Transición Española: De la Dictadura a la Democracia (1975-1978)

1.6. La Transición Política: La Constitución de 1978 y el Estado de las Autonomías

El 20 de noviembre de 1975, tras 36 años de dictadura, falleció el General Franco. Este suceso marcó el inicio de la Transición Española, un período complejo que culminaría con la instauración de la democracia. Dos tendencias principales surgieron en el escenario político: los continuistas, partidarios de mantener la dictadura con D. Juan Carlos al frente, y los reformistas, que abogaban por un cambio de régimen.

La Vía del Pacto y la Tolerancia

De este escenario surgió la conocida como transición democrática a través de la vía del pacto, la tolerancia y el intento de reconciliación. Este proceso culminó con la aprobación en referéndum de la Constitución de 1978, que dotó a España de un sistema democrático con la monarquía parlamentaria como forma de gobierno.

El Reinado de Juan Carlos I

El 22 de noviembre de 1975, D. Juan Carlos fue coronado Rey de España, dejando clara su postura de buscar profundos cambios políticos. Su primer gobierno, presidido por Carlos Arias Navarro (impuesto por Franco), incorporó algunos políticos aperturistas como Manuel Fraga, quienes impulsaron la legalización de las asociaciones políticas, aunque estas debían aceptar las leyes franquistas.

El Surgimiento de la Platajunta

Ante la legalización de las asociaciones políticas, los partidos democráticos de izquierda se agruparon en dos plataformas: la Junta Democrática, impulsada por Santiago Carrillo, y la Plataforma de Coordinación Democrática, con Felipe González. Posteriormente, en 1976, ambas plataformas se unirían para formar Coordinación Democrática, también conocida como Platajunta. Esta nueva coalición demandaría elecciones libres, libertades políticas y sindicales, y los estatutos de autonomía de País Vasco y Cataluña.

La Dimisión de Arias Navarro y el Nombramiento de Adolfo Suárez

Demostrando la inviabilidad de mantener el régimen sin Franco, Arias Navarro dimitió en julio de 1976. El Rey nombró entonces a Adolfo Suárez presidente del gobierno. Suárez, quien había pertenecido al Movimiento Franquista, generó cierta desconfianza en la oposición. No obstante, su gobierno impulsaría la Ley de Reforma Política, que supuso la supresión del Tribunal de Orden Público y el desmantelamiento de las instituciones del Movimiento Nacional.

El Auge del Terrorismo

Ante los cambios que tenían lugar en España, organizaciones extremistas plantearon la acción terrorista como forma de protesta. En la extrema derecha, grupos fascistas como los Guerrilleros de Cristo Rey, financiados por burócratas franquistas, cometieron el brutal atentado conocido como Matanza de Atocha en enero de 1977, asesinando a cinco abogados vinculados al PCE. En la extrema izquierda, destacaron grupos como el GRAPO y ETA.

Legalización de Sindicatos y Partidos Políticos

En 1976, el gobierno legalizó los sindicatos CCOO y UGT. Posteriormente, a instancias de la Platajunta, Adolfo Suárez aprobó la legalización del PCE, el cual moderó sus posiciones aceptando la reforma política, la monarquía y la bandera bicolor.

Las Elecciones de 1977

Con todas las fuerzas políticas dentro del proceso de reforma, en junio de 1977 se celebraron elecciones libres. En la derecha se formaron coaliciones como la Unión de Centro Democrático (UCD), encabezada por Adolfo Suárez, Alianza Popular, liderada por Manuel Fraga, y Fuerza Nueva, dirigida por Blas Piñar. En la izquierda, se formó la coalición entre el PSOE y el PCE, además de partidos nacionalistas como el PNV y ERC. La UCD obtuvo la victoria con más del 34% de los votos, dando lugar al segundo gobierno de Suárez.

Los Pactos de la Moncloa

El segundo gobierno de Suárez se enfrentó a la crisis mundial de 1973. Ante esta situación, Suárez reanudó las negociaciones con la CEE y se propuso combatir la inflación y el paro. En noviembre de 1977, el gobierno, los partidos políticos y los empresarios firmaron los Pactos de la Moncloa, con el objetivo de crear un nuevo marco de relaciones laborales y establecer los aumentos de sueldo conforme a la inflación prevista más un incremento. A raíz de este acuerdo, surgió la reforma fiscal de Fernández Ordóñez, que consistió en la tributación según la renta, el impuesto sobre el gasto y los agravantes sobre el patrimonio. Estas reformas contribuyeron al ascenso de la conflictividad y la normalización de las relaciones laborales.

El Reconocimiento de las Autonomías

. ESTE TEMA FUE ABORDADO POR SUAREZ MEDIANTE LA REFORMA ADMINISTRATIVA TERRITORIAL (R.A.T), QUE RECONOCÍA DOS TIPOS DE AUTONOMÍAS, LA QUE POSEÍAN EL ESTATUTO DURANTE LA II REPÚBLICA, LAS DE PRIMERA VELOCIDAD, Y AQUELLAS QUE NUNCA LO HABÍAN POSEÍDO. ENTRE LAS DE PRIMERA VELOCIDAD SE ENCUENTRAN CATALUÑA, QUE OBTENDRÁ SU ESTATUTO POR CONSENSO CON JOSEP TORRADILLAS, PRESIDENTE DE LA GENIALITA, EN 1977, Y PAÍS VASCO, DONDE NO SE PUDO ALCANZAR DE FORMA TAN CONSENSUADA  DADO QUE LA POBLACIÓN VASCA SE ENCONTRABA DIVIDIDA ENTRE LOS DEFENSORES DE LA AUTONOMÍA Y LOS DE LA INDEPENDENCIA. FINALMENTE, EN 1979, SE ACORDARA EL ESTATUTO DE AUTONOMÍA, GRACIAS AL CONSEJO GENERAL VASCO, ENCARGADO DE CREAR CLIMA DE CONSENSO ANTE PROCESO DE REFORMA TERRITORIAL PRODUJO DESCONTENTO DENTRO DEL EJÉRCITO, QUE DEFENDÍA LA UNIDAD NACIONAL . LA RESPUESTA DEL GOBIERNO FUE LA NEUTRALIZACIÓN POLÍTICA DEL EJÉRCITO MEDIANTE EL NOMBRAMIENTO DE UN CIVIL COMO MINISTRO DE DEFENSA. A PARTIR DE ESTE MOMENTO LA ATENCIÓN DEL GOBIERNO SE CENTRARA EN LA ELABORACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN. PARA ELLO SE CREARA UN CONSEJO CONSTITUYENTE FORMADO POR UNA COMISIÓN DE 7 PERSONAS QUE PRESENTARAN A TODAS LAS FUERZAS POLÍTICAS. CADA UNA DE ESTAS FUERZAS TUVO QUE ADMITIR QUE CHOCABAN CON SUS PRINCIPIOS: LA IZQUIERDA LA ACEPTACIÓN DE LA MONARQUÍA; LA DERECHA ADMITÍA EL JUEGO DEMOCRÁTICO  Y LAS AUTONOMÍAS; Y LOS NACIONALISMOS EL TÉRMINO “NACIÓN” ESPAÑOLA. CON ESTOS CONCEPTOS, EL 6 DE DICIEMBRE DE 1978 QUEDÓ APROBADO POR MAYORÍA, EN REFERÉNDUM UNA CONSTITUCIÓN EN PRIMER LUGAR QUE CONSTABA DE TRES PARTES: UNA DOGMÁTICA, UNA ORGÁNICA Y OTRA QUE PERMITIRÍA SU REFORMA. LA PARTE DOGMÁTICA CONSTARÍA LO SIGUIENTE: LA MONARQUÍA PARLAMENTARIA COMO FORMA DE GOBIERNO; EL AUTOGOBIERNO DE LAS REGIONES. Y LA CONSAGRACIÓN DE ESPAÑA COMO UN ESTADO LAICO. POR OTRO LADO, LA PARTE ORGÁNICA AFIRMARÍA LA LIMITACIÓN DE LOS PODERES DEL REY A JEFE DE LAS FUERZAS ARMADAS Y FUNCIONES DE REPRESENTACIÓN Y LA DIVISIÓN DE PODERES.

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