El Descubrimiento de América
La expansión portuguesa por la costa atlántica de África dejaba a Castilla fuera del productivo comercio con Asia. Cristóbal Colón pretendía llegar a las Indias (Asia) por una nueva ruta hacia el Oeste y presentó su proyecto primero a Juan II de Portugal, quien lo rechazó. Luego se trasladó a Castilla y, por la influencia de los monjes de La Rábida, logró que los Reyes Católicos prestaran atención a sus planes. Sin embargo, debían esperar a la finalización de la conquista de Granada.
Las Capitulaciones de Santa Fe fueron muy favorables a Colón: almirante, virrey y gobernador de las tierras descubiertas, además del diezmo de todas las mercancías, etc. Tras no pocas dificultades para financiar la expedición, consiguieron zarpar dos carabelas (la Pinta y la Niña) y una nao (la Santa María) de Palos de la Frontera (Huelva) el 3 de agosto de 1492. Tras una breve escala en La Gomera, alcanzaron tierra el 12 de octubre en Guanahaní (actual Watling) en las Bahamas. Luego desembarcaron en San Salvador y Cuba.
En el viaje siguiente, en septiembre de 1493, contaron con 17 barcos y 1.200 hombres. Colón hizo un total de cuatro viajes a América, siendo en el tercero cuando se llegó a la costa continental americana. En 1511, había prácticamente concluido la conquista de las grandes islas y el conjunto de las Antillas estaba bajo control de la monarquía. Cristóbal Colón, tras largos enfrentamientos con los reyes, murió en Valladolid en 1506, pensando que había llegado a las Indias.
Conquista y Colonización
España conquistó y colonizó la práctica totalidad del continente americano, excepto Brasil, que quedó para Portugal tras el Tratado de Tordesillas de 1494. La conquista se desarrolló en dos grandes etapas:
- La primera etapa fue capitaneada por Hernán Cortés. Iniciada en 1518, salió de la isla de Cuba, desembarcó en tierras mexicanas, donde fundó Veracruz, y se adentró en el territorio habitado por la civilización azteca, a la que venció en la batalla de Otumba (1520) con la ayuda de otras tribus, tras apoderarse de las riquezas del emperador Moctezuma (1519). Cortés se apoderó de un amplio territorio que recibió el nombre de Nueva España. En 1522, toda la meseta central mexicana había sido conquistada y, más adelante, lo sería la península de Yucatán, centro de la civilización maya. Sus colaboradores llegaron a la actual Guatemala en 1523, y Cortés abandonó México en 1524 para adentrarse en la selva tropical hasta alcanzar Honduras.
- La segunda etapa de conquista fue dirigida por Francisco Pizarro a partir de 1531. Partió de Panamá y se dirigió hacia las costas de Ecuador para iniciar la conquista del Imperio inca, que abarcaba el actual Perú, Ecuador y parte de Bolivia. Pizarro avanzó hacia el sur, venció a los incas y ajustició a Atahualpa en 1532. El dominio sobre el territorio inca se completó al año siguiente con la conquista de Cuzco, la capital del Imperio, formándose el Virreinato del Perú.
En esa misma época, en América del Norte, Cabeza de Vaca exploró Florida, Texas y California. En América del Sur, Orellana recorrió el Amazonas; Almagro y Valdivia conquistaron Chile, y Pedro de Mendoza fundó Buenos Aires. Finalmente, en Asia, las islas Filipinas fueron conquistadas por Legazpi y Urdaneta, y recibieron ese nombre en honor del príncipe Felipe, hijo de Carlos I.
Impacto de América en España
A partir del siglo XVI, las Indias fueron una gran fuente de intercambios comerciales. Castilla suministraba trigo, vid, aceite, ganado, vestidos, armas, etc., y de América llegaban, fundamentalmente, oro y plata, pero también productos agrícolas hasta entonces desconocidos como el maíz, la patata, el cacao, el tabaco y el cacahuete.
El monopolio del comercio americano se otorgó al puerto de Sevilla, desde el que partían o llegaban todos los barcos de la ruta americana. En 1503, la Corona creó la Casa de Contratación de Sevilla para controlar el tráfico de personas y mercancías y asegurarse la recaudación de los tributos reales.
Sin ninguna duda, el oro y, sobre todo, la plata fueron las mercancías que dominaron el comercio americano, lo que provocó un aumento espectacular de los precios (400 %) en el territorio castellano, al aumentar el dinero en circulación sin incrementar la producción, y dio lugar a un fenómeno conocido como la revolución de los precios.
El elevado endeudamiento de la Corona española para financiar primero la expansión y después el mantenimiento del Imperio hizo que gran parte de este tesoro se gastara con tanta rapidez como había sido adquirido. Los banqueros alemanes y genoveses facilitaron el capital para equipar a la armada y al ejército, y recibieron en pago, por los créditos concedidos a elevados intereses, la mayor parte del tesoro americano. Los efectos dinamizadores del oro y la plata en la economía castellana resultaron escasos, ya que la riqueza que no acabó en manos de los banqueros extranjeros fue invertida improductivamente en joyas o bienes de lujo importados.