El Surgimiento del Liberalismo Español: Juntas y Guerra de la Independencia

El Conde de Toreno y el Liberalismo Español

José María Queipo de Llano (1786-1843), Conde de Toreno, figura clave del primer liberalismo español, dejó un importante legado en la historia política del país. Participó activamente en el levantamiento contra la ocupación francesa en 1808 y como diputado liberal en las Cortes de Cádiz, contribuyendo a la Constitución de 1812. Su obra Historia del levantamiento, guerra y revolución en España es una fuente fundamental para comprender este periodo.

Las Juntas y la Soberanía Nacional

Ante el vacío de poder tras la abdicación de los reyes en Bayona y el establecimiento de la monarquía de José I, surgieron las Juntas entre mayo y junio de 1808. Estas asambleas territoriales asumieron la soberanía, declararon la guerra a Francia, impusieron tributos y formaron ejércitos. Toreno valoraba positivamente este sistema «federativo», que fomentó la emulación entre las regiones. La composición social de las Juntas variaba, predominando la nobleza y el clero, aunque con mayor presencia de comerciantes y campesinos en algunas zonas como Cataluña.

El Papel de la Opinión Pública

La «opinión pública», impulsada por liberales a través de folletos y periódicos como El Semanario Patriótico, jugó un papel crucial. Se demandó la creación de una Junta Central y la convocatoria de Cortes. A pesar de las tensiones entre absolutistas, reformistas y liberales, la Junta Central asumió la soberanía y se convocaron las Cortes, que definirían la estructura del Estado.

Desarrollo de la Guerra de la Independencia

Los acontecimientos en Francia tras la Revolución de 1789 influyeron en la política española. La alianza con Francia y el enfrentamiento con Inglaterra se materializaron en el Tratado de San Ildefonso (1796). Bajo Napoleón, la presión sobre España aumentó, culminando en la derrota de Trafalgar (1805). El Tratado de Fontainebleau (1807) permitió la entrada de tropas francesas a España. La conspiración contra Godoy, el Motín de Aranjuez y la abdicación de la monarquía en Bayona llevaron a la coronación de José I. La Constitución de Bayona intentó institucionalizar un régimen liberal, pero la ocupación francesa provocó la revuelta popular del 2 de mayo de 1808 en Madrid.

Resistencia y Guerrilla

La resistencia popular se extendió por la península, con la formación de ejércitos nacionales y la defensa de ciudades como Zaragoza y Gerona. La victoria de Bailén (julio de 1808) supuso un revés para los franceses, pero Napoleón envió un gran ejército que reconquistó la mayor parte de España. Surgieron las guerrillas, con la participación de la pequeña nobleza, artesanos, campesinos y frailes, hostigando al ejército francés. Figuras como El Empecinado, Porlier, Merino y Mina destacaron en la guerra de guerrillas.

Victorias y Consecuencias

La campaña de Napoleón en Rusia (1812) debilitó a las tropas francesas en España. Las victorias aliadas en Arapiles (1812), Vitoria (1813) y San Marcial (1813) marcaron el fin de la guerra. Las consecuencias fueron devastadoras: pérdidas humanas, quiebra económica, destrucción de infraestructuras y un país desconectado de la política europea. Sin embargo, la guerra impulsó el primer liberalismo español, aunque este sería suprimido con el regreso de Fernando VII en 1814.

Conclusión

La Guerra de la Independencia fue un conflicto complejo, con dimensiones internas y externas. El surgimiento de las Juntas, la lucha contra la ocupación francesa y el auge del liberalismo marcaron un punto de inflexión en la historia de España.

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