1. La Gloriosa Revolución de 1868
La descomposición política de Isabel II se debió al desprestigio social generado por la corrupción, las crisis políticas (agotamiento de líderes, predominio del régimen moderado), económicas (malas cosechas y hambrunas) y morales (sistema de elección personal). Esta revolución se inició en septiembre de 1868 y recibió un amplio apoyo popular. Los líderes del movimiento, Prim, Serrano y Topete, se sublevaron en Cádiz y firmaron el Manifiesto de la España con Honra, en el que pedían la destitución de Isabel II, la creación de un gobierno provisional, la concesión de libertades de reunión, expresión y asociación. Con el apoyo de los Voluntarios de la Libertad, vencieron en la Batalla de Alcolea, lo que provocó el exilio de la reina.
2. Gobierno Provisional y Cortes Constituyentes
Tras la revolución, los progresistas (Serrano y Topete) y los unionistas (Prim, Sagasta, Figueroa y Zorrilla) se unieron con el objetivo de disolver las juntas y milicias revolucionarias, conceder libertades de reunión, expresión y asociación, y convocar elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. Se inició un debate entre monarquía (moderados, unionistas y progresistas) y república (demócratas y republicanos), en el que triunfaron los primeros, con una mayoría de progresistas y unionistas. Sin embargo, la Guerra de los Diez Años en Cuba y las tensiones sociales internas plantearon serios problemas al nuevo gobierno.
3. Constitución de 1869 y Regencia de Serrano
En 1869 se promulgó una nueva Constitución que establecía una monarquía parlamentaria. La soberanía residía en la nación, y los poderes se dividían en: ejecutivo (la Corona y los ministros), legislativo (Cortes bicamerales: Senado, de elección indirecta, y Congreso, de elección directa por sufragio universal masculino) y judicial (jueces de carrera). Se reconocieron derechos y libertades fundamentales, como la libertad de expresión, asociación y la libertad jurídica. En materia religiosa, se estableció la libertad de culto, aunque se mantuvo una dotación presupuestaria para la Iglesia Católica. La esclavitud no fue abolida debido a los intereses económicos en Cuba. Durante la Regencia de Serrano, Prim se encargó de formar gobierno.
Las tensiones sociales entre grupos políticos, obreros, republicanos, etc., junto con la Guerra de Cuba, provocaron la ruptura del Consenso de Ostende. Figuerola, ministro de Hacienda, implementó medidas como la racionalización del sistema monetario y la creación de la peseta como moneda única emitida por el Banco de España. Mientras tanto, se buscaba un nuevo rey que debía ser liberal, católico y que no generara conflictos internacionales con Francia, Gran Bretaña y Prusia. La búsqueda de un candidato adecuado (entre los que se encontraban carlistas, Alfonso XII (hijo de Isabel II), Espartero, Montpensier y príncipes alemanes) generó un descrédito para la Corona. Finalmente, Prim propuso a Amadeo de Saboya, que fue elegido por las Cortes en 1870, aunque no llegó a España hasta enero de 1871, días antes del asesinato de Prim.
4. Reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873)
Amadeo I se encontró con una situación política compleja, dividida entre constitucionalistas (Sagasta) y radicales (Zorrilla), y no se identificó con ninguna de las dos tendencias. Se enfrentó a carlistas, alfonsinos, a la Guerra de Cuba, a insurrecciones republicanas e internacionalistas, y a tensiones sociales. La sucesión de problemas le llevó a abdicar el 2 de febrero de 1873. Una semana después, se proclamó la Primera República Española.
5. La Primera República (1873-1874)
La Primera República surgió como respuesta al vacío de poder dejado por la abdicación de Amadeo I, en un contexto europeo en el que el republicanismo cobraba fuerza. Fue un período de gran inestabilidad política, con cuatro gobiernos en poco más de un año. El primer gobierno, presidido por Figueras, se apoyó en radicales y demócratas, y se enfrentó a la división entre federalistas y centralistas. Tuvo que lidiar con dificultades externas (en Europa y Cuba) e internas (oposición de carlistas, alfonsinos, Sagasta, etc.). Tras dos intentos de golpe de Estado, revueltas campesinas en Andalucía, huelgas y ocupaciones de tierras, el gobierno pasó a manos de Pi y Margall, tras una victoria electoral federalista en la que solo participó el 40% de la población.
Pi y Margall impulsó una Constitución federal en 1873 que proponía la división de España en 17 estados (15 peninsulares, Puerto Rico y Cuba), una amplia descentralización del poder, y una declaración de derechos. Sin embargo, la Constitución no llegó a entrar en vigor. El gobierno republicano se enfrentó a la Guerra de Cuba, la Segunda Guerra Carlista y la Insurrección Cantonalista. Esta última buscaba establecer una federación de cantones independientes que no reconocían al gobierno central. Ante esta situación, Pi y Margall dimitió y fue sustituido por Salmerón.
Salmerón, buscando mantener el orden, otorgó amplios poderes al ejército para reprimir las sublevaciones. Esto permitió que generales alfonsinos como Martínez Campos y Pavía actuaran con dureza, lo que provocó la dimisión de Salmerón. Castelar asumió la presidencia y amplió el ejército con elementos conservadores. El general Pavía dio un golpe de Estado, cerró las Cortes e instauró un gobierno de emergencia presidido por Serrano. Finalmente, el general Martínez Campos dio un nuevo golpe de Estado el 29 de diciembre de 1874, que supuso el fin de la República y el inicio de la Restauración Borbónica con el regreso de Alfonso XII al trono.
6. La Guerra de la Independencia Española (1808-1814)
Contexto y Desarrollo
La Guerra de la Independencia Española fue una guerra de liberación nacional contra la invasión napoleónica. Se trató de un conflicto total, en el que participaron todos los estamentos sociales, aunque algunos, conocidos como afrancesados, apoyaron a Napoleón. El levantamiento se inició el 2 de mayo de 1808 en Madrid y se extendió rápidamente por todo el país. La población (ejército, pueblo llano y mujeres) se unió contra los franceses. Surgieron las Juntas, asociaciones de ciudadanos que asumieron la soberanía en nombre del rey Fernando VII, ausente por su cautiverio en Francia. Existían Juntas de tesis absolutistas (que pretendían devolver el poder absoluto al rey) y liberales (que buscaban repartir el poder entre las Cortes y el pueblo). Las Juntas crearon una Junta Central en Cádiz y buscaron el apoyo de Gran Bretaña.
La guerra se divide en varias fases:
- 1808: Levantamiento general, guerra de sitios (asedios) y guerra de guerrillas. Destacó la victoria española en la Batalla de Bailén, la primera derrota en campo abierto para el ejército francés.
- 1808-1809: Predominio francés. Napoleón intervino personalmente en España con un gran ejército, expulsó a los británicos y controló gran parte del territorio.
- 1809-1811: Desgaste del ejército francés. Napoleón abandonó España, pero la resistencia española continuó. Se produjeron levantamientos en Galicia, Zaragoza y Cataluña. En Portugal, desembarcó el ejército británico al mando de Wellington, que adoptó la táctica de tierra quemada.
- 1812-1814: Ofensiva anglo-luso-española. Se produjeron importantes derrotas francesas, como las batallas de Arapiles (1812) y Vitoria (1814). El Tratado de Valençay puso fin a la guerra y permitió el regreso de Fernando VII.
Consecuencias
La Guerra de la Independencia tuvo graves consecuencias para España:
- Crisis económica: Destrucción de infraestructuras, crisis de subsistencia, hambrunas y descenso de la población.
- Exaltación del patriotismo nacional: El sentimiento patriótico generado por la guerra se mantuvo durante todo el siglo XIX.
- Ascenso del militarismo: Los militares adquirieron un mayor protagonismo político y mostraron un creciente desprecio por el poder civil, lo que sentó las bases para el futuro golpismo.
7. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Las Cortes de Cádiz
La Junta Central se disolvió y el poder pasó a un Consejo de Regencia que convocó Cortes en Cádiz en 1810. Las Cortes se reunieron en una única asamblea, formada por diputados de todo el país, en su mayoría pertenecientes a la clase media urbana (militares, funcionarios, abogados, clérigos). Las Cortes funcionaron hasta septiembre de 1813. Las principales tendencias ideológicas presentes en las Cortes fueron:
- Liberales: Partidarios de reformas revolucionarias. Defendían la soberanía nacional, la división de poderes y una monarquía parlamentaria. Fueron el grupo más influyente, con figuras como Agustín de Argüelles.
- Renovadores o jovellanistas: Seguidores de Jovellanos. Buscaban una reforma del sistema político sin romper con la tradición. Defendían un compromiso entre el rey y las Cortes.
- Absolutistas: Defendían la vuelta al Antiguo Régimen.
La Constitución de 1812
Las Cortes de Cádiz aprobaron la primera Constitución de la historia de España, conocida como»La Pep», el 19 de marzo de 1812. Sus principios esenciales eran:
- Soberanía nacional: El poder político reside en la nación española, incluyendo a los habitantes de las colonias.
- División de poderes: Poder legislativo (Cortes unicamerales), poder ejecutivo (el rey y sus ministros) y poder judicial (tribunales).
- Monarquía parlamentaria: El rey ejerce el poder ejecutivo, pero está limitado por las Cortes.
- Reconocimiento de derechos individuales: Libertad de imprenta, derecho de propiedad, inviolabilidad del domicilio, derecho a la educación.
- Igualdad ante la ley: Todos los ciudadanos son iguales ante la ley, sin distinción de estamentos.
- Igualdad territorial: Supresión de los fueros y leyes contrarias a la Constitución.
- Igualdad fiscal: Sistema fiscal basado en la proporcionalidad.
- Defensa de la patria: Todos los españoles están obligados a defender la patria con las armas. Se crea la Milicia Nacional para garantizar el orden constitucional.
- Sufragio universal masculino: Derecho al voto para todos los hombres mayores de edad.
- Catolicismo como religión oficial del Estado: Se prohíbe el ejercicio de cualquier otro culto.
Medidas Económicas y Sociales
Además de la Constitución, las Cortes de Cádiz aprobaron una serie de medidas que rompían con el Antiguo Régimen:
- Desamortización: Se expropiaron las propiedades de los afrancesados, las órdenes militares disueltas, los conventos destruidos por la guerra y las tierras comunales.
- Supresión del régimen señorial: Se abolieron los derechos feudales y los señoríos jurisdiccionales.
- Libertad de trabajo y de contratos: Se eliminaron los gremios y la Mesta.
- Supresión de la Inquisición.
Tanto la Constitución como estas medidas tuvieron una aplicación limitada debido a la guerra y a los cambios políticos posteriores. Sin embargo, la Constitución de 1812 se convirtió en un referente para los liberales españoles y sirvió de modelo para las constituciones de las repúblicas latinoamericanas y europeas.
8. Conclusión
La Constitución de 1812, aunque con una vigencia breve, tuvo una gran importancia histórica. Representó el inicio del constitucionalismo español y la introducción de ideas como la soberanía nacional, la división de poderes y la monarquía parlamentaria. La Constitución reflejaba los intereses de la burguesía liberal, que buscaba un Estado basado en principios racionales. También tenía un componente ético, al buscar la felicidad de los ciudadanos y promover valores como la justicia. La Constitución de 1812 fue un texto idealista, que pretendía solucionar los problemas de España sin tener en cuenta su atraso económico y cultural. No obstante, marcó un hito fundamental en la historia de España y abrió el camino hacia un sistema político más liberal y representativo.