1939-1959. El Sistema Político: Totalitarismo y Democracia
El sistema totalitario se impuso entre 1939 y 1942. Franco concentró la jefatura del Estado y del Gobierno, y el mando supremo del ejército. Intervino en la legislación y se admitió una única organización política: el Movimiento Nacional. Este estaba formado por un único partido, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, el sindicato vertical y todos los cargos públicos. Ante la falta de una constitución, se fueron aprobando leyes fundamentales para regular el sistema político, como el Fuero del Trabajo. Este recogió las ideas laborales franquistas y creó el sindicato vertical, que agrupaba las corporaciones de trabajadores y patronos bajo el control del Estado.
La democracia orgánica se impuso a partir de 1942. Al adivinarse la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial, se trató de dar una apariencia democrática al régimen. Para ello, se implantó la llamada democracia orgánica, que restablecía organismos propios de la democracia. Las leyes aprobadas en este periodo fueron la Ley de Cortes (1942), el Fuero de los Españoles (1945) y la Ley de Sucesión (1947). En los gobiernos de este periodo tuvieron gran peso los falangistas. Estos trataron de controlar a la sociedad a través de diversas organizaciones como la Sección Femenina y el Frente de Juventudes.
La Oposición Exterior e Interior
- En el exterior se opusieron al franquismo los exiliados y una oposición política formada por los monárquicos, encabezada por Don Juan de Borbón, que reclamaba el restablecimiento de la monarquía.
- En el interior se enfrentaron al franquismo grupos de guerrilleros armados diseminados por las zonas de montaña que pretendían un levantamiento popular; grupos clandestinos de comunistas, socialistas y anarquistas; y los nacionalistas catalanes y vascos. De estos últimos se desgajó en 1959 la organización terrorista ETA. La actuación del franquismo contra esta oposición fue la represión.
La Política Exterior
Durante la Segunda Guerra Mundial, se declaró no beligerante. Aun así, decidió enviar en 1941 la División Azul en apoyo de Alemania. Esta se retiró en 1945, buscándose entonces la aproximación a los aliados. Al finalizar la guerra, la dictadura franquista quedó aislada internacionalmente: España no fue admitida en la ONU y esta organización reconoció la retirada de los embajadores extranjeros de España. Pero a partir de 1947, la Guerra Fría llevó al bloque occidental a aproximarse al régimen franquista. La ONU anuló el aislamiento español y se firmó un acuerdo bilateral con Estados Unidos. En 1955, España era admitida en la ONU y en el Fondo Monetario Internacional. En este periodo se concedió también la independencia a Marruecos (1956).
La Época de la Autarquía (1939-1959)
La política autárquica se basó en la intervención del Estado en todos los sectores de la economía. Las tierras expropiadas se devolvieron a sus antiguos dueños y el Estado controló el precio y la producción de trigo. Se creó el Instituto Nacional de Industria; se nacionalizaron algunos servicios como el ferrocarril; se impulsaron las obras públicas y se controló el comercio interior y exterior. Las consecuencias de la autarquía fueron el estancamiento económico y los problemas sociales.
El estancamiento económico se debió al hundimiento de la producción agrícola e industrial. La escasa productividad agraria provocó hambre y escasez de alimentos. La industria era incapaz de recuperarse y obligó también a racionar algunos productos. Los problemas sociales se originaron por la escasez de productos. Esto ocasionó una fuerte subida de precios y la aparición de un mercado negro o estraperlo. La situación benefició a las personas que practicaban el estraperlo y a los funcionarios corruptos que lo permitían, y perjudicó a la mayoría de la población.
La Época del Desarrollo Económico (1959-1975)
El Plan de Estabilización de 1959 puso fin a la autarquía. Consistió en un programa de saneamiento económico gracias al cual se liberalizaron los precios y el comercio, se devaluó la peseta y se congelaron los salarios. El desarrollo económico de estos años se benefició de la favorable coyuntura internacional, de la ayuda económica norteamericana y de la disponibilidad de capital procedente de la inversión extranjera. Gracias a ellos, mejoraron todos los sectores. La agricultura incrementó la productividad gracias al empleo de máquinas y abonos y a la extensión del regadío. La industria diversificó la producción, añadiendo a la industria básica la fabricación de bienes de equipo y de artículos de consumo duradero. En el sector terciario crecieron el comercio exterior, gracias a la liberalización económica, y el turismo, que adoptó el modelo de sol y playa y proporcionó cuantiosos ingresos. Las consecuencias del desarrollo fueron desiguales. Por una parte, se modernizó la economía; España dejó de ser un país agrario, se convirtió en un país industrializado y se triplicó la renta per cápita. La modernización acentuó la dependencia del exterior en tecnología y capitales.