1. La Población Española en el Siglo XIX
1.1. El Crecimiento Demográfico
España pasó de 11,5 millones de personas en 1797 a 18,5 millones en 1900. Esto fue el resultado de la disminución de la mortalidad y el mantenimiento de la natalidad. El descenso de la mortalidad fue consecuencia del aumento de la producción agraria y la mejora de la dieta. Las grandes epidemias desaparecieron. Las mejoras higiénicas y los avances médicos redujeron la mortalidad. La mortalidad se mantuvo en España más elevada que en el resto de Europa.
1.2. Los Movimientos Migratorios
En la primera etapa, los emigrantes se dirigieron hacia las ciudades más económicas. En 1860, el éxodo rural fue hacia Madrid, Barcelona y Vizcaya. En la segunda, los españoles emigraron a América Latina.
1.3. El Crecimiento de las Ciudades
Entre 1850 y 1900, España multiplicó por dos su población urbana. Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Zaragoza fueron las que más aumentaron. Pero a principios del siglo XX, un 70% residía en núcleos de menos de 20 mil habitantes.
2. Las Transformaciones en la Agricultura
2.1. La Reforma Agraria Liberal
Llamamos reforma agraria liberal a las reformas cuyo objetivo era la disolución del antiguo régimen y la introducción de formas de propiedad y producción capitalistas. Se abolió el régimen señorial, se desvinculó la propiedad y se desamortizaron las tierras. Parte de las tierras desamortizadas fue comprada por burgueses o campesinos con interés en su cultivo y en modernizar las explotaciones para obtener beneficios. La producción agrícola aumentó. Gran parte de la tierra permaneció en manos de sus antiguos dueños o de funcionarios con mentalidad rentista, que introdujeron pocos cambios. Para los propietarios, la tierra continuaba siendo una fuente de rentas, con campesinos que recibían jornales bajos.
2.2. Un Escaso Desarrollo Agrario
La reforma agraria no permitió a muchos campesinos acceder a la propiedad, y estos continuaron como jornaleros pobres. La existencia de un campesinado numeroso con escasa capacidad de compra supuso un escaso estímulo para el avance de la industrialización. En Extremadura, Castilla y Andalucía existían grandes latifundios. En la submeseta norte y en Galicia predominaba el minifundio.
2.3. El Predominio del Cereal
En el siglo XIX, el cereal era el principal cultivo. Como sus rendimientos eran bajos, su precio era elevado en comparación con el de otros países, y fue necesario recurrir al proteccionismo. En la zona norte se cultivaban patatas, y en Galicia, maíz. En las regiones mediterráneas, el arroz y los cítricos. En Cataluña y La Rioja, la viticultura alcanzó una gran expansión. En Andalucía, el olivar. Las naranjas, el vino y el aceite de oliva eran los principales productos de exportación.
3. Los Inicios de la Industrialización
3.1. Los Problemas de la Industrialización Española
Factores que influyeron negativamente en la industrialización:
- La escasa capacidad de compra de la población española.
- La falta de inversiones y la ausencia de una burguesía industrial consolidada.
- Los problemas de transporte por la falta de buenas carreteras y el retraso del ferrocarril.
- La escasez de fuentes de energía.
- La posición alejada de España, que dificultó la adquisición de materias primas y la venta de la producción.
La industria española se vio obligada a recurrir a impuestos sobre la producción extranjera.
3.2. La Siderurgia
En el País Vasco, en 1876, surgió una potente industria siderúrgica. Su éxito se debió a la exportación de hierro, abundante y de calidad, a Inglaterra, a cambio del carbón de coque, que era mejor y más barato. La industria vasca se diversificó, y surgieron nuevas empresas de construcción mecánica y naval. Se creó un sector bancario que proporcionó apoyo financiero a la industria.
3.3. La Industria Textil
Cataluña carecía de carbón y lo importaba desde Asturias, lo que encarecía la producción. Las industrias se encontraban en las franjas marítimas. Pero en 1860, muchas industrias se establecieron en los ríos para sustituir el carbón por energía hidráulica, creándose colonias industriales.
4. Minería y Ferrocarril
4.1. La Construcción del Ferrocarril
En 1855 se promulgó la Ley General de Ferrocarriles, que impulsó la construcción de una amplia red. La necesidad de construir el ferrocarril para estimular el comercio interior hizo que los materiales fueran importados, por la incapacidad de la siderurgia española para cubrir la demanda de hierro. La red se construyó con una estructura radial, con centro en Madrid, y con un ancho de vía mayor que el del resto de Europa, lo que dificultó los intercambios y obligaba a transbordar las mercancías en la frontera, aumentando el coste y el tiempo. El ferrocarril favoreció el traslado de personas y la formación de un mercado nacional.
5. La Industria Española desde Finales del Siglo XIX
5.1. Nuevas Energías y Nuevas Industrias
A finales del siglo XIX se empezó a utilizar la electricidad y el petróleo. La electricidad posibilitó la mecanización de la producción industrial. La difusión del petróleo como combustible y la invención del motor de combustión interna dieron paso a la industria del automóvil, que supuso una revolución en los transportes a principios del siglo XX.
5.2. Expansión Industrial y Desequilibrios
Desde finales del siglo XIX, la industria se extendió también en Asturias, la Comunidad Valenciana y Madrid. Canarias, Galicia, la actual Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía seguían siendo regiones con un sector agrario de estructura tradicional. Su PIB por habitante era inferior a la media española.
6. La Sociedad Española del Siglo XIX
6.1. Las Nuevas Clases Dirigentes
La nobleza terrateniente perdió derechos señoriales, pero aún conservaba la propiedad de la tierra. A finales del siglo XIX, algunas familias se arruinaron y tuvieron que ir vendiendo su patrimonio. La nueva clase adinerada era la alta burguesía. Compartía con la nobleza su predominio social y era la propietaria de las nuevas industrias, las grandes compañías y los bancos. La mediana burguesía, o clase media, era escasa y estaba constituida por pequeños empresarios, comerciantes y profesionales liberales.
6.2. Las Clases Populares Urbanas
En las ciudades continuó viviendo una población de artesanos y personas dedicadas a los servicios. En el servicio doméstico, más de la mitad eran mujeres. La mujer dedicada exclusivamente al hogar era un destino propio de las clases altas. El crecimiento de la industria hizo que muchos campesinos emigraran a las ciudades en busca de trabajo. Empleados en las nuevas industrias, junto con los artesanos, constituyeron el proletariado industrial. Las condiciones de vida y de trabajo eran precarias: jornadas de 12 a 14 horas, salarios bajos, y no existía ningún sistema de seguridad en caso de enfermedad o accidente. Habitaban en casas pequeñas, mal ventiladas y sin servicios. Las enfermedades infecciosas se propagaban con facilidad, y la esperanza de vida no superaba los 30 años.
6.3. Los Campesinos
Los campesinos eran la mayor parte de la población, cerca del 65% en 1860. El 80% no era propietario de sus tierras. Parte de ese campesinado trabajaba las tierras de los propietarios agrícolas en régimen de arrendamiento. Otro grupo se empleaba por jornal: los jornaleros. Las condiciones de vida eran muy malas. Sus salarios eran muy escasos y estaban sometidos a la arbitrariedad de los amos. No podían aprovecharse de la leña, los pastos o la caza. Esto explica las frecuentes revueltas campesinas.
7. Movimiento Obrero: Anarquismo y Marxismo
7.1. Los Inicios del Obrerismo
El número de obreros en España era pequeño y se concentraba más en Cataluña, País Vasco, Asturias y Madrid. Los trabajadores se organizaron en sindicatos. El primero fue en 1840, en Barcelona: la Asociación de Tejedores de Barcelona. Sus objetivos eran disminuir la jornada laboral, aumentar los salarios y obtener el derecho a formar asociaciones obreras. En 1870 se creó la Federación Española de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Se difundieron el marxismo y el anarquismo.
7.2. El Anarquismo
Los obreros de Cataluña, en la segunda mitad del siglo XIX, formaron grupos autónomos que realizaban atentados contra la sociedad burguesa y capitalista. Grupos anarquistas fundaron sindicatos obreros para conducir a los obreros hacia la revolución social. En 1910 fundaron la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el sindicato anarquista más importante de España.
7.3. El Socialismo
El marxismo influyó más sobre el proletariado de Madrid, País Vasco y Asturias. Los marxistas fundaron el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879, y en 1888 la Unión General de Trabajadores (UGT). Los socialistas defendían la participación en las elecciones. Querían que en el Parlamento se defendieran los intereses de los trabajadores y se aprobaran leyes que los favorecieran: reducir la jornada laboral, prohibir el trabajo infantil, regular el trabajo femenino, establecer el descanso semanal, etc. El PSOE no consiguió un diputado hasta 1910.