Ascenso del Islam
El islam se convirtió en una de las religiones más importantes gracias a la progresiva extensión de sus principios, tanto a nivel ideológico como territorial. En el año 622, con la huida de Mahoma hacia Medina, se inicia el calendario musulmán. Mahoma convierte a los habitantes de Medina y conquista La Meca, que era politeísta. Tras su muerte, le suceden los califas.
Conquista Musulmana
Dos factores influyeron en la conquista musulmana: la expansión del islam y los conflictos internos. En el año 711, un ejército de unos 12,000 soldados dirigidos por Tariq desembarcó en Gibraltar. Meses después, vencieron a Rodrigo en la batalla de Guadalete. Tariq conquistó Córdoba, Sevilla y Toledo, mientras que Muza tomó las principales ciudades visigodas. La conquista fue rápida debido a la escasa resistencia visigoda y la pasividad de los campesinos hispánicos.
Al-Ándalus
Emirato Dependiente
Al-Ándalus tuvo como capital Córdoba. El emirato dependiente era una provincia gobernada por un emir con poder político, dependiente del Califato Omeya de Damasco. La expansión islámica continuó hacia el reino franco, pero fueron derrotados en Poitiers. En el norte peninsular, los francos crearon condados defensivos en el oriente, mientras que en el occidente hubo resistencia a la expansión musulmana. El emirato enfrentó conflictos internos: discriminación en el reparto de territorios, recaudación fiscal inequitativa y rivalidades aristocráticas. La rebelión bereber y las luchas internas sumieron al emirato en el caos. Los Abasíes derrocaron a los Omeyas en Damasco, y Abd al-Rahmán huyó a Al-Ándalus, proclamándose emir independiente en 756.
Emirato Independiente
Abd al-Rahmán I fundó el emirato independiente de Córdoba, respetando la autoridad religiosa del Califa de Bagdad. Atrajo a otros omeyas y reorganizó el poder, creando un ejército permanente y realizando expediciones contra los reinos cristianos. Sin embargo, persistieron conflictos como las revueltas jariyíes y yemeníes, además de la elevada presión fiscal y las tensiones entre cristianos y musulmanes. En el siglo X, el emir se debilitó políticamente.
Califato (929-1031)
Abd al-Rahmán III derrotó a sus enemigos internos, detuvo el avance cristiano, pacificó el territorio y se proclamó califa, centralizando el poder. Reformó la administración, aunque sufrió una derrota en Simancas. Al-Hakam II continuó su labor, consolidando Al-Ándalus como un estado hegemónico. Al-Mansur obtuvo el poder político y militar, pero tras su muerte, su hijo no pudo mantener la autoridad, iniciando la decadencia de Al-Ándalus.
Reinos de Taifas
En 1031, el Califato de Córdoba desapareció, dando lugar a los Reinos de Taifas. Ante la amenaza cristiana, pidieron ayuda a los almorávides, quienes unificaron Al-Ándalus pero fueron frenados en Valencia por el Cid. Dominaron entre 1086 y 1140. En el siglo XII, el imperio almorávide se desintegró por el empuje almohade, quienes conquistaron Al-Ándalus en 1147, estableciendo su capital en Sevilla. En 1212, fueron derrotados en las Navas de Tolosa, marcando el declive de Al-Ándalus. En 50 años, solo quedó el Reino de Granada.
Reino Nazarí de Granada (1246-1492)
Único reino musulmán en la península, con un ejército poderoso y fortificaciones fronterizas. Hubo una hábil diplomacia con Castilla y Aragón, favoreciendo la agricultura y la seda. A pesar de ser vasallos de Castilla, mantuvieron su desarrollo hasta que Boabdil rindió Granada a los Reyes Católicos, unificando Castilla y Aragón.