El Sistema Político de la Restauración: Turno y Bipartidismo
Cánovas buscaba la estabilidad, y para ello, imitando el modelo parlamentario bipartidista inglés, «inventó» un sistema basado en dos partidos oficiales que se turnarían en el poder. Esta fórmula, conocida como «el turno», dependía de la manipulación electoral. Los partidos que no aceptaban la monarquía quedaban excluidos. Este sistema provocó un atraso en la formación política de los españoles y la normalización de la corrupción. Las consecuencias futuras serían significativas.
Los Partidos del Turno
- Partido Conservador: Alta burguesía terrateniente, alto funcionariado y nobleza, principalmente del sur peninsular. Liderado por Antonio Cánovas del Castillo.
- Partido Liberal-Fusionista: Izquierda dinástica; demócratas que habían apoyado la Constitución de 1869 y a Amadeo de Saboya. Liderado por Práxedes Mateo Sagasta.
El Estado Centralista
El modelo de Estado era fuertemente centralista (1876, abolición de los fueros vascos). El rey nombraba alcaldes y aprobaba presupuestos locales. La libertad de expresión estaba controlada (Ley de Imprenta de 1879).
Regencia de María Cristina y Pacto del Pardo
En 1885, tras la muerte de Alfonso XII, María Cristina de Habsburgo asumió la regencia. El Pacto del Pardo (Sagasta y Cánovas) garantizó la alternancia. El Partido Liberal integró fuerzas más progresistas. Bajo Sagasta, se modernizó el régimen: Ley de Prensa (1883), de Libertad de Reunión y Expresión (1881), de Libertad Sindical (1887), y sufragio universal masculino.
La Constitución de 1876
Se convocaron Cortes Constituyentes (con sufragio manipulado) para elaborar la Constitución. La monarquía, junto con las Cortes, era la institución fundamental. El rey tenía gran poder: nombraba al jefe de gobierno y compartía el poder legislativo. La soberanía era compartida entre el rey y las Cortes. Se estableció un sistema bicameral con Senado vitalicio. El Estado era confesional, y las libertades políticas se reconocieron vagamente.
El Movimiento Obrero
En total oposición al sistema, el movimiento obrero se organizó durante el Sexenio. Se dividía en dos corrientes:
Los Anarquistas
Con fuerte presencia en el Mediterráneo y Andalucía, el anarquismo se dividía entre la resistencia pacífica (Cataluña) y la acción violenta (Andalucía). El caso de la Mano Negra ilustra esta división. La represión del gobierno de Sagasta fue contundente.
Los Socialistas
Seguidores de Marx, abogaban por la participación política obrera. Pablo Iglesias fundó el PSOE (1879), El Socialista (1886) y la UGT (1888). Iglesias fue el primer diputado socialista (1910).
El Nacionalismo Vasco
Sabino Arana formuló el nacionalismo vasco, proponiendo la independencia. En 1895 se fundó el PNV. El partido evolucionó, incorporando a la burguesía, que prefería la autonomía a la independencia.
Las Consecuencias del Desastre: La Crisis del 98
La pérdida de las colonias, aunque no tuvo un gran impacto económico, generó una profunda conmoción. La crisis fue más intelectual que política. El régimen, con Francisco Silvela, intentó una renovación. Las consecuencias fueron:
- Crisis de la conciencia nacional (Generación del 98: Baroja, Unamuno, Maeztu, Ganivet…).
- Propuestas de reforma política: Regeneracionismo (Joaquín Costa).
- Impulso de los nacionalismos periféricos.