla. Su fama de eficaz y honrado lo hicieron el candidato ideal en 1931, cuando había desorden en la sociedad, necesidad de limpiar la administración pública y de reaccionar ante la difícil situación por la crisis mundial que afectaba gravemente al país.
Primer Período Presidencial: Autoritarismo y Orden
Con su característica disciplina y actividad, Ubico enfrentó la crisis imponiendo orden con autoritarismo. No toleró ninguna manifestación de crítica o de oposición. Le gustaba la obediencia y la efectividad; impuso la honestidad administrativa y rebajó sueldos en el gobierno. Como medidas urgentes para afrontar la situación se propuso nivelar el presupuesto y controlar los gastos. Inició la práctica de los viajes presidenciales a fin de tener contacto directo con los problemas y resolverlos paternalmente por sus órdenes inmediatas. Al pueblo rural le gustó contar con la presencia del señor presidente y ver que se preocupaba por sus problemas. Se propuso incrementar las comunicaciones, tanto para mantener un mayor control del país como para facilitar el contacto nacional. Para ello mejoró y amplió el sistema de carreteras y de telégrafos. Continuó con su interés en cuestiones sanitarias, apoyando y efectuando diversas campañas para erradicar y prevenir enfermedades endémicas.
Represión y Control Social
Una de las principales preocupaciones del mandatario eran los izquierdistas. De inmediato inició la supresión de las agrupaciones “peligrosas”; se prohibieron los sindicatos y otras organizaciones obreras. La represión anticomunista se hizo más severa tras la revuelta comunista de El Salvador, en 1932. Así pues, se acabó cualquier actitud tolerante y se cortó de tajo toda forma de organización sindical o política de izquierda. Esto también se reflejó en el control sobre los medios de prensa y radio, y en la cuidadosa supervisión del sistema educativo, especialmente la universidad, que fue manejada como un instituto de segunda enseñanza desde la Secretaría de Instrucción. En 1931 se reprimió la llamada Huelga de Dolores y nunca más pudo organizarse mientras duró su régimen. Entonces se modificó el año escolar, que iba de enero a octubre, estableciéndolo de mayo a febrero, de forma que el festejo estudiantil coincidiera con las vacaciones, típica medida en que mostraba su “sagacidad”. Una de sus preocupaciones fue derogar las reformas constitucionales de 1927, a fin de devolverle todo el poder al ejecutivo, suprimir la autonomía municipal y garantizar la supremacía presidencial. A partir de entonces los alcaldes pasaron a llamarse intendentes municipales y eran nombrados por el ejecutivo. También se aprovechó para permitir su reelección. A pesar de su promesa de no prolongar su periodo, desde 1934 se iniciaron los preparativos para ello. Algunos de sus partidarios se sintieron traicionados y conspiraron para impedirlo, lo cual fue fulminantemente respondido con las correspondientes medidas policiacas y judiciales, que llevaron a la ejecución de los principales implicados.9 Los reclamos de falta de defensa de uno de los abogados defensores, el licenciado Jorge García Granados, se acallaron sacándolo al exilio.10
Segundo Período y Endurecimiento Dictatorial
El segundo período marcó un endurecimiento dictatorial, sin que se tolerara resquicio alguno que pusiera en peligro la estabilidad del régimen. La honestidad y efectividad administrativa impuestas dieron sus frutos, y en el año fiscal 1932-1933 ya pudo balancearse el presupuesto e incluso en los últimos años tener superávit. Significativamente, la institución privilegiada y mejor organizada era la policía nacional, cuya dirección era el segundo cargo en importancia en el país. Su director, el general Roderico Anzueto, era el hombre más poderoso del gobierno, después del presidente, y se sintió rebajado cuando, avanzado el régimen, fue nombrado secretario de Agricultura. Así pues, el sistema de control dictatorial no se basó en el ejército, que más bien estuvo marginado y en el que Ubico trató de mantener los mandos en oficiales de línea (no graduados en la Escuela Politécnica). Es revelador que su fiel secretario de Guerra fuera el general José Reyes, un viejo militar cabrerista de línea que tenía fama de ser casi analfabeto, pero de la absoluta confianza de Ubico, quien en buena parte fungía como ministro de ese despacho.
Legislación y Obras Públicas
- Ley de Vialidad: Impuesto anual de dos quetzales destinado al mantenimiento y construcción de carreteras, que debían pagar todos los varones del país entre 18 y 50 años. Quienes no lo pagaran debían cumplir dos semanas de trabajo gratuito en obras viales.
- Ley contra la Vagancia: Establecía que aquellos que no cultivaran un mínimo de tierras propias debían demostrar que trabajaban como asalariados un mínimo de días al año. Quienes no probaran que estaban trabajando podían ser forzados a laborar en obras públicas o ser entregados a finqueros.
Ubico fue el creador de la moderna radiodifusión gubernamental (TGW y TGWA), que supo utilizar como medio de unificación nacional y de divulgación de su labor. Transformó la vieja Tipografía Nacional en una moderna imprenta. Otras dependencias que dotó de nuevas instalaciones fueron la Aduana (1934), el Congreso de la República (1934), la Terminal Aérea Internacional (1936), la Corte Suprema (1938) y Sanidad Pública (1939).
Relaciones Internacionales y la Segunda Guerra Mundial
Ubico tenía un gran odio contra los comunistas. En el ámbito internacional manifestó simpatía hacia los regímenes autoritarios anticomunistas europeos: Benito Mussolini, en Italia; Adolfo Hitler, en Alemania, y Francisco Franco en España. Al estallar la Guerra Civil Española, fue el primer régimen hispanoamericano que reconoció al gobierno alzado de Burgos. Sin embargo, siempre se cuidó de expresar su amistad con los Estados Unidos, y cuando llegó la hora de la Segunda Guerra Mundial, en ningún momento vaciló en cuál era la postura que debía adoptar: de 1939 a 1941 mantuvo la neutralidad guatemalteca, y luego, en diciembre de 1941, al entrar los Estados Unidos en la guerra, de inmediato lo hizo Guatemala. Se decretó la intervención de los bienes de los ciudadanos alemanes e italianos, se concedieron permisos para que los Estados Unidos instalaran bases militares en el país (1942), y se contribuyó en otros aspectos en el esfuerzo bélico aliado.
Declive y Renuncia
A partir de 1934, Ubico emprendió costosas obras públicas de aparatosa arquitectura y escasa proyección social, como el Palacio de la Policía Nacional, el Palacio de Correos, la Aduana Central, la Terminal Aérea de La Aurora y el Palacio Nacional. Con el paso de los años, el presidente fue perdiendo contacto directo con la población. El ambiente internacional, favorable a la democracia, fortaleció la oposición contra el dictador. Protestas, principalmente del gremio magisterial, desembocaron en desfiles públicos y peticiones de renuncia. El 1 de julio de 1944, Ubico renunció, escogiendo un triunvirato de generales para sustituirlo.
La Caída de Ponce y el Fin de una Era
El grupo en el poder preparó la forma de presentar la renuncia de Ubico a la asamblea para que se nombraran los designados que sustituyeran al presidente. Ante la presión popular, se procedió al desalojo violento de la asamblea. Al día siguiente, se escogió al general Federico Ponce Vaides como presidente provisional. Su obligación primordial era convocar a elecciones. La oposición postuló candidatos, entre ellos Juan José Arévalo. El clima electoral se tornó tenso, culminando con el asesinato del periodista Alejandro Córdova. El 20 de octubre de 1944, un levantamiento triunfó, instaurando una Junta Revolucionaria de Gobierno. Se cerró así el ciclo de dominio «liberal» iniciado en 1871.
Demografía, Sociedad y Religión
Después del censo de 1921, el siguiente se realizó en 1940, con resultados alterados. Se estima que en 1944 la población era de 2,550,000 habitantes. El mejoramiento en el combate de enfermedades endémicas marcó el inicio de un período de expansión demográfica. La situación de la población indígena mejoró poco. La composición religiosa se mantuvo mayoritariamente católica. Ubico mostró una postura más tolerante con la Iglesia católica, permitiendo el ingreso de varias órdenes religiosas.
Economía y la Crisis de 1930
El hecho económico dominante fue la crisis de 1930. Ubico accedió al poder en plena crisis. Su política de ordenamiento hacendario tuvo justificación al principio, pero luego invirtió en obras de escasa proyección social. En 1924 se aprobó una reforma monetaria, estableciéndose el quetzal como moneda. El sistema bancario era insuficiente. El café continuó siendo el principal producto de exportación. La United Fruit Company (UFCO) continuó beneficiándose de concesiones. Problemas fronterizos con Honduras se generaron por las concesiones de la UFCO. La industria tuvo poco desarrollo. Ubico ordenó la cancelación de la «deuda inglesa» en 1944.
Conclusión: El Inicio de una Nueva Era
Con la renuncia de Ubico se cerraron más de siete décadas de regímenes «liberales» autoritarios. A partir de 1944 se inició una nueva era con profundas transformaciones. Guatemala se encontraba en una situación de retraso, lo que dificultó su desarrollo. El aislamiento y la falta de tradición democrática influyeron en el proceso de modernización. En octubre de 1944 se cerró un ciclo y se abrió otro en la historia de Guatemala.