1. La Implantación del Nuevo Estado Tras la Guerra Civil Española
Tras la Guerra Civil, Francisco Franco se erigió como el centro del nuevo régimen. Mientras algunos aclamaban su victoria, muchos otros se exiliaban, eran encarcelados o depurados. El franquismo implicó la implantación de un régimen político-social de carácter militarista y conservador. Tras la derrota de los totalitarismos en la Segunda Guerra Mundial, el régimen fue despojándose de sus rasgos más fascistas. Sin embargo, la dictadura de Franco fue un régimen ecléctico que combinó elementos del tradicionalismo, el catolicismo, el autoritarismo y el fascismo.
1.1. El Nuevo Estado y las Leyes Fundamentales
El nuevo Estado carecía de constitución, partidos políticos y libertades. Esta falta de legalidad se suplió con las Leyes Fundamentales, promulgadas según las necesidades del régimen. Entre ellas destacan:
- Ley Constitutiva de Cortes (1942)
- Fuero de los Españoles (1945)
- Ley del Referéndum Nacional (1945)
- Ley de Sucesión (1947)
- Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958)
La estructura legal no se completó hasta la Ley Orgánica del Estado de 1967.
1.2. El Poder Absoluto de Franco
Tras la guerra, Franco acumulaba los cargos de Generalísimo de los Ejércitos, Jefe del Estado, del Gobierno y del partido único. Todos los poderes recaían en él, lo que consolidó su poder absoluto. La propaganda mitificó su figura, al estilo fascista, convirtiéndolo en objeto de culto hasta su muerte. Se promovió una imagen providencialista, expresada en la frase «Francisco Franco Caudillo de España por la gracia de Dios».
1.3. La Estructura del Nuevo Estado
El gobierno formado en 1939 aglutinaba a todas las tendencias afines a la dictadura, que se dedicaron a estructurar el nuevo Estado. En 1942 se crearon las Cortes como una fachada representativa del régimen. Sin embargo, estas Cortes carecían de poderes reales y eran un mero órgano consultivo. Este sistema se denominó «democracia orgánica» para diferenciarlo de las democracias europeas.
1.3.1. El Sindicalismo Vertical
En 1938, en plena guerra, se aprobó el Fuero del Trabajo, base del sindicalismo vertical y del nacional-sindicalismo, inspirados en la Italia de Mussolini. Existía un sindicato único, controlado por Falange, que agrupaba obligatoriamente a obreros y patronos. Se prohibían la huelga y el despido libre, convirtiendo al sindicato en un instrumento del régimen. En 1940 se creó la Organización Sindical Española (OSE).
2. Los Pilares del Régimen Franquista
Los pilares del régimen fueron el ejército, la Iglesia y la Falange. Franco supo controlarlos en su propio beneficio.
2.1. El Ejército
El ejército, depurado tras la guerra, se mantuvo fiel al dictador, siendo la columna vertebral del régimen. Los militares, como vencedores de la guerra, gozaron de privilegios y muchos ocuparon cargos ministeriales. Sin embargo, algunos generales monárquicos causaron tensiones, y hubo críticas al carácter obsoleto del ejército y su escaso papel en la descolonización de África.
2.2. La Iglesia
La Iglesia se identificó con el régimen, al que denominó «nacional-catolicismo». Se aprovechó de esta situación para imponerse en la educación y la moral pública, creando asociaciones y sindicatos que participaban en el régimen, como la ACNP o el Opus Dei. La separación entre la Iglesia y el franquismo no comenzaría hasta el Concilio Vaticano II.
2.3. La Falange
Falange flexibilizó la doctrina de José Antonio Primo de Rivera y se adaptó a Franco. El dictador la utilizó para mantener vivo el espíritu del 36 y controlar la opinión pública. Sin embargo, su poder decayó después de 1945 y su radio de acción se redujo a los sindicatos y el Consejo Nacional del Movimiento.
2.4. Otros Apoyos al Régimen
Además de estos tres pilares, la burguesía, los terratenientes y gran parte de las clases medias y los católicos respaldaron el sistema. Sin embargo, los monárquicos donjuanistas representaron un problema. Don Juan de Borbón había exigido el restablecimiento de la monarquía constitucional con el Manifiesto de Lausana (1945) y calificó de ilegal la Ley de Sucesión, que consideraba que aseguraba la continuidad de la dictadura bajo el poder de su hijo, Juan Carlos.
3. Control Social e Ideológico
El régimen desmanteló la obra de la República e impuso un control social e ideológico total. Se ensalzaba la figura del Caudillo y los logros del Estado, imponiendo a la sociedad los valores que la clase dirigente consideraba la esencia de España: obediencia, disciplina y autoridad. La censura de toda actividad cultural sumió al país en la postración cultural.
3.1. La Formación Ideológica
La formación ideológica estuvo a cargo del Frente de Juventudes, la Sección Femenina y el SEU universitario. El proceso de fascistización fue generalizado: se cantaba el «Cara al Sol» en las escuelas, se adornaban los pueblos con yugos y flechas, y el retrato de Franco era omnipresente.
3.2. El Control de la Moral
La Iglesia controló la moral pública y privada, calificando de pecado bailes, modas extranjeras, cine, teatro y otras diversiones. Para evangelizar a los obreros se crearon asociaciones católicas como la HOAC y la JOC.