Septiembre de 1868: La Revolución Gloriosa
En septiembre de 1868 se produjo un pronunciamiento liderado por los generales Prim, Serrano y el almirante Topete. A las pocas semanas, Isabel II abandonaba el país. En los seis años siguientes, España experimentó la elaboración de la primera constitución democrática, el advenimiento de una nueva dinastía, una guerra independentista en Cuba, el estallido de la tercera guerra carlista, la revuelta cantonalista y un golpe militar. En 1875, esta etapa crítica se cerró con el retorno a la monarquía borbónica y la implantación de un sistema oligárquico firme.
El Reinado de Isabel II: Crecimiento y Descontento
El reinado de Isabel II consolidó el capitalismo. Los años de 1839 a la crisis de 1866 fueron de crecimiento económico y ausencia de proyectos alternativos a la oligarquía. Este dominio oligárquico se basó en el conflicto entre moderados y progresistas, marginando otras opciones. El cambio político no estaba marcado por el juego electoral. La reina fue adquiriendo cada vez más enemigos. Las décadas de crecimiento económico de 1850 y 1860 trajeron nuevas propuestas políticas.
El Sexenio Democrático: Una Breve Apertura
El Sexenio Democrático se define como el corto periodo en la historia del siglo XIX español en el que la oligarquía perdió el control de la situación política del país y se abrieron nuevas opciones al resto de la sociedad española de la época.
Antecedentes de la Revolución de 1868
La oligarquía llegó a mediados de 1865 dividida. La monarquía estaba cuestionada por sus constantes actos arbitrarios. La oposición se consolidó y en 1866 estalló una crisis económica. Junto a la crisis financiera y el paro, los años de 1867 a 1868 estuvieron marcados por malas cosechas.
La «Gloriosa» y el Gobierno Provisional
En este contexto de crisis económica y social, los liberales progresistas, dirigidos por el general Prim, decidieron pasar a la oposición al régimen de Isabel II. En 1866 firmaron un acuerdo con el resto de grupos opositores para el derrocamiento de Isabel II. Era un acuerdo de mínimos: tras la renuncia, todos los grupos firmantes se comprometían a participar en unas elecciones a Cortes Constituyentes.
El 17 de septiembre de 1868 se produjo el pronunciamiento que daría paso al inicio del llamado Sexenio. Con la huida de la reina, se creó durante unos meses en España un doble poder: por un lado, los pronunciados, y por otro, toda una serie de juntas revolucionarias que surgieron en las ciudades españolas. El pulso entre ambos se resolvió a favor de los pronunciados, que formaron un gobierno provisional. Este gobierno llevó a cabo la ampliación de las libertades de los ciudadanos, la supresión de las órdenes religiosas, la puesta a la venta de los bienes de dichas órdenes y la supresión de las juntas revolucionarias. Además, el gobierno provisional tuvo que enfrentarse a un levantamiento independentista en Cuba.
La Constitución de 1869: Un Hito Democrático
En febrero de 1869 se conformaron las Cortes Constituyentes y se procedió a la elaboración de una constitución. La mayoría amplia que formaban los progresistas, demócratas y unionistas hizo decantar la nueva constitución hacia la forma monárquica.
Principales Características
- Primera constitución democrática de España.
- Reconocimiento de la soberanía nacional y la descentralización del país.
- Establecimiento del sufragio universal masculino y una amplia declaración de derechos.
- Regulación de la formación de las diputaciones y ayuntamientos mediante la democracia.
- División de poderes con preeminencia del legislativo (Cortes con dos cámaras: Congreso y Senado).
- Ejecutivo formado por el rey como jefe del Estado y el gobierno dirigido por un primer ministro.
- Garantía de la independencia real de los jueces.
El Reinado de Amadeo I de Saboya (1870-1872)
Tras la aprobación de la Constitución, Prim, como primer ministro, fue el encargado de buscar un nuevo monarca. Tras descartar a Borbones, alemanes y franceses, Prim encontró su rey en la península italiana de Saboya: Amadeo I. Este joven monarca, que aceptó su responsabilidad constitucional y democrática, necesitaba demasiado del carisma de Prim, quien fue asesinado al poco de llegar Amadeo a España. El inicio del reinado de Amadeo I estuvo marcado por la inestabilidad y la falta de apoyos. La negativa del rey a extralimitarse en sus prerrogativas constitucionales le granjeó la enemistad de los principales partidos políticos. A esto se unía la falta de apoyo popular y el escaso reconocimiento de las élites. Ante este panorama, Amadeo I renunció al trono el 2 de febrero de 1873.
La Primera República (1873): Un Intento Fallido
Con la renuncia al trono de Amadeo I llegó el turno de los republicanos. Tras las elecciones a Cortes Constituyentes del 11 de febrero de 1873, obtuvieron la mayoría de los escaños (republicanos federales, 344 escaños). Esta composición no reflejaba la opinión real del país, pues más del 60% de la población no acudió a las urnas. El primer presidente de la República fue el federal Estanislao Figueras. En junio de 1873, la presidencia pasó al federal Antonio Pi y Margall. Sin embargo, en julio de 1873 se produjo un nuevo levantamiento en Andalucía y el Levante, a cargo de sectores del federalismo que entendían que el Estado federal no podía construirse mediante una constituyente en Madrid. Pi y Margall dimitió y le sucedió el republicano unitario Salmerón, quien pacificó los sectores cantonalistas. La revuelta fue sofocada, pero el presidente de la República debía firmar las condenas a muerte de los líderes cantonalistas. Salmerón se negó y dimitió. Le sucedió otro unitario, Castelar, que recurrió a la supresión de las garantías constitucionales. Finalmente, el 2 de febrero de 1874, el general Pavía dio un golpe de Estado. La Primera República había terminado.
Los Gobiernos de Transición y la Restauración Borbónica
La primera tarea de Pavía fue suspender las deliberaciones de las Cortes Constituyentes. Se nombró un gobierno provisional al mando del general Serrano. Estos 10 meses de gobierno militar fueron de transición, pues los alfonsinos, liderados por Cánovas del Castillo, estaban preparando el regreso de los Borbones en la figura del hijo de Isabel II. El posible nuevo monarca prometía un gobierno constitucional. El 31 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos se pronunciaba en Sagunto a favor del hijo de Isabel II, quien se convertiría en Alfonso XII. Se iniciaba la Restauración española.