La Crisis de la Coalición Republicano-Socialista (1933)
La labor del gobierno desarrollada por la Coalición republicano-socialista terminó por fragmentarla. La toma de decisiones concretas propició que florecieran las diferencias internas, de índole ideológica y personal:
- El catolicismo de Alcalá-Zamora contrastaba con el agnosticismo de Manuel Azaña.
- El socialismo estaba cada vez más dividido entre una tendencia socialdemócrata de Prieto y la sindicalista de Largo Caballero.
- El centrismo de Lerroux le llevaba a ampliar sus hipótesis para alianzas futuras.
Oposición al Gobierno
Esta situación de desgaste llegó en un momento en el que la oposición al Gobierno se planteaba desde los dos extremos ideológicos:
La Derecha
Tras superar el colapso vivido con la proclamación de la República, las fuerzas de derecha se reorganizaron. Su reacción restableció su implantación social a través de dos iniciativas:
- En 1932 quedó organizada la CEDA de Gil Robles y compuesta por diversos grupos. El problema radicó en las difíciles relaciones entre la CEDA y una República laica y progresista.
- Más a la derecha se encontraban dos grupos de carácter antiparlamentario, Renovación Española de José Calvo Sotelo y el partido resultante de la coalición entre la Falange y las JONS de ideología claramente fascista.
La Izquierda
La izquierda radicalizó sus estrategias de sindicalismo revolucionario, como los sucesos de Casas Viejas, donde la ocupación de tierras por el campesinado desencadenó una represión por parte de la Guardia Civil y la Guardia de Asalto. Casas Viejas supuso el golpe de gracia para el Gobierno de Manuel Azaña, pues mientras la izquierda censuró la dureza con la que se habían empleado las fuerzas de orden público, la derecha acusó al Gobierno de incapacidad para garantizar la paz social.
El Bienio Radical-Cedista (1933-1935)
El resultado de las elecciones de noviembre de 1933 puso de manifiesto el agotamiento experimentado por las fuerzas que habían configurado el primer Gobierno de la República. Además, el sistema electoral primaba a las coaliciones electorales. Las derechas se hicieron con la victoria y PSOE y Acción Republicana se vieron incapaces de ofrecer una alternativa. El único partido que había logrado aproximarse a esos resultados fue el Partido Radical de Lerroux. La CEDA no pudo formar Gobierno en solitario, y constituyó una coalición con los radicales cediendo a Lerroux la presidencia del Consejo de Ministros.
El Gobierno de la CEDA
Dentro de la CEDA cohabitaban distintas opciones políticas cuyo elemento de cohesión era su tajante oposición al modelo de República nacido en 1931. La labor de Gobierno de la CEDA consistió en desmantelar las reformas del período anterior:
- La reforma agraria fue revertida. Los terratenientes recuperaron las tierras expropiadas y muchos campesinos fueron expulsados.
- Las medidas en materia laboral fueron revisadas, perjudicando notablemente a campesinos y obreros.
- Se amnistió al general Sanjurjo, condenado a muerte.
- Se restableció el papel de la Iglesia y se aprobó el retorno de jesuitas y la devolución a la Compañía de los bienes incautados por el anterior Gobierno. Además, las dotaciones económicas a la Iglesia volvieron a ser contempladas.
- Gil Robles recompensó a generales contrarios a la República.
Radicalización y Conflictos (1934-1936)
La política llevada a cabo por el Gobierno radical-cedista incrementó la tensión entre los obreros y los partidos de izquierdas. Dentro de la coyuntura internacional, la subida al poder de Hitler demostraba el avance imparable de la extrema derecha. La CEDA logró hacerse con el control del Gobierno nombrando presidente a José María Gil Robles. Esta iniciativa radicalizó a las izquierdas. Desde entonces, los sectores más moderados de la izquierda adquirieron importancia como el socialismo, el anarcosindicalismo o el comunismo.
La Revolución de Asturias
Las presiones de la CEDA provocaron que Lerroux nombrase un nuevo Gobierno que contaba con tres integrantes de la derecha. Al día siguiente, la UGT convocó una huelga general en toda España, pero la falta de apoyo por parte de la CNT, la precipitación en la organización y la represión del gobierno, la iniciativa no tuvo éxito. En Asturias la huelga supuso una sublevación por parte de mineros, que originó una alianza obrera intentando llevar a cabo una revolución. Para combatir a los asturianos, el Gobierno envió a la Legión y a los Regulares marroquíes, y nombró jefe del Estado Mayor al general Francisco Franco, que se encargó de sofocar la rebelión. Tras sangrientos enfrentamientos, las tropas africanas se hicieron con el control de la situación. El resultado fue de varios centenares de muertos, miles de encarcelados y condenas a muerte.
Los Hechos de Octubre en Cataluña
En Cataluña la huelga fue un fracaso por la falta de apoyo de los anarquistas, pero el miedo llevó a la proclamación de la República Catalana. Estos hechos coincidieron cronológicamente con los sucesos de Asturias, pero no tuvieron ninguna correlación política. De nuevo el Ejército, del general Batet, intervino en Cataluña. Se declaró el estado de guerra y las tropas controlaron Barcelona. El presidente Companys, junto con sus ministros y algunos parlamentarios catalanes, se entregaron a las autoridades, que los juzgaron y condenaron a largas penas de cárcel. El Gobierno central decretó la suspensión del Estatuto de Autonomía, y la Generalitat quedó controlada por un gobernador general.
Hacia el Frente Popular
La política fue concentrándose en bloques antagónicos. A la derecha, tomaron más arraigo las soluciones próximas al fascismo; en la izquierda, se fue abriendo camino la estrategia del frente popular antifascista. Los gobiernos de centro-derecha no fueron capaces de garantizar la estabilidad interna, sino que los enfrentamientos se fueron haciendo cada vez más frecuentes e intensos. A esta situación se le añadió la corrupción desplegada por los radicales en su labor de gobierno. Tras estos sucesos, el Partido Radical entró en crisis, y Gil Robles intentó aprovechar la situación para encabezar un nuevo Gobierno. La negativa de Alcalá-Zamora frustró el intento. Después de dos gobiernos técnicos se convocaron nuevas elecciones.