La Restauración Borbónica y la Crisis del 98: De la Primera República a la Segunda

Primera República

El final de la monarquía de Amadeo de Saboya llevó al inicio de una fugaz Primera República dirigida por los siguientes mandatarios:

  • Estanislao Figueras
  • Francisco Pi y Margall
  • Nicolás Salmerón
  • Emilio Castelar

Debido a la oposición entre partidos monárquicos y republicanos, la república creció en un ambiente de conflicto que incrementó la cantidad de guerras y enfrentamientos en los que España participó. En enero de 1874, el general Pavía trató de acabar con el federalismo sin acabar con la república mediante un golpe militar, pero esto solo duró hasta diciembre del mismo año, momento en el que el general Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII de Borbón, con lo que se inició la Restauración.

Sistema Canovista

La estabilidad de la Restauración se debió, sobre todo, a los principios de gobierno de Antonio Cánovas del Castillo:

1. Constitución de 1876: Estableció España como un estado unitario y centralizado, un sistema monárquico constitucional hereditario, y determinó que el poder legislativo estaría dirigido conjuntamente por el Congreso de los Diputados y el Senado, y que la soberanía pertenecería al rey y las Cortes.

2. Turno pacífico de partidos: La mejor manera para la compenetración entre liberales y conservadores. Cánovas fue el líder conservador, seguido por Antonio Maura y Francisco Silvela; mientras que a Sagasta le sustituyó José Canalejas. Ambos partidos se alternaron en el poder hasta 1923.

3. El Monarca como Jefe de los Ejércitos.

Por estos tres motivos, se renunció a los ideales del Sexenio (1868-1874), imponiéndose el caciquismo (sistema basado en la presión del votante para que elija un candidato) y no la democracia real.

La muerte de Alfonso XII en 1885 hizo que Cánovas y Sagasta se comprometieran a respetar el turno de presidencia y ayudar a la reina regente María Cristina hasta que su hijo, Alfonso XIII, alcanzara la mayoría de edad.

Desastre de 1898

En 1898, España perdió Cuba, Puerto Rico y Filipinas, lo cual fue desastroso para una España con numerosos negocios en esas colonias. La principal guerra fue la de Cuba, que surgió por el enfrentamiento entre autonomistas cubanos y autoridades españolas. A Estados Unidos le interesaba la victoria de los independentistas y aprovechó un supuesto ataque español a uno de sus barcos como detonante para declarar la guerra a España, la cual no pudo con la potencia militar estadounidense, llevándola al fracaso. La pérdida de estas colonias puso en evidencia que la Restauración debía modernizarse, por lo que fue más difícil conservar una estabilidad política.

Consecuencias del Desastre del 98

Alfonso XIII comenzó su reinado en plena crisis tras el Desastre del 98. Una gran cantidad de intelectuales y políticos iniciaron un movimiento regeneracionista. Joaquín Costa fue el principal representante de este movimiento, denunciando el caciquismo y la falta de educación. Debido a la crisis, España no podía centrarse en recuperar su imperio colonial, sino en la instalación de nuevas industrias, la extensión de la educación y la lucha contra el caciquismo. La crisis del 98 también acentuó el deseo de autonomía de Cataluña, País Vasco y Galicia, enriquecidas por la industrialización. Los partidos liberal y conservador continuaron alternándose, pero con un sistema poco democrático. La sucesiva industrialización promovió el movimiento obrero. Seguidores del Partido Socialista, fundado en 1879 por Pablo Iglesias, organizaron numerosas protestas, como la Semana Trágica de 1909. La actividad de los anarquistas también se acentuó tras esta semana. La crisis de 1909 demostró que el turno pacífico de partidos estaba agotado, por lo que una gran cantidad de nuevos partidos comenzaron a surgir, sin reconocer el sistema de Cánovas. Esta nueva situación incluyó partidos republicanos, de izquierdas y derechas.

La Dictadura de Miguel Primo de Rivera

En 1923, el general Primo de Rivera asumió el poder tras un golpe de Estado, contando con el apoyo del rey y el ejército. La creación de nuevas empresas e importantes obras públicas no ocultaron los problemas de fondo: la crisis económica, la inquietud de los trabajadores y la falta de modernización de la sociedad, la economía y la política española. En 1929, no contaba con apoyos cuando intentó perpetuarse en el poder.

Proclamación de la República

El general Berenguer intentó volver al régimen implantado por la Constitución de 1876. Partidos republicanos, regionalistas y de izquierdas firmaron el Pacto de San Sebastián con el objeto de instaurar una república. La difícil situación llevó a la dimisión de Berenguer y la convocatoria de elecciones municipales el 12 de abril de 1931. El triunfo republicano en las ciudades llevó al exilio a Alfonso XIII. El 14 de abril de 1931, el gobierno provisional proclamó la Segunda República Española, siendo su presidente Niceto Alcalá Zamora. Se firmó una nueva Constitución.

Reformas de la nueva Constitución:

  • Reforma militar para modernizar y profesionalizar el ejército.
  • Reforma agraria para acabar con los extensos latifundios.
  • Reforma religiosa para aprobar el divorcio, separar Iglesia y Estado, e implantar una educación liberal y laica.
  • Reforma territorial para conceder autonomía a las regiones con lenguas y culturas diferenciadas.

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