La Revolución Gloriosa de 1868: Fin del Reinado de Isabel II
La Revolución de 1868, conocida como la Gloriosa, marcó un punto de inflexión en la historia de España. Este levantamiento puso fin a la dinámica de enfrentamientos entre sectores moderados y progresistas durante el reinado de Isabel II. El descontento popular, generado por la corrupción, el autoritarismo y la inestabilidad política del régimen isabelino, fue el caldo de cultivo para la revolución.
El Levantamiento de Cádiz y la Caída de Isabel II
El 17 de septiembre de 1868, en Cádiz, estalló la revolución con el lema «¡Viva España con honra!». Las Juntas Revolucionarias, lideradas por militares como Prim, Serrano y Topete, tomaron el control sin un derramamiento de sangre significativo, lo que le otorgó el carácter de «gloriosa». La caída de Isabel II dio paso a un Gobierno Provisional que abarcaba desde liberales moderados hasta republicanos como Emilio Castelar.
El Gobierno Provisional y el Sufragio Universal Masculino
Bajo el liderazgo del general Serrano, el Gobierno Provisional implementó medidas audaces como la instauración del sufragio universal masculino y la convocatoria de las Cortes Constituyentes en enero de 1869.
El Sexenio Democrático (1868-1874): Un Período de Reformas y Tensiones
La Constitución de 1869 y la Monarquía Democrática
El debate constituyente reflejó las tensiones políticas y sociales de la época, con debates sobre la forma de gobierno. Finalmente, se optó por una monarquía democrática con un rey de poderes limitados y un sistema de poderes equilibrado.
Derechos y Libertades bajo la Constitución de 1869
El Sexenio Democrático se caracterizó por la promulgación de una constitución progresista que reconocía derechos como:
- Sufragio universal masculino
- Libertad de asociación
- Libertad de reunión
- Libertad de expresión
La Constitución sentó las bases para un sistema más democrático, pero enfrentó desafíos relacionados con el poder regional y las demandas descentralizadoras.
El Reinado de Amadeo de Saboya y la Inestabilidad Política
La elección de Amadeo de Saboya como rey en 1870 intentó restaurar la estabilidad. Sin embargo, su reinado fue breve y tumultuoso debido a la guerra en Cuba, el resurgimiento del carlismo y la agitación republicana. En 1873, Amadeo abdicó, dando paso a la Primera República Española.
La Primera República Española (1873-1874): Un Breve Capítulo de Agitación
La Primera República fue un período de intensa agitación política y social. La presidencia de Estanislao Figueras enfrentó una crisis financiera, la guerra carlista y la agitación en Cuba. Se implementaron reformas como la abolición de la esclavitud en Puerto Rico, pero la revolución cantonal, un levantamiento popular con demandas descentralizadoras, sacudió al país.
Divisiones Internas y el Colapso de la República
Las divisiones internas en el movimiento republicano sobre la organización del Estado llevaron a la inestabilidad. La falta de consenso condujo al colapso de la Primera República con el golpe de Estado del general Pavía en 1874.
Reformas Económicas durante el Sexenio Democrático
El Sexenio Democrático también trajo reformas económicas para modernizar España. La creación de la peseta como nueva unidad monetaria en 1868, junto con reformas fiscales y financieras, fueron pasos importantes. Se implementaron medidas para abrir la economía a la competencia internacional, como la reducción de impuestos de importación y la promoción de inversiones extranjeras.
Conclusión: Un Legado de Transformación y Desafíos
A pesar de la inestabilidad y la polarización, el Sexenio Democrático sentó las bases para un sistema político más democrático en España. Las reformas y la Constitución de 1869 dejaron un legado importante, aunque el país seguía vulnerable a las tensiones que llevaron al colapso de la Primera República y al retorno a la monarquía.