El Reinado de Isabel II: Las Bases del Estatuto Liberal (1843 – 1868)
Coronada en 1843, con tan sólo 13 años de edad, el reinado de Isabel II estuvo marcado por las agitaciones sociales, los escándalos en la Corte y la inestabilidad del gran número de gobiernos que se sucedieron.
La Década Moderada
El general Nárvaez, que estableció un régimen autoritario, fue la principal figura política. Frenó la oposición popular y proporcionó estabilidad a la burguesía.
La Constitución de 1845 recogía la supresión de la soberanía nacional, estableciendo ésta entre las Cortes y el rey; la reducción de la participación electoral, la limitación de la libertad de expresión… Las Cortes, formadas por Congreso y Senado, sólo podían ser convocadas por el rey.
Medidas Clave de la Década Moderada:
- La organización territorial del Estado: Se dotó a las provincias de un gobernador, y los alcaldes pasaron a ser designados por el rey.
- La reorganización de la instrucción pública: Se obligó a la Iglesia a dejar el control de la enseñanza; se distinguieron escuelas primarias y escuelas secundarias, para las clases pudientes.
- Intentos de independizar la Administración de la política: En la Ley de Funcionarios se concretaron los méritos para acceder a la Administración y se estableció que los ascensos debían considerar éstos y la antigüedad.
- La reforma fiscal: Tuvo como objetivo primario sanear la Hacienda del Estado, reformándose el sistema tributario. Se impusieron impuestos de tipo directo e indirecto.
También se realizaron reformas públicas, económicas, y eclesiásticas. Se elaboró un Código Penal y se creó la Guardia Civil.
El gobierno de Murillo inició una política de obras públicas con la reparación de caminos y la construcción de infraestructuras para el desarrollo industrial. En 1851, se aprobó la Ley de Ferrocarriles y, más tarde, la Ley de Puertos.
Los moderados se esforzaron en restablecer la relación con la Iglesia mediante el Concordato de 1851.
El Bienio Progresista (1854 – 1856)
La situación de crisis ocasionó que el gobierno de Bravo Murillo gobernara con mayor dureza, lo que conllevó a la radicalización de la oposición.
Los progresistas dirigieron una sublevación encabezada por O’Donnell, Dulce y Olano en Vicálvaro.
Los sublevados publicaron el Manifiesto de Manzanares, que recogía las propuestas progresistas. Los levantamientos populares forzaron a la reina a recurrir a Espartero, que asumió la presidencia del Consejo de Ministros.
Se restauró la Constitución de 1837 y se comenzó a redactar una nueva en 1856, que proclamaba la soberanía nacional y la ampliación de los derechos individuales, pero nunca entró en vigor.
Se impulsó una nueva ley de desamortizaciones, cuyo artífice fue Pascual Madoz. Esta nueva ley puso a la venta el doble de bienes que la anterior, y no solo las propiedades eclesiásticas, sino también de uso común, lo que agravó la situación en el campo.
Una nueva Ley de Ferrocarriles favoreció el desarrollo de una pequeña red de vías.
La Vuelta de los Moderados (1856 – 1858)
En 1855, el estallido de una huelga general en Barcelona y una epidemia de cólera contribuyeron a inestabilizar la política, que ya sufría por la convivencia de progresistas y unionistas. En 1856, O’Donnell abolió la milicia nacional y proclamó la Constitución de 1845, apartando del poder a Espartero; pero pronto fue sustituido por Nárvaez.
La crisis económica y las revueltas campesinas andaluzas provocaron la dimisión de Nárvaez, con lo que O’Donnell volvió a formar gobierno en 1858.
El Gobierno de la Unión Liberal (1858 – 1868)
Los unionistas tuvieron como finalidad garantizar el orden público y las libertades; su gobierno supuso una etapa de estabilidad política y cierto crecimiento económico.
En política se mantuvo la Constitución de 1845, se paralizó la desamortización y no se llegó a aprobar la ley de prensa. En lo referente a política exterior, se emprendieron algunas aventuras militares con un matiz colonial. En todo momento se intentó dar una imagen de honestidad política.
La Política Exterior
Se iniciaron una serie de guerras de prestigio; se emprendió una expedición a la Conchinchina para defender a unos misioneros; una intervención en Marruecos, al mando de O’Donnell, con la ocupación de Tetuán; una expedición a México, junto a franceses e ingleses, para reclamar deudas; una intervención en Santo Domingo, que se anexionó a España durante 4 años y también se enviaron escuadras navales a Chile y Perú debido a las tensas relaciones.
Los Problemas Internos
La caída del gobierno unionista en 1863 se debió, en parte, a las pretensiones carlistas y a las revueltas sociales.
En pueblos de Granada y Sevilla se dieron varias revueltas campesinas.
Entre 1863 y 1868 se fueron sucediendo gobiernos moderados y unionistas, a la vez que se radicalizaban las posturas progresistas.
Las muertes de O’Donnell y Narváez hicieron evidente el agotamiento del modelo político moderado. En 1866, en Ostende, progresistas y demócratas prepararon una coalición contra la Corona.
Pero fue la crisis de 1866 la que acabó llevando a la monarquía a su fin.