Tras la dictadura de Primo de Rivera, los diversos partidos republicanos, incluidos los nacionalistas gallegos y catalanes, acordaron el Pacto de San Sebastián con objetivo de proclamar la república.En las elecciones municipales de abril de 1931 confirmaron la falta de apoyos del rey. El 14 de abril de 1931, Alcalá Zamora proclamó la Segunda República española, exigiendo así al rey que abandonara el país y creando un gobierno provisional de la república. Este gobierno estaba presidido por Alcalá Zamora y formado por la Derecha Liberal Republicana (Zamora y Maura), el Partido Radical (Lerroux), partidos republicanos de izquierda
(Azaña y Marcelino), PSOE (Prieto y Largo Caballero), un republicano gallego (Quiroga) y uno catalán (Nicolau).El objetivo principal del gobierno era la convocatoria a unas Cortes Constituyentes, aunque se iniciaron una serie de reformas inmediatas sin esperar a la constitución. En el debate territorial, se alcanzó un compromiso por el que se restauraba la Generalitat como gobierno autónomo de Cataluña. En la miseria agraria, Largo Caballero hizo el decreto de laboreo forzoso que obligaba a los propietarios a tener cultivadas las tierras. También se hizo el decreto de términos municipales que combatía el paro agrícola. Se aprobó el Seguro de accidentes de trabajo y la jornada de 8horas. En la reforma educativa, Marcelino Domingo quería erradicar el analfabetismo y promover una enseñanza laica con el principio de la coeducación y la no obligatoriedad de la enseñanza de la religión en las escuelas. La reforma del ejército se basaba en conseguir un ejército moderno y eficaz, reduciendo el excesivo número de oficiales. Parte de la oficialidad y de los sectores políticos conservadores emprendieron una dura campaña contra el nuevo ejército. En la cuestión del orden público, se creó la Guardia de Asalto para la seguridad en las ciudades, pero a menudo la República entregaba el orden público al poder militar.Sin embargo, el primer conflicto serio al que tuvo que enfrentarse la República fue con la Iglesia católica. Un sector, representado por el cardenal Segura, se oponía a la República. Tras la publicación de una pastoral del Cardenal Segura, que acabó en un conflicto abierto, el gobierno ordenó la expulsión del cardenal. Además se produjeron incendios de iglesias y conventos por parte de los grupos de extrema izquierda. Las consecuencias fueron desastrosas para la República al provocar el deterioro irreversible de las relaciones con la Iglesia.El gobierno provisional convocó las elecciones a Cortes Constituyentes de una sola cámara para elaborar una constitución. Poco antes se publicó un decreto que modificaba la ley electoral de 1907, por lo que fueron las primeras elecciones limpias. La coalición de republicanos y socialistas obtuvo una aplastante mayoría, frente a la nula representación de la derecha antirrepublicana. El triunfo de la izquierda influyó en la redacción de la constitución y el texto fue aprobado sin consenso. Las características fueron:Establecimiento de una República democrática y laica. Amplia declaración de derechos y libertades (derecho de voto de las mujeres, el matrimonio civil, divorcio, derecho a una educación primaria obligatoria y gratuita, etc.). Se reconoció el derecho a la propiedad privada, pero subordinándola a los intereses de la economía nacional. Estableció una radical división de poderes legislativo, ejecutivo y judicial. La jefatura del Estado se atribuyó al presidente, quien tenía que nombrar y destituir al presidente del gobierno y promulgar las leyes. La justicia se basaba en la autonomía y la independencia de los jueces y tribunales.//En Cortes, se abrieron ya los debates sobre la organización territorial del Estado, sobre la organización de las regiones autónomas, etc. Pero el debate más polémico se produjo en torno a los artículos en los que se contemplaba la separación estado-Iglesia, lo que originó la dimisión de Alcalá Zamora. La constitución declaró la libertad de cultos y eliminó la financiación estatal de la Iglesia. Se prohibió la enseñanza religiosa y se disolvió la Compañía de Jesús.Una vez aprobada la constitución, fue elegido presidente Alcalá Zamora con el apoyo de la coalición republicano-socialista. Zamora encargó a Azaña que formara gobierno, quien optó por la alianza de los republicanos de izquierda y los socialistas, comenzando así el bienio reformista (1931-1933). Este bienio se caracterizó por una puesta en marcha de unas reformas que afectaron a todos los ámbitos. En la política religiosa, el gobierno estaba decidido a establecer una clara separación Iglesia-Estado y a reducir la influencia de la Iglesia sobre la sociedad española. Las reformas fueron la Ley de Divorcio (que no cuestionaba el matrimonio religioso) y la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas, y ordenaba el cierre de los centros docentes religiosos.
La reforma educativa y política cultural pretendía una educación gratuita y laica. Tenían que construir muchas escuelas primarias y dotarlas de maestros formados. Aunque no se consiguió, se aumentaron notablemente el número de maestros, el número de institutos de Bachillerato y el presupuesto de la educación. Además, la política educativa se dirigió a la extensión de la cultura popular, con lo que colaboraron intelectuales como Lorca con La Barraca.
En las reformas laborales, el ministro de Trabajo, Largo Caballero, hizo una Ley de Contratos de Trabajo, que regulaba las jornadas laborales y el trabajo de mujeres y niños. La Ley de Jurados Mixtos y la Ley de Asociaciones Obreras (que regulaba los sindicatos) chocaron con fuertes resistencias de las organizaciones patronales. Uno de los problemas que se arrastraba desde la Restauración era la cuestión de diseñar una organización territorial del Estado que permitiera satisfacer las aspiraciones de las regiones con sentimientos nacionalistas. La constitución intentó resolver este problema mediante el reconocimiento del derecho de las regiones a constituirse en régimen de autonomía.
Cataluña fue la primera en iniciar el proceso. La iniciativa partió de Esquerra Republicana. Se elaboró el Estatuto de Nuria que sufrió importantes recortes a su paso por las Cortes pero finalmente se aprobó. La elaboración del estatuto vasco fue más difícil por las diferencias entre la izquierda republicano-socialista y la derecha, en PNV y los carlistas. Ya en plena guerra civil se aprobó el estatuto, por lo que no dio tiempo a ponerlo en práctica. En Andalucía, Blas Infante aprobó un anteproyecto de estatuto pero tampoco se llevó a cabo.
La reforma agraria fue sin duda la obra más importante del bienio de izquierdas. La agricultura española presentaba rasgos arcaicos y había un enorme proletariado rural que estaba sumido en la miseria. El grave problema social se había acentuado con la gran crisis económica internacional. La Ley de Bases de la Reforma Agraria de 1932 era muy moderada y pretendía la modernización técnica, acabar con el latifundismo y redistribuir la propiedad mediante el asentamiento de campesinos en las tierras expropiadas.Todos los propietarios expropiados, salvo los grandes de España y los dueños de antiguos señoríos, debían ser indemnizados. La propiedad de todas las fincas correspondió al Estado. El régimen de explotación colectivo o individual lo decidirían las comunidades de campesinos. La ley quedó en manos del Instituto de Reforma Agraria (IRA). Esta ley provocó la oposición de los grandes propietarios y de los anarquistas y sindicatos del campo, unos por considerarla demasiada reformista y los otros por demasiado conservadora.Todas estas reformas desataron una fuerte oposición tanto en la izquierda como en la derecha. En los anarquistas, un sector era partidario del camino de la negociación, sin embargo la CNT y la FAI optaban por la acción directa, la huelga general y la insurrección. La Ley de Defensa de la República permitía suspender las garantías constitucionales y fue utilizada con dureza en episodios sangrientos como los de Castilblanco. Más sangrientos fueron los disturbios en la provincia de Cádiz que culminaron en los sucesos de Casas Viejas con el enfrentamiento entre grupos de campesinos de la CNT y la Guardia Civil y la Guardia Civil de Asalto. Las fuerzas del orden público acribillaron a tiros a 8 campesinos y fusilaron a otros 12. La matanza de Casas Viejas fue un motivo de su caída y incredibilidad ya que responsabilizaron a Azaña de los hechos.Mientras tanto, la derecha aprovechó para organizarse. La derecha monárquica radicalmente antirrepublicana trató de derribar la república por medio de la conspiración. Los carlistas formaron la Comunión Tradicionalista y los monárquicos alfonsinos y algunos fascistas crearon la Renovación Española. En 1932 el general Sanjurjo intentó un golpe de Estado pero pronto fue abortado. Otro sector de la derecha católica optó por una vía pacífica. Gil Robles fundó la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). Pretendía cambiar la reformas del primer bienio e incluso reformar la propia constitución.A mediados de 1933, Azaña sufrió el acoso de las organizaciones de empresarios y patronos. También la CNT prosiguió sus huelgas y movilizaciones. La crisis de la coalición de republicanos de izquierda y socialistas fue consecuencia de la postura de acoso del Partido Radical y de su líder Lerroux. Otro gran problema provino del debate en el PSOE sobre la continuidad o no de su colaboración con los republicanos en el gobierno. A lo largo de 1933 en las filas socialistas se fue afianzando la postura revolucionaria de Largo Caballero de poner fin a dicha colaboración. Alcalá Zamora forzó la dimisión de Azaña con la crisis. Zamora disolvió las Cortes Constituyentes argumentando que no representaban ya el estado de la opinión pública y convocó nuevas elecciones.Las elecciones generales se celebraron con una nueva ley electoral que por primera vez hizo efectivo el derecho de voto de las mujeres. Un hecho destacable fue la fundación, por Jose Antonio Primo de Rivera, de Falange Española, de ideología cercana al fascismo. El resultado de las elecciones significó un triunfo de la derecha, la CEDA y del Partido Radical, y la derrota de los republicanos de izquierda y de los socialistas. Comenzaba así el bienio de centro-derecha (1933-1935). Una razón es que los partidos de la nueva derecha (CEDA) y los monárquicos se presentaron unidos en una coalición, cuyo programa planteaba la revisión de las reformas del primer bienio, como la reforma agraria y la religiosa, la revisión de la constitución, etc. Otra razón de esos resultados fue que los socialistas desoyeron la recomendación de su dirigente Prieto de reeditar la alianza con los partidos republicanos de izquierda, que se presentaron divididos. Los resultados mostraron un desplazamiento del electorado a la derecha.Los primeros gobiernos del centrista Partido Radical se formaron en coalición con otros partidos republicanos de centro y con el imprescindible apoyo parlamentario de la CEDA. La derecha consiguió que se modificasen varios aspectos de la política religiosa ( los colegios católicos siguieron funcionando y el Estado seguiría sufragando parte de los sueldos de los sacerdotes), de la legislación laboral y la reforma agraria y de la ley de amnistía. Estas medidas provocaron que el Partido Radical se escindiera, formándose un nuevo partido dirigido por Azaña: Izquierda Republicana. Los mayores problemas que los gobiernos radicales tuvieron que afrontar fueron los conflictos sociales en el campo. Los propietarios agrarios aprovecharon el triunfo electoral de la derecha para incumplir las reglamentaciones laborales y bajar los sueldos, por lo que los campesinos hicieron una huelga general. Además estalló un conflicto de competencias con la Generalitat de Cataluña. El Parlamento catalán aprobó la Ley de Contratos de Cultivo por la cual los arrendatarios podían comprar las tierras que hubieran trabajado después de 18 años. La ley fue declarada inconstitucional.En 1934 la UGT, que estaba bajo el control del sector revolucionario liderado por Largo Caballero, aprobó un programa revolucionario. Se formó una alianza obrera entre el PSOE y la UGT para combatir el fascismo y establecer una república federal socialista. La CEDA exigió entrar en el gobierno para aplicar políticas más decididas contra el desafío de los movimientos izquierdistas y para hacer frente a la Ley de Contratos de Cultivo. Por lo que se formó un nuevo gobierno radical con tres ministros de la CEDA. Los republicanos de izquierda consideraron la entrada de la CEDA en el gobierno como una traición a la república. Para los socialistas fue la señal para el levantamiento frente a un supuesto riesgo de fascismo bajo la excusa de que era necesario para evitar que Gil Robles destruyese la república.La revolución se desató con Largo Caballero al mando, que hizo una huelga general en las principales ciudades. Pero fracasaron los planes ya que no contó con el apoyo de los campesinos de la FETT ni con el apoyo de la CNT. En Cataluña la entrada de la CEDA fue interpretada como una amenaza al estatuto de autonomía. LLuis Companys, presidente de la Generalitat, proclamó el “Estado Catalán dentro de la República Federal Española”, pero la intentona de rebelión fue rápidamente abortada. Solo en Asturias se produjo una auténtica revolución social ya que se forjó una alianza obrera que agrupó a la UGT, la CNT y a los comunistas. Para sofocar la rebelión, el gobierno declaró el estado de guerra y recurrió al ejército del Protectorado de Marruecos, que junto a la Guardia Civil, llevó a cabo una fuerte represión. Azaña, que no había participado en los hechos, fue acusado del delito y encarcelado. Se suspendió la autonomía catalana y la Ley de Contratos de Cultivo fue anulada.Lerroux tuvo que acceder a formar parte de un nuevo gobierno con mayoría de ministros de la CEDA. Desde ese momento se aceleró la rectificación de las reformas republicanas. El Partido Radical se sometió a las exigencias de la CEDA. Se desmontaron las reformas sociales y laborales, en el capítulo militar se hizo una política de cambios en los mandos militares y también se planeaba una reforma constitucional en la que se revisara la política religiosa. Pero antes de emprender la revisión de la constitución estalló una crisis en el Partido Radical a raíz de los escándalos de corrupción del straperlo y el asunto Nombela, que afectaron a destacados cargos del partido. Parecía la oportunidad esperada por Gil Robles para llegar al poder en solitario pero Alcalá Zamora se negó a entregarle el poder. Zamora decidió disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. En 1936 se celebraron las últimas elecciones de la Segunda República. Su resultado mostró un equilibrio entre los dos bloques antagónicos en que se había dividido España. Los partidos de izquierda constituyeron el Frente Popular, resultado de un acuerdo electoral, pero no de gobierno, entre los partidos republicanos de izquierda, los socialistas y los comunistas. Presentaban un programa moderado basado en una amnistía general y la recuperación de la política reformista del primer bienio. Las derechas y el centro se presentaron desunidas y su programa se centró en la revisión total de la constitución. Los resultados electorales arrojaron una victoria del Frente Popular. Alcalá Zamora encargó a Azaña la formación de gobierno, formado solo por republicanos de izquierda ya que los socialistas rechazaron integrarse en un gobierno de coalición con los republicanos. Se adoptaron una serie de medidas urgentes en cumplimiento del programa electoral. Se concedió amnistía general y se obligó a los empresarios a readmitir a los obreros despedidos. Se restableció a autonomía de Cataluña y se reanudó el programa reformista en los ámbitos agrario, religioso, social y militar. Además volvió la confrontación entre la Iglesia y la república.Una vez constituidas las nuevas Cortes se abrió una nueva crisis. Las Cortes destituyeron al presidente de la república, Alcalá Zamora, y fue sustituido por Azaña. El nuevo presidente formó un gobierno de republicanos de izquierda presidido por Casares Quiroga.Tras el orden público, el problema más serio fie la crisis económica. La debilidad del gobierno pronto se hizo patente viéndose desbordado por los conflictos y la violencia política. El PSOE y la CEDA contribuyeron también, en estos meses, a la inestabilidad de la república. En la izquierda triunfaban las posiciones revolucionarias de los anarquistas y del sector más radical de la UGT. La CEDA entró en crisis, lo que favoreció a Falange. Ante los enfrentamientos violentos callejeros, el gobierno reaccionó: detuvo a José Antonio Primo de Rivera y cerró las sedes de Falange. Aún así, la violencia callejera y los crímenes políticos siguieron en aumento.Además el ejército hizo una conspiración militar que partió de algunos militares de extrema derecha y la Unión Militar Española y se planificó ya tras el triunfo del Frente Popular. El gobierno republicano trató de desarticular la trama golpista realizando cambios y trasladando en los altos mandos sospechosos de participar en la conspiración. Pero estos cambios no sirvieron para frenar el golpe militar. Se reunió en Madrid un destacado grupo de generales, entre ellos Mola, que acordaron un alzamiento militar para restablecer el orden. La sublevación contó con el apoyo de monárquicos alfonsinos, carlistas y falangistas y de las milicias armadas de la Falange Española de las JONS y del Requeté carlista. El asesinato de Calvo Sotelo, como represalia por el asesinato del teniente Castillo de la Guardia de Asalto, aceleró el proceso y sumó al golpe a los indecisos (entre ellos Franco). El plan consistía en una sublevación simultánea de las guarniciones de todo el país, acompañada de una violenta represión. El 17 de julio comenzó la sublevación en las guarniciones del protectorado de Marruecos y al día siguiente se sumaron otras guarniciones de la Península. El fracaso de la rebelión militar en la mayor parte de las grandes ciudades derivó en una trágica y sangrienta guerra civil que duró tres años.
(Azaña y Marcelino), PSOE (Prieto y Largo Caballero), un republicano gallego (Quiroga) y uno catalán (Nicolau).El objetivo principal del gobierno era la convocatoria a unas Cortes Constituyentes, aunque se iniciaron una serie de reformas inmediatas sin esperar a la constitución. En el debate territorial, se alcanzó un compromiso por el que se restauraba la Generalitat como gobierno autónomo de Cataluña. En la miseria agraria, Largo Caballero hizo el decreto de laboreo forzoso que obligaba a los propietarios a tener cultivadas las tierras. También se hizo el decreto de términos municipales que combatía el paro agrícola. Se aprobó el Seguro de accidentes de trabajo y la jornada de 8horas. En la reforma educativa, Marcelino Domingo quería erradicar el analfabetismo y promover una enseñanza laica con el principio de la coeducación y la no obligatoriedad de la enseñanza de la religión en las escuelas. La reforma del ejército se basaba en conseguir un ejército moderno y eficaz, reduciendo el excesivo número de oficiales. Parte de la oficialidad y de los sectores políticos conservadores emprendieron una dura campaña contra el nuevo ejército. En la cuestión del orden público, se creó la Guardia de Asalto para la seguridad en las ciudades, pero a menudo la República entregaba el orden público al poder militar.Sin embargo, el primer conflicto serio al que tuvo que enfrentarse la República fue con la Iglesia católica. Un sector, representado por el cardenal Segura, se oponía a la República. Tras la publicación de una pastoral del Cardenal Segura, que acabó en un conflicto abierto, el gobierno ordenó la expulsión del cardenal. Además se produjeron incendios de iglesias y conventos por parte de los grupos de extrema izquierda. Las consecuencias fueron desastrosas para la República al provocar el deterioro irreversible de las relaciones con la Iglesia.El gobierno provisional convocó las elecciones a Cortes Constituyentes de una sola cámara para elaborar una constitución. Poco antes se publicó un decreto que modificaba la ley electoral de 1907, por lo que fueron las primeras elecciones limpias. La coalición de republicanos y socialistas obtuvo una aplastante mayoría, frente a la nula representación de la derecha antirrepublicana. El triunfo de la izquierda influyó en la redacción de la constitución y el texto fue aprobado sin consenso. Las características fueron:Establecimiento de una República democrática y laica. Amplia declaración de derechos y libertades (derecho de voto de las mujeres, el matrimonio civil, divorcio, derecho a una educación primaria obligatoria y gratuita, etc.). Se reconoció el derecho a la propiedad privada, pero subordinándola a los intereses de la economía nacional. Estableció una radical división de poderes legislativo, ejecutivo y judicial. La jefatura del Estado se atribuyó al presidente, quien tenía que nombrar y destituir al presidente del gobierno y promulgar las leyes. La justicia se basaba en la autonomía y la independencia de los jueces y tribunales.//En Cortes, se abrieron ya los debates sobre la organización territorial del Estado, sobre la organización de las regiones autónomas, etc. Pero el debate más polémico se produjo en torno a los artículos en los que se contemplaba la separación estado-Iglesia, lo que originó la dimisión de Alcalá Zamora. La constitución declaró la libertad de cultos y eliminó la financiación estatal de la Iglesia. Se prohibió la enseñanza religiosa y se disolvió la Compañía de Jesús.Una vez aprobada la constitución, fue elegido presidente Alcalá Zamora con el apoyo de la coalición republicano-socialista. Zamora encargó a Azaña que formara gobierno, quien optó por la alianza de los republicanos de izquierda y los socialistas, comenzando así el bienio reformista (1931-1933). Este bienio se caracterizó por una puesta en marcha de unas reformas que afectaron a todos los ámbitos. En la política religiosa, el gobierno estaba decidido a establecer una clara separación Iglesia-Estado y a reducir la influencia de la Iglesia sobre la sociedad española. Las reformas fueron la Ley de Divorcio (que no cuestionaba el matrimonio religioso) y la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas, y ordenaba el cierre de los centros docentes religiosos.
La reforma educativa y política cultural pretendía una educación gratuita y laica. Tenían que construir muchas escuelas primarias y dotarlas de maestros formados. Aunque no se consiguió, se aumentaron notablemente el número de maestros, el número de institutos de Bachillerato y el presupuesto de la educación. Además, la política educativa se dirigió a la extensión de la cultura popular, con lo que colaboraron intelectuales como Lorca con La Barraca.
En las reformas laborales, el ministro de Trabajo, Largo Caballero, hizo una Ley de Contratos de Trabajo, que regulaba las jornadas laborales y el trabajo de mujeres y niños. La Ley de Jurados Mixtos y la Ley de Asociaciones Obreras (que regulaba los sindicatos) chocaron con fuertes resistencias de las organizaciones patronales. Uno de los problemas que se arrastraba desde la Restauración era la cuestión de diseñar una organización territorial del Estado que permitiera satisfacer las aspiraciones de las regiones con sentimientos nacionalistas. La constitución intentó resolver este problema mediante el reconocimiento del derecho de las regiones a constituirse en régimen de autonomía.
Cataluña fue la primera en iniciar el proceso. La iniciativa partió de Esquerra Republicana. Se elaboró el Estatuto de Nuria que sufrió importantes recortes a su paso por las Cortes pero finalmente se aprobó. La elaboración del estatuto vasco fue más difícil por las diferencias entre la izquierda republicano-socialista y la derecha, en PNV y los carlistas. Ya en plena guerra civil se aprobó el estatuto, por lo que no dio tiempo a ponerlo en práctica. En Andalucía, Blas Infante aprobó un anteproyecto de estatuto pero tampoco se llevó a cabo.
La reforma agraria fue sin duda la obra más importante del bienio de izquierdas. La agricultura española presentaba rasgos arcaicos y había un enorme proletariado rural que estaba sumido en la miseria. El grave problema social se había acentuado con la gran crisis económica internacional. La Ley de Bases de la Reforma Agraria de 1932 era muy moderada y pretendía la modernización técnica, acabar con el latifundismo y redistribuir la propiedad mediante el asentamiento de campesinos en las tierras expropiadas.Todos los propietarios expropiados, salvo los grandes de España y los dueños de antiguos señoríos, debían ser indemnizados. La propiedad de todas las fincas correspondió al Estado. El régimen de explotación colectivo o individual lo decidirían las comunidades de campesinos. La ley quedó en manos del Instituto de Reforma Agraria (IRA). Esta ley provocó la oposición de los grandes propietarios y de los anarquistas y sindicatos del campo, unos por considerarla demasiada reformista y los otros por demasiado conservadora.Todas estas reformas desataron una fuerte oposición tanto en la izquierda como en la derecha. En los anarquistas, un sector era partidario del camino de la negociación, sin embargo la CNT y la FAI optaban por la acción directa, la huelga general y la insurrección. La Ley de Defensa de la República permitía suspender las garantías constitucionales y fue utilizada con dureza en episodios sangrientos como los de Castilblanco. Más sangrientos fueron los disturbios en la provincia de Cádiz que culminaron en los sucesos de Casas Viejas con el enfrentamiento entre grupos de campesinos de la CNT y la Guardia Civil y la Guardia Civil de Asalto. Las fuerzas del orden público acribillaron a tiros a 8 campesinos y fusilaron a otros 12. La matanza de Casas Viejas fue un motivo de su caída y incredibilidad ya que responsabilizaron a Azaña de los hechos.Mientras tanto, la derecha aprovechó para organizarse. La derecha monárquica radicalmente antirrepublicana trató de derribar la república por medio de la conspiración. Los carlistas formaron la Comunión Tradicionalista y los monárquicos alfonsinos y algunos fascistas crearon la Renovación Española. En 1932 el general Sanjurjo intentó un golpe de Estado pero pronto fue abortado. Otro sector de la derecha católica optó por una vía pacífica. Gil Robles fundó la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). Pretendía cambiar la reformas del primer bienio e incluso reformar la propia constitución.A mediados de 1933, Azaña sufrió el acoso de las organizaciones de empresarios y patronos. También la CNT prosiguió sus huelgas y movilizaciones. La crisis de la coalición de republicanos de izquierda y socialistas fue consecuencia de la postura de acoso del Partido Radical y de su líder Lerroux. Otro gran problema provino del debate en el PSOE sobre la continuidad o no de su colaboración con los republicanos en el gobierno. A lo largo de 1933 en las filas socialistas se fue afianzando la postura revolucionaria de Largo Caballero de poner fin a dicha colaboración. Alcalá Zamora forzó la dimisión de Azaña con la crisis. Zamora disolvió las Cortes Constituyentes argumentando que no representaban ya el estado de la opinión pública y convocó nuevas elecciones.Las elecciones generales se celebraron con una nueva ley electoral que por primera vez hizo efectivo el derecho de voto de las mujeres. Un hecho destacable fue la fundación, por Jose Antonio Primo de Rivera, de Falange Española, de ideología cercana al fascismo. El resultado de las elecciones significó un triunfo de la derecha, la CEDA y del Partido Radical, y la derrota de los republicanos de izquierda y de los socialistas. Comenzaba así el bienio de centro-derecha (1933-1935). Una razón es que los partidos de la nueva derecha (CEDA) y los monárquicos se presentaron unidos en una coalición, cuyo programa planteaba la revisión de las reformas del primer bienio, como la reforma agraria y la religiosa, la revisión de la constitución, etc. Otra razón de esos resultados fue que los socialistas desoyeron la recomendación de su dirigente Prieto de reeditar la alianza con los partidos republicanos de izquierda, que se presentaron divididos. Los resultados mostraron un desplazamiento del electorado a la derecha.Los primeros gobiernos del centrista Partido Radical se formaron en coalición con otros partidos republicanos de centro y con el imprescindible apoyo parlamentario de la CEDA. La derecha consiguió que se modificasen varios aspectos de la política religiosa ( los colegios católicos siguieron funcionando y el Estado seguiría sufragando parte de los sueldos de los sacerdotes), de la legislación laboral y la reforma agraria y de la ley de amnistía. Estas medidas provocaron que el Partido Radical se escindiera, formándose un nuevo partido dirigido por Azaña: Izquierda Republicana. Los mayores problemas que los gobiernos radicales tuvieron que afrontar fueron los conflictos sociales en el campo. Los propietarios agrarios aprovecharon el triunfo electoral de la derecha para incumplir las reglamentaciones laborales y bajar los sueldos, por lo que los campesinos hicieron una huelga general. Además estalló un conflicto de competencias con la Generalitat de Cataluña. El Parlamento catalán aprobó la Ley de Contratos de Cultivo por la cual los arrendatarios podían comprar las tierras que hubieran trabajado después de 18 años. La ley fue declarada inconstitucional.En 1934 la UGT, que estaba bajo el control del sector revolucionario liderado por Largo Caballero, aprobó un programa revolucionario. Se formó una alianza obrera entre el PSOE y la UGT para combatir el fascismo y establecer una república federal socialista. La CEDA exigió entrar en el gobierno para aplicar políticas más decididas contra el desafío de los movimientos izquierdistas y para hacer frente a la Ley de Contratos de Cultivo. Por lo que se formó un nuevo gobierno radical con tres ministros de la CEDA. Los republicanos de izquierda consideraron la entrada de la CEDA en el gobierno como una traición a la república. Para los socialistas fue la señal para el levantamiento frente a un supuesto riesgo de fascismo bajo la excusa de que era necesario para evitar que Gil Robles destruyese la república.La revolución se desató con Largo Caballero al mando, que hizo una huelga general en las principales ciudades. Pero fracasaron los planes ya que no contó con el apoyo de los campesinos de la FETT ni con el apoyo de la CNT. En Cataluña la entrada de la CEDA fue interpretada como una amenaza al estatuto de autonomía. LLuis Companys, presidente de la Generalitat, proclamó el “Estado Catalán dentro de la República Federal Española”, pero la intentona de rebelión fue rápidamente abortada. Solo en Asturias se produjo una auténtica revolución social ya que se forjó una alianza obrera que agrupó a la UGT, la CNT y a los comunistas. Para sofocar la rebelión, el gobierno declaró el estado de guerra y recurrió al ejército del Protectorado de Marruecos, que junto a la Guardia Civil, llevó a cabo una fuerte represión. Azaña, que no había participado en los hechos, fue acusado del delito y encarcelado. Se suspendió la autonomía catalana y la Ley de Contratos de Cultivo fue anulada.Lerroux tuvo que acceder a formar parte de un nuevo gobierno con mayoría de ministros de la CEDA. Desde ese momento se aceleró la rectificación de las reformas republicanas. El Partido Radical se sometió a las exigencias de la CEDA. Se desmontaron las reformas sociales y laborales, en el capítulo militar se hizo una política de cambios en los mandos militares y también se planeaba una reforma constitucional en la que se revisara la política religiosa. Pero antes de emprender la revisión de la constitución estalló una crisis en el Partido Radical a raíz de los escándalos de corrupción del straperlo y el asunto Nombela, que afectaron a destacados cargos del partido. Parecía la oportunidad esperada por Gil Robles para llegar al poder en solitario pero Alcalá Zamora se negó a entregarle el poder. Zamora decidió disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. En 1936 se celebraron las últimas elecciones de la Segunda República. Su resultado mostró un equilibrio entre los dos bloques antagónicos en que se había dividido España. Los partidos de izquierda constituyeron el Frente Popular, resultado de un acuerdo electoral, pero no de gobierno, entre los partidos republicanos de izquierda, los socialistas y los comunistas. Presentaban un programa moderado basado en una amnistía general y la recuperación de la política reformista del primer bienio. Las derechas y el centro se presentaron desunidas y su programa se centró en la revisión total de la constitución. Los resultados electorales arrojaron una victoria del Frente Popular. Alcalá Zamora encargó a Azaña la formación de gobierno, formado solo por republicanos de izquierda ya que los socialistas rechazaron integrarse en un gobierno de coalición con los republicanos. Se adoptaron una serie de medidas urgentes en cumplimiento del programa electoral. Se concedió amnistía general y se obligó a los empresarios a readmitir a los obreros despedidos. Se restableció a autonomía de Cataluña y se reanudó el programa reformista en los ámbitos agrario, religioso, social y militar. Además volvió la confrontación entre la Iglesia y la república.Una vez constituidas las nuevas Cortes se abrió una nueva crisis. Las Cortes destituyeron al presidente de la república, Alcalá Zamora, y fue sustituido por Azaña. El nuevo presidente formó un gobierno de republicanos de izquierda presidido por Casares Quiroga.Tras el orden público, el problema más serio fie la crisis económica. La debilidad del gobierno pronto se hizo patente viéndose desbordado por los conflictos y la violencia política. El PSOE y la CEDA contribuyeron también, en estos meses, a la inestabilidad de la república. En la izquierda triunfaban las posiciones revolucionarias de los anarquistas y del sector más radical de la UGT. La CEDA entró en crisis, lo que favoreció a Falange. Ante los enfrentamientos violentos callejeros, el gobierno reaccionó: detuvo a José Antonio Primo de Rivera y cerró las sedes de Falange. Aún así, la violencia callejera y los crímenes políticos siguieron en aumento.Además el ejército hizo una conspiración militar que partió de algunos militares de extrema derecha y la Unión Militar Española y se planificó ya tras el triunfo del Frente Popular. El gobierno republicano trató de desarticular la trama golpista realizando cambios y trasladando en los altos mandos sospechosos de participar en la conspiración. Pero estos cambios no sirvieron para frenar el golpe militar. Se reunió en Madrid un destacado grupo de generales, entre ellos Mola, que acordaron un alzamiento militar para restablecer el orden. La sublevación contó con el apoyo de monárquicos alfonsinos, carlistas y falangistas y de las milicias armadas de la Falange Española de las JONS y del Requeté carlista. El asesinato de Calvo Sotelo, como represalia por el asesinato del teniente Castillo de la Guardia de Asalto, aceleró el proceso y sumó al golpe a los indecisos (entre ellos Franco). El plan consistía en una sublevación simultánea de las guarniciones de todo el país, acompañada de una violenta represión. El 17 de julio comenzó la sublevación en las guarniciones del protectorado de Marruecos y al día siguiente se sumaron otras guarniciones de la Península. El fracaso de la rebelión militar en la mayor parte de las grandes ciudades derivó en una trágica y sangrienta guerra civil que duró tres años.