El Bienio Reformista (1931-1933)
La Reforma Agraria
Para la reforma se creó el I.R.A. que actuaba confiscando las tierras, que pasaban a las Juntas Provinciales y de estas a los campesinos que podían explotarlas individual o colectivamente. Sin embargo, se enfrentaron a un gran número de problemas, siendo el resultado decepcionante. Por otra parte, las reacciones de la patronal fueron el rechazo y bloqueo de la ley, uniéndose en asociaciones legales como la Unión Nacional Económica y el Bloque Agrario.
El Problema Regional
En las zonas con lengua propia y una burguesía importante (Cataluña y País Vasco), ante el centralismo borbónico y el liberalismo, se rechazaba el viejo modelo de Estado para reclamar una amplia autonomía. Esto generó tensiones con el gobierno que la República tratará de resolver de forma democrática.
En Cataluña, el Estatuto generó el rechazo de la derecha estatal, socialistas y algunos intelectuales. La Sanjurjada precipitó su aprobación, aprobando su texto original en referéndum en Cataluña, y recortado posteriormente en las Cortes. El primer presidente de la Generalitat fue Francesc Maciá y Lluis Companys del parlamento catalán.
En el País Vasco, el movimiento tenía una raíz popular y rural, teniendo una fuerte raíz religiosa, manifestado en el propio carlismo. Por ello, el PNV y los carlistas se reunieron en 1931 para preparar un anteproyecto de Estatuto de Autonomía. Sin embargo, las regulaciones del tema religioso generaron que los diputados vascos se retirasen, aplazando su aprobación. Hasta el triunfo del Frente Popular no se aprobaría el estatuto en las tres provincias vascas.
Estos estatutos generaron el rechazo de la derecha y del Ejército, siendo causas de la Sanjurjada.
El Fin del Bienio Reformista
Este bienio se caracteriza por seguir una política que intentaba resolver todos los problemas que generó el descontento en amplios sectores de la población.
Por la izquierda se produjo una polarización, ya que las medidas tomadas seguían suscitando oposición por parte de la patronal, la Iglesia y otras fuerzas sociales, donde podemos destacar la CNT y la UGT. De la misma forma que el partido comunista comenzó a arraigar en Andalucía y Extremadura. Esto generó enfrentamientos armados entre obreros y campesinos con las fuerzas del orden público. Hechos que fueron acompañados de ocupaciones, robos y destrucciones.
Podemos destacar la masacre en Casas Viejas, que generó la retirada de apoyo de los socialistas. Por parte de la derecha nos encontramos el malestar producido por las decisiones en torno a la Iglesia o la represión de los motines citados anteriormente. Esto generó el descontento popular, buscando la organización en partidos y asociaciones capaces de hacer frente a este gobierno.
Así, ante la pérdida de apoyos (el PSOE abandona el Gobierno) y la imposibilidad de formar un nuevo gobierno, se convocaron elecciones para el 19 de noviembre de 1933.
El Bienio Radical Cedista (1933-1936). El Frente Popular.
El Bienio Radical Cedista (1933-1936)
Las Bases Sociales de la República de Derechas
El descontento generalizado contra el Gobierno debido a su torpeza o a sus excesos en la represión de motines campesinos (tanto por parte de derechas como de izquierdas) fue aprovechado por las fuerzas conservadoras, agrupadas principalmente en la CEDA en las elecciones de 1933 y obtuvo el triunfo debido a la ley electoral que favorecía a las coaliciones electorales y castigaba la dispersión del voto. Así pues, se inició un nuevo periodo denominado el Bienio Derechista.
Su duración se puede dividir en:
- El periodo radical, con un gobierno exclusivamente del Partido Radical, presidido frecuentemente por Alejandro Lerroux.
- El periodo radical-cedista, con la entrada de ministros de la CEDA con los radicales.
Las bases del cambio operado en 1933 fueron, entre otras, la oligarquía latifundista organizándose en Agrupación Nacional de Propietarios Agrarios, la coalición de la patronal en la Unión Económica Nacional, la reorganización de las fuerzas conservadoras en Acción Popular (que más tarde se transformará en la Confederación Española de Derechas Autónomas, CEDA, en la que se integraron el resto de las organizaciones católicas y las oligarquías agrarias o financieras). La polarización de una parte de la derecha, hizo surgir las dos nuevas formaciones de la JONS y la Falange Española.
Tras las elecciones, el presidente de la República, Alcalá-Zamora, encargó formar gobierno al partido Radical (aunque el ganador fue la CEDA) para poder lograr un cierto equilibrio, ya que este partido no tuvo más remedio que aceptar los planteamientos ideológicos de la CEDA para mantenerse en el gobierno.