El Bienio Progresista (1854-1856)
Con el apoyo popular, Isabel II entrega el gobierno a Espartero y O’Donnell como Ministro de Guerra. Se convocan elecciones a Cortes Constituyentes.
En este periodo se producen reformas políticas y económicas. En el ámbito político, se crea la Unión Liberal, un partido de vocación centrista que busca devolver el prestigio a las instituciones. Las Cortes aprueban la Constitución de 1856, que satisfacía gran parte de los planteamientos de los liberales progresistas, pero que no llegó a entrar en vigor.
En cuanto a las reformas económicas, se aprueban leyes para modernizar el país:
- Ley de Desamortización de Madoz (1855): Subasta de propiedades rústicas y urbanas del estado, de la Iglesia y municipios. Recaudó el doble que la de Mendizábal. Se pedía el 10% al contado y el resto se podía aplazar. El pago se realizaba en efectivo o mediante títulos por su valor real de cotización en bolsa del día anterior al pago.
Causas de la desamortización: Amortizar la gran deuda, aumentar los ingresos de Hacienda y mejorar las obras públicas.
Consecuencias de la desamortización: Ruptura de relaciones con el Vaticano y la Santa Sede, ya que consideraban que atacaba el Concordato. Desamortización de bienes de propios y baldíos.
- Ley de Ferrocarriles: Se decide construir un ancho de vía mayor que el europeo y el estado facilita la inversión extranjera.
- Ley de Banca (1856): Creación del Banco de España.
- Ley de Sociedades de Crédito (1856).
Este bienio fue problemático e inestable: movimientos carlistas, epidemia de cólera, malas cosechas y subida de precios. La gran conflictividad social desencadenó violentos enfrentamientos. El gobierno progresista aprueba la Ley del Trabajo, que defraudó a los trabajadores. El gobierno pierde el apoyo de las Cortes y de las clases populares. En julio de 1856, Espartero dimite, y la reina encarga formar gobierno a O’Donnell.
Etapa Final del Reinado de Isabel II
Bienio Moderado (1856-1858)
Rige la Constitución de 1845. En 1857 se aprueba la Ley de Instrucción Pública de Moyano (enseñanza primaria obligatoria) y se elabora el primer censo demográfico estadístico de España.
Quinquenio Progresista (1858-1863)
Gobierno largo de O’Donnell y la Unión Liberal. Periodo de estabilidad política e intensa política exterior marcada por las guerras de prestigio (costosas e inútiles), que no proporcionaron a España ventajas económicas ni territoriales. Estas guerras fueron aplaudidas por la prensa, las Cortes y parte de la opinión pública, ya que en Europa estaban en auge los movimientos nacionalistas. El gobierno participa en varios conflictos:
- Indochina: Participación junto a Francia, tras el asesinato de varios misioneros. Para España fue un simple paseo militar, pero a Francia le sirvió para iniciar su presencia en Extremo Oriente.
- Marruecos: Al ver peligrar el territorio de Melilla, Prim dirige una gran expedición, conquistando Tetuán. España amplía el territorio alrededor de Ceuta y Melilla. Se impone una indemnización de guerra que Marruecos nunca pagó.
- México: Francia e Inglaterra reclaman una deuda al gobierno de Juárez. Francia intenta derrocarle e imponer al Archiduque Maximiliano de Austria. España abandona la intervención.
- Santo Domingo: Se intenta recuperar la antigua posesión, pero ante la presión internacional se abandona sin más consecuencias.
- Perú y Chile: Enfrentamientos por roces comerciales que no dieron ningún resultado.
Tras estas intervenciones, continuaron los conflictos internos: levantamiento carlista (la Ortegada), motines en Andalucía por la desamortización de Madoz y la vuelta de los consumos.
Crisis y Fin del Reinado (1863-1868)
Narváez y O’Donnell se alternan en el gobierno. Periodo de inestabilidad política, con gobiernos autoritarios, desbordados por los acontecimientos. Los progresistas, dirigidos por Prim, junto a demócratas y republicanos, aceleran la crisis final del reinado.
Periodo de crisis económica, que se inicia con la quiebra del ferrocarril y el hundimiento de las fábricas textiles. En 1866, el crack de las bolsas europeas afecta a España. En el campo, las malas cosechas suben los precios, provocando hambruna y crisis de subsistencia.
Acontecimientos políticos clave:
- La Noche de San Daniel (1865): Se produce en un contexto de enrarecimiento del ambiente social, principalmente en las universidades, donde se protestaba por las ideas aperturistas y anticlericales de profesores krausistas. Alcalá Galiano dicta una Real Orden prohibiendo la difusión desde las cátedras de ideas contrarias a la religión católica, la monarquía y la Constitución. La reina, ante el déficit de la Hacienda, decide vender parte de su patrimonio (quedándose con el 25% de las ventas). Este gesto es criticado por Emilio Castelar en su artículo «El Rasgo», considerando ilegales dichas ventas. Castelar es expedientado y finalmente presenta su dimisión. La noche del 10 de abril de 1865, los estudiantes salen a la calle, produciéndose una carga indiscriminada por las fuerzas del orden, causando muertos y heridos. Las protestas se generalizan y la reina sustituye a Narváez por O’Donnell.
- Sublevación del Cuartel de San Gil (1866): 1200 suboficiales intentan hacerse con el control de Madrid. O’Donnell y Serrano dirigen la respuesta militar, que acaba con numerosos muertos, fusilados y deportados. El gobierno de Narváez aumenta la represión: suspende las Cortes, cierra periódicos críticos y persigue a todo el que cuestiona su actuación política.
- Pacto de Ostende (1866): Progresistas, demócratas y republicanos firman el Pacto de Ostende, cuyo objetivo es destronar a Isabel II y convocar Cortes por sufragio universal. Prim se pone al frente de la conspiración. La Unión Liberal acepta el acuerdo tras la muerte de O’Donnell. Tras la desaparición de Narváez en abril de 1868, Isabel II se queda prácticamente sola.
El éxito de la Revolución Gloriosa obliga a la reina a salir al exilio, iniciando España una nueva etapa: el Sexenio Democrático.