Pensadores Ilustrados y Teorías Económicas del Siglo XVIII

Según Montesquieu, la ley de cada sociedad estaba confeccionada basándose en factores culturales y físicos. De este modo, explicó la diversidad de legislaciones y de formas de gobierno existentes. Entre ellas distinguió:

República

Monarquía Limitada

Para él, era la forma más adecuada de gobierno, ya que unía principios republicanos con la fortaleza de la monarquía. Debía tener un poder legislativo bicameral (cámara alta: aristocracia, cámara baja: pueblo).

Despotismo

Lo identificaba con las monarquías absolutas.

Voltaire fue el intelectual más reconocido de su época. Era partidario del dominio de la razón por sobre la ignorancia y los prejuicios. Se dedicó a difundir la tolerancia religiosa y la libertad como principios elementales de toda sociedad. También era gran defensor de la justicia y de la virtud.

Era partidario de una monarquía limitada al estilo inglés; sin embargo, no se lo debe confundir con un demócrata.

Voltaire se transformó en el representante del librepensamiento y comenzó a denominarse volteriano a todo individuo crítico que actuase con total libertad del sistema de normas y dogmas oficial.

Rousseau fue un filósofo nacido en Ginebra (Suiza), cuya teoría política situó las bases de los gobiernos democráticos.

Afirmó que la causa de la desigualdad era la propiedad privada ilimitada, ya que permitía el sometimiento de los sectores no propietarios por parte de los propietarios de la tierra y del capital. La solución a esta situación era establecer una forma de gobierno que garantizara un reparto más equitativo de la propiedad.

En su obra El contrato social, Rousseau sostenía que el Estado era el resultado de un contrato realizado por todos los individuos en forma voluntaria para pasar del estado natural al estado civil, con el objetivo de preservar el bien común.

En el contrato, enajenaban sus derechos particulares a un cuerpo colectivo al que denominaron soberano. Las leyes que surgían de dicho cuerpo colectivo eran sagradas y todos debían someterse a ellas. Así, todos los firmantes tenían un doble rol: eran soberanos porque habían contribuido en la redacción de las leyes y súbditos, ya que debían obedecer las leyes del soberano.

De esta manera, el gobierno era inalienable, indivisible e infalible.

Su teoría no solo fue el soporte ideológico de los regímenes republicanos y democráticos, sino también sirvió de inspiración para los modelos políticos izquierdistas.

Nuevas Ideas Económicas y la Fisiocracia

El desarrollo del comercio europeo en el siglo XVIII encontró un límite en las políticas mercantilistas que, mediante impuestos y aduanas, obstaculizaban su crecimiento. En este contexto, surgieron dos escuelas económicas que expresaron su oposición a la intervención del Estado en la economía y alentaron la libre circulación de la mercancía.

La fisiocracia fue la primera escuela económica francesa. Sostenía que la riqueza de un país se encontraba en la agricultura.

Quesnay (fundador de la misma) realizó un análisis económico global de la circulación de los bienes y los ingresos. Afirmaba que en la sociedad existían tres sectores: la clase productiva (campesinado), la clase estéril (comerciantes y artesanos) y la clase propietaria (grandes terratenientes). De los tres, el único productivo era el campesinado. Por lo tanto, los Estados debían mejorar su producción agraria (base del crecimiento económico) mediante la modernización de las técnicas agrícolas, la eliminación de las tierras de barbecho, la distribución de las tierras comunales, la abolición de los derechos feudales y la liberación del comercio de granos.

Con la frase: Dejad hacer, dejad pasar, el autor impulsaba a los monarcas a eliminar las aduanas internas y a disminuir las tasas a la exportación de granos.

Adam Smith fue un economista y filósofo nacido en Escocia que elaboró la teoría del liberalismo económico.

En una de sus obras, consideró que las naciones no accedían a la riqueza mediante la acumulación de metálico ni por el fomento de la agricultura, sino por el trabajo individual en todas sus formas.

La suma del trabajo individual llevaba, según Smith, al beneficio general de la sociedad. Pero esa apreciación no tenía en cuenta las desigualdades sociales, es decir, que al no existir igualdad de oportunidades se dificultaba el acceso a un trabajo que garantizara el bienestar de todos los individuos.

La división del trabajo era el punto de partida para el crecimiento económico: el hombre dividió el trabajo para intercambiar los bienes que no podía producir.

Smith destacó el principio de la fisiocracia (Dejad hacer, dejad pasar) al afirmar que la ley de oferta-demanda de productos debía gozar de mayor libertad. Estas ideas fueron muy bien recibidas por los industriales de la época.

La Enciclopedia Francesa

Fue la mayor obra de divulgación de las nuevas ideas. Sus directores tenían como objetivo recopilar los últimos adelantos científicos, artísticos, técnicos, filosóficos y políticos en una única obra para difundirlos. Diderot era el encargado de traducir la Enciclopedia Británica. Al iniciar dicha traducción, comenzó a incorporar ideas propias, enriqueciendo el texto original, hasta que finalmente decidió redactar una enciclopedia francesa. La enciclopedia no solo trataría de las ciencias liberales, sino también de la técnica y de los oficios. El papa Clemente XII la prohibió, y Luis XV también. Siguió en la clandestinidad y luego fue aceptada. Fue la principal obra del pensamiento de los ilustrados y otros.

El Despotismo Ilustrado

Fue la forma de gobierno de algunos reyes que combinaron las nuevas ideas con el más puro absolutismo.

Las medidas tomadas para racionalizar la administración y para presentarse como servidores de la nación fueron: la modernización de sus economías, impulsaron la educación, las artes y la ciencia, suavizaron los procedimientos judiciales, etc.

Las Nuevas Ideas en Hispanoamérica

Dentro de estos ideales, podemos destacar a Francisco Suárez, A. Nariño, M. Moreno y a F. Miranda.

Suárez sostenía que la soberanía provenía de Dios, quien la depositaba en el pueblo, y este la delegaba en el rey. Anticipó la idea del pacto social y aceptó que el pueblo destituyera al rey cuando este gobernase de forma tiránica.

Nariño fue funcionario de la corona española y tesorero de diezmos, pero por realizar actividades clandestinas fue encarcelado. Logró fugarse y se contactó con Miranda.

Nariño retornó a Nueva Granada, donde continuó su prédica y fue nuevamente encarcelado. Con el triunfo de la revolución de 1810, obtuvo la libertad.

Miranda fue un general venezolano que inició su carrera militar en España. Ideó un plan para la independencia de América del Sur, pero por poseer y difundir obras prohibidas, la Inquisición ordenó su captura.

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