El Imperio Napoleónico: Auge, Caída y Restauración del Orden en Europa

La Política Interior de Napoleón

Napoleón gobernó de una manera autoritaria, manteniendo los principios generales de la Revolución, como la abolición del feudalismo, la igualdad de todos los ciudadanos y la libertad individual. A petición de la burguesía y del pueblo de Francia, acabó con las luchas internas que persistían desde la Revolución. Controló y sometió a los grupos de la oposición.

Siendo primer cónsul, reorganizó la administración en Francia, colocando a un prefecto del gobierno en cada provincia. Firmó un Concordato con el Papa que puso fin a los enfrentamientos religiosos. Promovió la redacción de un Código Civil que se convirtió en modelo de código para otros países europeos. Se fijaba la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, se garantizaba y defendía la propiedad privada, la institución familiar y los principios liberales fundamentales defendidos por la burguesía.

La Expansión del Imperio

Napoleón construyó un gran imperio, luchando contra las potencias europeas aliadas en coalición. Gran parte de su éxito se debió a su capacidad de estratega, tenía una gran habilidad para mover grandes ejércitos, y a la superioridad del ejército francés. La guerra contra el Reino Unido, Austria, Rusia y Prusia. Las tropas napoleónicas se enfrentaron y derrotaron al imperio austriaco en Ulm, a Rusia y al imperio austriaco en Austerlitz, y a Prusia en Jena.

Napoleón se encontró con tres obstáculos:

  • Reino Unido: Su escuadra derrotó a las tropas francesas en la batalla de Trafalgar. Contra los ingleses, que tenían a su favor la insularidad y el desarrollo económico, Napoleón aplicó un bloqueo continental a su comercio.
  • España: Fue invadida por el ejército francés. La resistencia de los españoles y su guerra de guerrillas provocaron seis años de guerra que acabaron con la derrota de los franceses.
  • Rusia: Fue atacada por Napoleón. Las tropas francesas tuvieron que retirarse debido a la extensión del territorio ruso, el frío del invierno y la falta de provisiones.

Los ejércitos absolutistas invadieron Francia. El ejército de Napoleón no fue derrotado definitivamente hasta la batalla de Waterloo. Napoleón fue desterrado y se reinstauró la monarquía absoluta en la figura del Borbón Luis XVIII.

La Restauración en Europa: El Congreso de Viena

Una vez derrotado Napoleón, las potencias europeas, reunidas en el Congreso de Viena, intentaron recuperar las estructuras absolutistas del Antiguo Régimen. Esta etapa se conoce como la Restauración. Los representantes de las principales potencias fueron: el Reino Unido, Prusia, Rusia, Austria y Francia, que a pesar de haber perdido la guerra, también fue invitada al Congreso.

Los Acuerdos del Congreso

Acordaron una serie de compromisos para asegurar el nuevo orden restaurado, fueron:

  • Restaurar las monarquías absolutistas y reponer en el trono a sus legítimos representantes, que habían sido depuestos por la Revolución Francesa o por Napoleón. El trono francés fue ocupado por el descendiente de los Borbones, Luis XVIII, y Fernando VII volvió al trono español.
  • Buscar un equilibrio político a partir de los cambios en las fronteras y una serie de alianzas para garantizar el orden absolutista.
  • Remodelar el mapa de Europa: se establecieron las nuevas fronteras. Francia volvió a tener el mismo territorio que en 1789. Rodearon su frontera con una barrera de pequeños Estados: Países Bajos, Suiza y el reino de Piamonte-Cerdeña (Estados tapón), para que neutralizaran las ansias de expansión de Francia.
  • Restablecer el sistema político, social y económico anterior a la Revolución Francesa y a las guerras napoleónicas. La estabilidad entre las potencias europeas debía surgir de la remodelación de las fronteras y de un equilibrio de fuerzas a partir del llamado sistema Metternich. Se basaba en una serie de alianzas que pretendían garantizar el nuevo orden absolutista. Destacó la Santa Alianza.

La Santa Alianza

Los monarcas de Prusia, Austria y Rusia firmaron la Santa Alianza por la que se obligaban a gobernar sus Estados de forma absolutista y bajo principios cristianos. Tenían el deber de ayudarse mutuamente frente a cualquier amenaza de revolución liberal. Se reservaron el derecho de intervenir en cualquier Estado si este estaba amenazado por el liberalismo.

Napoleón: De Cónsul a Emperador

Un general francés, Napoleón Bonaparte, consiguió gran prestigio gracias a las conquistas realizadas en Italia y a la campaña en Egipto, donde conquistó para Francia la isla de Malta. Al volver a Francia, fue aclamado como un héroe. El Directorio y parte de la burguesía querían un poder fuerte. Napoleón aprovechó esta circunstancia para disolver el Directorio y proclamar un Consulado formado por tres cónsules, de los que él era el primero.

Napoleón siguió cosechando éxitos militares y políticos que le dieron la fuerza suficiente para proclamarse, primero cónsul vitalicio y después coronarse emperador.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *