ANTECEDENTES: REINADO DE FERNANDO VII
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812 introdujeron patrones políticos e ideológicos liberales en España. Sin embargo, su aplicación fue casi nula. En 1813, tras el Tratado de Valençay, Fernando VII regresó como rey. Inicialmente aceptó la Constitución, pero luego la anuló con el apoyo absolutista del Manifiesto de los Persas. Fernando VII fue aclamado como «el Deseado», disolvió las Cortes y restauró el absolutismo.
El reinado de Fernando VII tuvo varias fases:
- Sexenio Absolutista (1814-1820): Restauración del Antiguo Régimen y persecución de liberales.
- Trienio Liberal (1820-1823): Tras el pronunciamiento de Riego, se restaura la Constitución de 1812. Intervención de la Santa Alianza en 1823 restaura el absolutismo.
- Década Ominosa (1823-1833): Represión liberal y abolición de reformas.
CONFLICTO DINÁSTICO Y PRIMERA GUERRA CARLISTA
La Pragmática Sanción de 1830 permitió a Isabel II heredar el trono, desafiando a Carlos María Isidro. Tras la muerte de Fernando VII en 1833, comenzó la Primera Guerra Carlista, conflicto entre absolutistas (carlistas) y liberales (isabelinos).
Fases de la Guerra
- 1833-1835: Iniciativa carlista y muerte de Zumalacárregui.
- 1836-1837: Fracaso carlista en Madrid y guerra en el Maestrazgo.
- 1838-1840: División carlista y Convenio de Vergara.
TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL: LAS REGENCIAS (1833-1843)
Durante la minoría de edad de Isabel II, hubo dos regencias:
Regencia de María Cristina (1833-1840)
Nacimiento de los Partidos Políticos
- Partido Moderado: Soberanía compartida, poder ejecutivo fuerte.
- Partido Progresista: Soberanía nacional, más libertades y derechos.
Implantación del Régimen Liberal
Se promulgó el Estatuto Real de 1834, con soberanía compartida entre el Rey y las Cortes. Luego, la Constitución de 1837 estableció la soberanía nacional y derechos ciudadanos.
Militarismo en la Política
El ejército ganó influencia, interviniendo en la política mediante pronunciamientos.
Regencia de Espartero (1840-1843)
Espartero asumió tras la dimisión de María Cristina. Intentó consolidar el régimen liberal, pero su autoritarismo y el bombardeo de Barcelona en 1842 generaron oposición. Fue exiliado en 1843, adelantando la mayoría de edad de Isabel II.