Europa Occidental en el Año Mil
Antecedentes
En el siglo X, las incursiones de pillaje fueron disminuyendo, mientras los reinos de Gran Bretaña y el Mediterráneo Oriental fortalecían lazos políticos y económicos con los pueblos escandinavos. Los vikingos fundaron comunidades agrícolas y comerciales en Rusia (Kiev, Novgorod), Islandia, Groenlandia, Terranova, las Islas Orcadas, la Isla de Man y Normandía.
Los pueblos al norte, sur y este de los reinos francos interactuaron con sus vecinos. Tras la fragmentación del Imperio Carolingio, surgieron nuevos reinos: Borgoña, Polonia, Hungría, Croacia, Bulgaria, Dinamarca, Noruega, Escocia, Gales, Irlanda y la República de Venecia.
En este contexto, los gobernadores otonianos en Alemania consolidaron un imperio desde el Báltico hasta el Mediterráneo. En Francia, la dinastía Capeta reemplazó a la Carolingia en 987, gobernando territorios semiautónomos.
Inglaterra vio el asentamiento de escandinavos.
Significado del Año Mil
Se ha sostenido que alrededor del año mil, Europa vivió bajo la idea de la parusía (segunda venida de Cristo). El capítulo XX del Apocalipsis alimentó esta creencia: «…cuando los mil años fueren cumplidos, Satanás será suelto de su prisión…». Esto generó actitudes influenciadas por el temor al fin del mundo.
Sin embargo, la idea de un pánico milenarista generalizado es una invención de intelectuales renacentistas y anticlericales del siglo XVIII y XIX. El periodo entre 950 y 1050 fue crucial en la formación de Europa, un siglo de transición.
Raoul Glaber (980-1046) relata la construcción de iglesias y peregrinaciones a Jerusalén, reflejando la importancia del año mil. Menciona la muerte de figuras notables y el surgimiento de líderes ejemplares. Glaber también describe fenómenos como el cometa de 1014, el eclipse solar de 1033, epidemias, hambrunas y la simonía en la Iglesia.
Aparecen las primeras herejías, asociadas a los desórdenes cósmicos. Se intensifican los actos de penitencia y las peregrinaciones.
Se instaura la «Paz y Tregua de Dios», prohibiendo la violencia en ciertos días y protegiendo a los indefensos.
A pesar de la continuidad con siglos anteriores, se observan cambios significativos. El reinado de Otón II (983-1002) marca el fin de un orden antiguo.
Aspectos Políticos
Tras las invasiones, Europa experimenta una recuperación. Resurge la cultura y la escritura. En Francia, Hugo Capeto inicia la dinastía Capeta en 987. Inglaterra se incorpora al imperio marítimo de Canuto I de Dinamarca.
Alemania y la Renovación del Imperio: Los Otonidas
El reino germano, antes franco oriental, se fragmentó en cinco ducados: Sajonia, Baviera, Franconia, Suabia y Lorena.
Enrique I el Cazador (919-936) restauró el prestigio de la monarquía, enfrentando a daneses, eslavos y húngaros.
Otón I el Grande (936-973) consolidó el reino germánico. Intervino en Italia y fue coronado emperador en 962. Sus sucesores, Otón II y Otón III, enfrentaron desafíos internos y externos, buscando la renovatio imperii romanorum.
Enrique II (1002-1024) se centró en Alemania. Con Conrado II, inicia la dinastía Salia.
Renacimiento Otoniano
Las reformas monásticas y la influencia de los mundos árabe y bizantino impulsaron un renacimiento cultural. Otón I promovió la cultura en su corte y en sedes episcopales.
Renovación de las Órdenes Religiosas: Cluny
La reforma monástica de Cluny, fundada en 909 por Guillermo de Aquitania, revitalizó el benedictismo. Cluny promovió la lectio divina y estableció una red de monasterios dependientes, consolidando su influencia.