El Reinado de Luis XIV: Auge y Declive del Absolutismo en Francia

El Imperialismo de Luis XIV

Los Objetivos Imperiales

La política de conquista y expansión territorial llevada a cabo por el Rey Sol pretendía alcanzar una serie de objetivos:

  • Conseguir la gloria militar.
  • Lograr que Francia se extendiera hasta sus fronteras naturales, considerándose como tales los Pirineos y el Rin.
  • Provocar la ruina económica de los países extranjeros.

El Nuevo Ejército de Luis XIV

Luis XIV organizó un nuevo ejército que empleó como su mejor instrumento de conquista y como un arma terrible de intimidación. Al final de su reinado, el ejército llegó a tener medio millón de soldados, y se protegió el país con una red de fortalezas a lo largo de todas sus fronteras. Este ejército tuvo un coste económico elevadísimo, pero aún mayor fue el humano, pues el reclutamiento forzoso de soldados provocó la despoblación de las zonas rurales y la caída de la producción agrícola.

Las Guerras de Luis XIV

  • a) La Guerra de Devolución (1667-1668)

    Al morir Felipe IV de España, el rey francés pidió una compensación por la falta de pago de la dote de su mujer, María Teresa. Ante la negativa española, Luis XIV ocupó las provincias del sur de los Países Bajos, que todavía pertenecían a España. Tras esta invasión, Holanda, Suecia e Inglaterra obligaron al rey francés a firmar la Paz de Aquisgrán, por la que devolvía a España casi todo lo conquistado.

  • b) La Guerra contra Holanda (1672-1678)

    Para acabar con las diferencias económicas y religiosas que Francia tenía con Holanda, Luis XIV ordenó la invasión del país y, pese a que España y Alemania ayudaron a los holandeses, Luis XIV resultó vencedor. El conflicto finalizó tras la firma de la Paz de Nimega, donde España perdió el Franco Condado.

  • c) Las «Reuniones» (1679-1684)

    Ante la oposición militar europea, Luis XIV recurrió al imperialismo jurídico. Las «Reuniones» fueron anexiones realizadas por Francia mediante la interpretación favorable de viejos tratados diplomáticos. Mediante este sistema se unieron a Francia territorios como Alsacia y Estrasburgo. En 1684, el poderío francés había llegado a su máximo esplendor.

El Final de Luis XIV: La Crisis del Absolutismo

Crisis Económica y Revueltas Populares

Al final del reinado de Luis XIV, las numerosas guerras, las malas cosechas y los enormes gastos de la Corte contribuyeron al empobrecimiento de Francia. Las clases modestas fueron las más perjudicadas y las continuas revueltas eran duramente reprimidas.

Europa se Une Frente a Luis XIV. La Guerra de la Liga de Augsburgo (1686-1697)

La expansión imperialista de Luis XIV le ganó la enemistad de toda Europa: el Papa y los países católicos, por su política galicana; los países protestantes, por su persecución religiosa; los países marítimos, por su imperialismo económico. Las potencias enemigas se unieron en la Liga de Augsburgo para luchar contra el rey francés, que logró imponerse en el continente, pero su flota fue destruida por la armada anglo-holandesa. En la Paz de Ryswick, Luis XIV acabó cediendo casi todas sus conquistas. Francia iniciaba su declive y dejaría de ser la principal potencia europea tras la Guerra de Sucesión de España (1700-1713).

La Monarquía Parlamentaria Inglesa

Las Cortes o Parlamento habían tenido mucho peso desde la Edad Media. Cuando llegó el siglo XVII, una nueva dinastía pasó a gobernar en Inglaterra, la de los Estuardo, iniciada con Jacobo I en 1603.

El primer objetivo de los Estuardo fue gobernar sin tener en cuenta el Parlamento. La consecuencia de esto fue una guerra civil entre los defensores del Parlamento y los defensores de la monarquía absoluta. El enfrentamiento duró años e, incluso, llegó a proclamarse la República en 1649, tras ser ajusticiado el rey Carlos I. Finalmente, en 1660, se restableció la monarquía y, en 1689, el Parlamento obligó al nuevo rey, Guillermo I, a jurar la «Declaración de Derechos«, que limitaba los poderes del monarca.

El rey no tenía el poder absoluto: estaba controlado por el Parlamento, con lo que se producía una división entre el poder ejecutivo y el legislativo. El poder judicial era independiente y garantizaba la defensa de la libertad individual de los ciudadanos. Por último, debemos decir que el sistema inglés puesto en práctica en los últimos años del siglo XVII se fue perfeccionando a lo largo del siglo XVIII y sirvió de modelo e inspiración a los filósofos franceses autores del movimiento conocido como la «Ilustración«.

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