REV. RUSA:
Al comienzo del siglo XX, Rusia era el país más atrasado de Europa, y aún contaba con un antiguo régimen, fundamentalmente agrario y con escasa industria. Los campesinos sufrían miseria, sin propiedad privada, mientras que los obreros industriales eran explotados. La humillante derrota rusa en una guerra contra Japón provocó más pobreza y miseria. Rusia participó en la Primera Guerra Mundial, lo que provocó una enorme movilización que repercutió en el hambre, y por esto aparecieron los soviets. Se sucedieron las huelgas del proletariado y campesinos que invadieron territorios aristocráticos. El zar no hacía caso al consejo imperial, no convocó a la Duma. En febrero de 1917, otra movilización hizo que el zar se fuera y entrara un gobierno liberal y burgués que no quería hacer reformas y tampoco quería salir de la guerra. El príncipe Lvov perdió fuerza y fue sustituido por Kerensky, un socialista moderado que pretendía importantes cambios pero NO salir de la guerra. En 1917, el general zarista Kornilov intentó un golpe de estado fallido contra los bolcheviques, y no será hasta octubre cuando elementos bolcheviques organizados (Guardia Roja) ocupen lugares estratégicos de Moscú y asalten el Palacio de Invierno. Kerensky huye. Los bolcheviques ya están en el poder, firman la paz con Alemania y deciden: repartir las tierras, el control de las fábricas para los obreros y el control estatal de la economía. Los bolcheviques crean un estado fuerte, controlado por un partido comunista, y se instala la dictadura del proletariado. Lenin es el máximo dirigente del estado. La rivalidad estaría entre el gobierno provisional y los soviets, quienes se dividen en tres: SOCIALISTAS, MENCHEVIQUES y BOLCHEVIQUES.
Revolución de 1905
Al principio del siglo XX, la Rusia de los zares era un estado sujeto a un total inmovilismo, dominado por la burocracia, la nobleza y la iglesia ortodoxa. El ascenso de Nicolás II en 1895 había forzado esta situación; el crecimiento industrial empezó a exigir transformaciones en todos los sentidos:
- Una frágil burguesía planteaba la necesidad de un mayor control sobre las decisiones del estado.
- Los campesinos seguían descontentos por la falta de tierras, estaban desorganizados y no tenían partidos políticos propios.
- La industrialización incrementó el número de obreros fabriles. Surgieron las primeras organizaciones obreras.
En 1898 nació el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso; su incidencia todavía era muy limitada y se fraccionó en dos tendencias: los mencheviques y los bolcheviques. Los bolcheviques tomaron nota de varios factores: la burguesía liberal se había retirado una vez conseguido unas mejoras limitadas, y el ejército, compuesto de campesinos, se había mantenido mayoritariamente fiel al zar. La revolución y la caída del zar constituyeron un gobierno provisional encabezado por Lvov, con Kerensky como ministro de guerra, mientras que obreros y soldados creaban sus propias células de poder, los soviets. En la revolución de 1917 se presentaban dos fórmulas alternativas al zarismo:
- El gobierno provisional representaba a los sectores de la burguesía liberal, cuyo objetivo político era el establecimiento de una república parlamentaria de corte occidental.
- Otro poder emergente, los soviets, defendían una solución política más avanzada; sus protagonistas fueron los bolcheviques.
La Revolución de Febrero
En 1914, Rusia entró en la Primera Guerra Mundial junto a Francia y Reino Unido. Su atraso económico y la incapacidad del zarismo demostraron que Rusia no podía vencer a enemigos tan poderosos como Alemania y Austria-Hungría. Esto acabó sumiendo al país en el caos y en la revolución. A medida que la guerra se prologaba, el malestar se propagaba entre la población y el prestigio del zar y de su régimen se venía abajo. Hubo fallos en el transporte y en la producción; el ejército y las ciudades estaban desabastecidos, las fábricas paraban al no tener materias primas y los habitantes de las ciudades padecían hambre y frío. Cada vez más se acusaba al zarismo y a Nicolás II de ser los responsables de los desastres. En 1914, solo los bolcheviques se habían opuesto a la entrada de Rusia en la guerra; con el paso del tiempo, las posturas contrarias a la permanencia en la guerra aumentaron. En el invierno de 1916/17, el descontento en el ejército y en las ciudades se multiplicó a causa de los problemas de desabastecimiento. En febrero de 1917, se produjeron en Petrogrado manifestaciones espontáneas de protesta, sobre todo de mujeres; se unieron obreros en huelga y la policía se vio impotente para controlar la ciudad. Enviaron al ejército, pero las tropas actuaron con poca firmeza. El presidente de la Duma pidió al zar el nombramiento de un nuevo gobierno que contara con la confianza del país. Nicolás II respondió clausurando la Duma. El 27 de febrero, una parte de las tropas enviadas contra las manifestaciones se unió a la protesta. La ciudad entera quedó en manos de los sublevados y los ministros y los mandos militares fueron detenidos. Al día siguiente, el gobierno dimitió. Surgieron dos poderes: el de la Duma y el del sóviet de Petrogrado. El día 2 de marzo, la Duma y el sóviet de Petrogrado llegaron a un acuerdo para formar un gobierno provisional, constituido sobre todo por miembros del Partido Constitucional Demócrata. Nicolás II, abandonado por sus seguidores, abdicó en la noche del 2 al 3 de marzo en favor de su hermano, el gran duque Miguel, pero este no aceptó. Rusia se convirtió así en una república. El zarismo había muerto.
El Crack del 29
En EE. UU. se estaban produciendo una serie de fallos en el ambiente de prosperidad de los años 20. El primer fallo fue que se descuidó la producción industrial; los inversores canalizaban su dinero hacia las actividades especulativas. Esta especulación contrasta con la permanente crisis de la agricultura y con la actividad industrial estancada. No se crea riqueza y todo depende de los préstamos bancarios. El objetivo de todos los especuladores era obtener un beneficio rápido, por eso había que vender las acciones rápidamente, porque las tasas de las acciones disminuían cada vez más. Esta situación provocó euforia en la Bolsa hasta que, en julio de 1929, el Estado, alarmado, incrementa la tasa de descuento y los bancos vieron disminuir sus beneficios y también disminuyeron sus reservas de dinero, por lo que disminuyeron los préstamos a los brokers, lo que provocó la alarma entre los accionistas que empezaron a vender sus títulos. En otoño, comenzó una tendencia cada vez más acusada de ventas de acciones, pero el 24 de octubre (Jueves Negro) se pusieron a la venta más de 12 millones de títulos. Morgan y otros banqueros compraron títulos, pero el lunes se consuma el hundimiento; se pusieron a la venta 33 millones de acciones, pero esta vez nadie compró nada. Esto se conoce como el Crack de Wall Street. Se produjo un incremento de la venta de acciones y una disminución de la demanda. Los bancos sufrieron quiebras y los ahorradores fueron a reclamar su dinero, pero no lo consiguieron. La crisis se extendió desde EE. UU. a Europa y más tarde a todo el mundo.