Introducción
En España, se conoce como Restauración al periodo comprendido entre 1875 y 1931. Este periodo se divide en dos fases separadas por la crisis de 1898, marcada por la pérdida de Cuba y Filipinas. La primera etapa se caracterizó por la transigencia política y la intransigencia social. Predominó la alternancia del poder político entre las familias liberales mediante elecciones fraudulentas, aunque republicanos y carlistas siempre se opusieron a la Restauración.
Desarrollo
En 1874, el general Martínez Campos dio un golpe de Estado en Sagunto y proclamó rey de España a Alfonso XII, hijo de Isabel II. El general Serrano fue desautorizado por los oficiales y exiliado. Al día siguiente del golpe, se formó un gobierno provisional presidido por Cánovas, quien ayudó a Alfonso XII a redactar el Manifiesto de Sandhurst, donde se exponían los principios del futuro régimen de la Restauración. El nuevo rey entró en España por Barcelona y fue recibido con gran entusiasmo. Se restauró así la dinastía borbónica, caracterizada por el fin de la guerra carlista, el bipartidismo y una nueva política exterior.
El Final de la Guerra Carlista
Alfonso XII se dirigió al norte para combatir la Tercera Guerra Carlista. Durante la contienda, Don Carlos logró establecer un gobierno estable en Estella, emitió moneda y organizó un ejército con artillería y caballería, obteniendo algunas victorias. Alfonso XII ofreció una amnistía para quienes se unieran a la nueva monarquía constitucional. Ramón Cabrera, un antiguo carlista, aceptó la amnistía y emitió un manifiesto a los carlistas, reconociendo la imposibilidad de vencer a Alfonso XII. Cabrera fue recompensado con la restitución de sus títulos, incluyendo el de capitán general y Conde de Morella.
La guerra surgió por la oposición carlista al nuevo sistema político constitucional y liberal, que no reconocía sus privilegios. El conflicto terminó con la derrota de Carlos VII, quien fue exiliado a Francia. Los carlistas no volvieron a levantarse en armas, aunque mantuvieron su ideología y comenzaron a participar en la política española. Cánovas aprovechó para derogar los fueros vasconavarros, estableciendo el Concierto económico, un nuevo marco de relaciones fiscales.
El Bipartidismo
Cánovas impuso un régimen bipartidista inspirado en el modelo inglés para asegurar la estabilidad. Se crearon dos partidos que se ajustaron a la legalidad diseñada por Cánovas:
- Partido Conservador (derecha): liderado por Cánovas, formado por el antiguo partido moderado, la Unión Liberal y una parte del Partido Progresista.
- Partido Liberal (izquierda): dirigido por Sagasta, compuesto por demócratas, radicales, el Partido Progresista y el republicanismo moderado.
El Partido Conservador ganó las primeras elecciones y redactó la Constitución de 1876. Tras su aprobación, se consolidó el bipartidismo con la alternancia pacífica en el poder. A la muerte de Alfonso XII, la reina María Cristina, embarazada, acordó el turno de partidos en el Manifiesto de El Pardo para asegurar la estabilidad política. Cánovas renunció y pidió a María Cristina que nombrara a Sagasta presidente del gobierno.
La Regencia de María Cristina
Durante la minoría de edad de Alfonso XIII, María Cristina asumió la Regencia. El primer turno político fue para el Partido Liberal, que bajo Sagasta tuvo una gran actividad legislativa:
- Ley de Jurados para la independencia del poder judicial.
- Código Civil.
- Ley del Sufragio Universal masculino (mayores de 25 años).
Las elecciones continuaron bajo el control de los caciques y el Ministerio. Cánovas y Sagasta dimitieron en diversas ocasiones. En 1897, en plena guerra con Cuba, Cánovas fue asesinado y Sagasta volvió al poder, asumiendo las consecuencias de la derrota de 1898.
Política Exterior
El nuevo régimen fue aceptado por las potencias extranjeras y el Papa Pío IX, lo que atrajo a los católicos españoles. Se logró la pacificación de Cuba con la Paz de Zanjón (1878), que otorgó a los cubanos los mismos derechos que a los españoles.
El Ideario de Cánovas
Cánovas consideraba incuestionables la patria, la monarquía, la dinastía histórica, la libertad y la propiedad. Estos principios debían estar presentes en la Constitución, y quienes no los aceptaran no tendrían cabida en la Restauración.
Constitución de 1876
Los conservadores tenían mayoría en el Parlamento, pero se alcanzaron acuerdos con los liberales mediante redacciones flexibles. Las diferencias ideológicas se centraban en la soberanía, el sistema electoral y la confesionalidad del Estado. Algunos temas se resolvieron con leyes posteriores.
El Estado se comprometió a mantener el culto católico, satisfaciendo a los conservadores, mientras que los liberales lograron la libertad de conciencia. Muchos artículos de la Constitución de 1876 eran similares a la de 1869, pero se ampliaron las atribuciones de la monarquía. Cada gobierno podía legislar según sus ideas, respetando lo realizado por el anterior.
La Restauración buscaba la estabilidad mediante la reconciliación monárquica, el sometimiento del ejército al Estado, el acercamiento a la Iglesia y la recuperación de la confianza burguesa.
La Legislación de Cada Partido
- Partido Conservador: Ley Electoral, Ley de Imprenta y de Prensa.
- Partido Liberal: Ley Electoral, Ley de Prensa, Código Civil, libertad de expresión y de reunión.
Ninguno de los partidos permitió el voto femenino. Las elecciones no eran transparentes, con pucherazos, compra de votos y dimisiones forzadas, consolidando el caciquismo. Este sistema permitió a las élites socioeconómicas dominar el poder político.
La Oposición al Régimen de la Restauración
1. El Carlismo
Destacan Cándido Nocedal, representante de los partidarios de Carlos VII, quien se oponía frontalmente al régimen con apoyo de sectores católicos, y Alejandro Pidal, dispuesto a colaborar con la Restauración.
2. El Republicanismo
Las clases medias se opusieron al régimen por razones políticas y económicas:
- Emilio Castelar: formó el Partido Republicano Conservador para participar en el sistema, pero lo disolvió al lograr sus objetivos con la legislación liberal.
- Pi i Margall: lideró la oposición del Partido Republicano Federal, principalmente a través de la prensa.
- Manuel Ruiz Zorrilla: creó el Partido Republicano Progresista y organizó pronunciamientos militares desde el exilio.
- Nicolás Salmerón: regresó del exilio tras la amnistía de Sagasta.