Organización Política: Las Instituciones de Gobierno
El Rey: Suprema Autoridad en Cada Reino
En el siglo XIV, se consolidó la idea de que no existía un poder universal superior a cada reino. La noción de la supremacía del Imperio y el Papado había desaparecido. Cada reino se consideraba un cuerpo único: el rey era el señor natural de todos sus habitantes. Por encima de cualquier vínculo de vasallaje, prevalecía el vínculo natural que unía a una persona con el rey por el mero hecho de haber nacido en su reino.
Los Nobles Comienzan a Disputar el Poder a los Reyes: Autoritarismo y Pactismo
Las discrepancias surgían al debatir cómo debía gobernar el rey:
- Para los juristas y los reyes, el lema era: «Lo que place al rey tiene vigor de ley». Era la versión autoritaria.
- Para los nobles poderosos y las grandes ciudades, el lema debía ser: «Lo que a todos concierne por todos debe ser aprobado». Era la versión pactista o contractual.
Ambas posturas a menudo resolvían sus diferencias mediante conflictos armados entre las tropas del rey y las de las juntas y uniones de nobles, como la Junta de Obanos en Navarra o la Unión Aragonesa en Aragón. En Castilla, las hermandades de nobles se enfrentaron en ocasiones a las hermandades de concejos, que apoyaban a los reyes.
Instituciones: El Consejo Real, las Cortes, las Chancillerías
El Consejo Real: Surgido de la curia regia, asesoraba al monarca y colaboraba en el gobierno del reino. Dos novedades importantes fueron la incorporación de juristas expertos y la creación de organismos especializados, como el consejo, la corte o la Chancillería (alto tribunal de justicia).
Las Cortes: Representaban el cuerpo del reino. Convocadas por el rey, reunían a representantes de la nobleza, el clero y algunas ciudades. En Aragón, existía un cuarto grupo: los caballeros o nobles de segunda categoría. Su función principal era votar el servicio o ayuda económica al rey. El monarca escuchaba las peticiones para mejorar el gobierno. En Aragón, el rey y las cortes compartían la capacidad legislativa, mientras que en Castilla, las Cortes carecían de ella.
Las Chancillerías: Se dedicaban a la administración de justicia. En Castilla había dos: la de Valladolid y la de Granada.
En la Administración Municipal: los Concejos, Corregidores y Batlles
Concejos: Conjunto de personas que gobernaban un municipio.
Corregidor: Delegado regio. Desde 1345 en Castilla, a través del regimiento, corporación controlada por el monarca para el gobierno municipal.
Batlles: Equivalente al corregidor en Aragón y Cataluña.
Las Crisis Demográfica, Económica y Social
Crisis Demográfica: La Catástrofe de la Peste Negra y sus Consecuencias
Dos circunstancias propiciaron la crisis demográfica:
- La roturación de nuevas tierras, en progreso desde el siglo X, se paralizó. Esto se debió a que los señores preferían producciones comerciables (vino, lana, etc.) a los cultivos de subsistencia. Por tanto, la agricultura no podía alimentar a más población.
- El empeoramiento climático multiplicó los años de carestía y hambre.
La carestía y el hambre debilitaron a la población, haciéndola vulnerable a la Peste Negra. El primer brote se registró en Mallorca, extendiéndose luego al levante peninsular y al interior. El contagio y la debilidad de la población explican la intensidad de sus consecuencias demográficas. A la hambruna y la peste se sumaron tres conflictos: la Guerra de los Dos Pedros (Castilla y Aragón), la guerra civil de Castilla (Pedro I y Enrique II de Trastámara) y, un siglo después, la revolución y guerra civil de Cataluña.
Crisis Económica: Despoblamiento de los Campos y Retroceso de los Cultivos
La depresión agraria se manifestó en:
- Aumento de despoblados
- Retroceso de los cultivos
- Desequilibrio entre precios y salarios. La población campesina se redujo por la crisis demográfica y la migración a las ciudades. Los señores tuvieron que pagar salarios más altos para retener a la población. Al haber menos población, la demanda y los precios bajaron.
- Caída de las rentas señoriales. Con menos población, los señores recaudaban menos, justo cuando el equipamiento militar y los signos de riqueza se encarecían.
La producción agraria seguía basada en pequeñas explotaciones familiares en los señoríos. De cada una, el señor percibía una renta sobre los bienes producidos e ingresos por derechos jurisdiccionales. La despoblación dejó a los señores con tierras que volvieron a ser bosques o se arrendaron a corto y medio plazo. En Extremadura y Andalucía, el abandono de explotaciones permitió la formación de latifundios, donde surgió la figura del jornalero.
Crisis Social: Enfrentamientos entre Nobles y Campesinos
Ante la crisis, la nobleza intensificó su dominio señorial, adquiriendo competencias jurisdiccionales cada vez más amplias, apropiándose de tierras de realengo y participando en el comercio. Para asegurar su continuidad, adoptaron el mayorazgo, que reservaba la herencia al primogénito. Para distinguirse, inventaron ritos y ceremonias. Los nobles ricos mantenían como clientes a miembros de una segunda nobleza (urbana) e hidalgos rurales, formando bandos que se enfrentaban entre sí. En las ciudades, los linajes de la nobleza competían por el poder municipal con las cofradías de oficios y comerciantes. En el campo, los nobles ejercieron su poder sobre los campesinos mediante la adscripción a la tierra y el derecho de maltrato.
En el Siglo XV: Recuperación en la Agricultura, Ganadería y Comercio
Agricultura: Tres manifestaciones principales:
- Puesta en explotación de tierras abandonadas
- Mejora de las condiciones para los nuevos cultivadores
- Adaptación de las producciones a las necesidades de las ciudades y el comercio internacional. Coincidieron los intereses de grandes señores y burgueses ricos de ciudades como Burgos, Medina del Campo, Segovia, Zaragoza, Valencia y Sevilla.
La expansión del viñedo, los arrozales y la caña de azúcar, especialmente la vid, son ejemplos de la atención a cultivos comerciables.
Ganadería: Había crecido entre los siglos XI y XIII. En los dos siguientes, tres factores estimularon la ganadería ovina:
- Crisis demográfica: Liberó espacio para pastos.
- Demanda de Flandes: Los tejidos flamencos, muy populares, usaban lana castellana.
- Calidad de la lana castellana: Proveniente de la oveja merina.
Comercio: El papel de los reinos hispanos se caracterizó por:
- Aumento de las producciones de lana castellana, tejidos catalanes, hierro vasco y cantábrico, pescado andaluz y navíos.
- Inserción de la Península en las rutas internacionales. Hacia 1300, castellanos y genoveses aseguraron la navegación por el Estrecho de Gibraltar.
- Comienzos de una economía-mundo donde la Europa meridional proveía materias primas a la Europa septentrional, especializada en manufacturas. Acuerdos entre grandes propietarios y mercaderes hispanos aseguraron las relaciones entre ambas zonas.
El Comercio: Expansión Comercial, Lonjas, Consulados y Ferias
El desarrollo mercantil impulsó dos instrumentos:
- La creación de espacios de contratación en Castilla, con nuevas ferias anuales, como la de Medina del Campo. En Aragón, estos espacios fueron más permanentes: las lonjas.
- Multiplicación de sociedades mercantiles y medios de pago (monedas, letras de cambio, endoso).
El aumento de la producción y los instrumentos mercantiles reactivaron la circulación interior. En cuanto al comercio exterior, continuaron tres polos:
- Barcelona, orientado al Mediterráneo, entró en crisis, que el ascenso de Valencia no compensó.
- El área de Burgos al Cantábrico, con puertos como Bilbao, se centró en el Atlántico norte, exportando lana y hierro.
- Sevilla, en contacto con Granada e Italia, se convertía en la plataforma comercial hacia el Atlántico sur.
Conflictividad Social: Animosidad Antijudía, Payeses y Hermandinos
Animosidad antijudía: Creció con el papel de los judíos como prestamistas y arrendadores de rentas. El pueblo los veía como usureros. La nobleza los usó para desviar la animosidad popular. A finales del siglo XIII, la expulsión de judíos de Francia e Inglaterra se consideró un ejemplo. Algunos predicadores los presentaban como asesinos de Dios y culpables de los males cristianos. La Peste Negra (1348) fue la excusa para atacarlos. La aljama de Palma de Mallorca fue asaltada. En Écija se promovieron ataques a las aljamas andaluzas. Algunos judíos emigraron; la mayoría se convirtió al cristianismo. El problema judío dio paso al problema converso.