Fases de la Guerra Civil Española
El fracaso de la sublevación militar dio inicio a una prolongada Guerra Civil de tres años. Este conflicto se intensificó debido al apoyo y suministro de armas de potencias extranjeras a ambos bandos, ante el silencio cómplice de otras naciones.
El ejército sublevado mantuvo la iniciativa y la ofensiva militar durante toda la guerra, gracias a un mando unificado y una mayor profesionalidad de sus oficiales. Sin embargo, tras el fracaso en Madrid, Franco planteó el conflicto como una guerra de desgaste, buscando consolidar su poder personal y eliminar a sus enemigos políticos.
El ejército de la República, por su parte, se vio perjudicado por la desunión entre diferentes grupos políticos y fracasó en sus intentos ofensivos. No obstante, mostró una tenaz resistencia que contribuyó a prolongar la guerra. La estrategia republicana consistía en resistir hasta el estallido de una guerra europea, esperando contar con el apoyo de Francia e Inglaterra.
De la Sublevación a la Batalla de Madrid (Julio de 1936 – Marzo de 1937)
Tras el fracaso de la sublevación del 18 de julio, la principal fuerza de los sublevados fue el Ejército de África, la única fuerza profesional de gran magnitud. Con la ayuda de Alemania e Italia, Franco logró cruzar el Estrecho de Gibraltar, uniendo sus fuerzas con Queipo de Llano en Sevilla y, tras la conquista de Badajoz, con los sublevados del norte liderados por Mola.
El plan inicial de Franco era avanzar directamente hacia Madrid. Sin embargo, se desvió para liberar el Alcázar de Toledo en septiembre de 1936, un acto con gran valor propagandístico para el bando Nacional. El asalto frontal a Madrid fracasó debido a la resistencia de los madrileños y las Brigadas Internacionales. Ante este revés, los Nacionales intentaron rodear Madrid por el sur en la Batalla del Jarama (febrero de 1937) y por el noreste en la Batalla de Guadalajara (marzo de 1937), ambos intentos resultaron infructuosos, prolongando la guerra.
De la Campaña del Norte a la Batalla del Ebro (Abril de 1937 – Noviembre de 1938)
Tras el fracaso en Madrid, el conflicto se transformó en una guerra de desgaste. En la primavera-verano de 1937, las tropas franquistas conquistaron la franja norte, desde el País Vasco hasta Asturias, asegurando el control de las industrias del norte para la fabricación de armas y municiones.
En el invierno de 1937-38, se libró la Batalla de Teruel, tras la cual las tropas franquistas tomaron la iniciativa en el Bajo Aragón, alcanzando el Mediterráneo cerca de Vinaroz y aislando Cataluña del resto del territorio republicano. La República intentó reconectar ambas zonas en el verano de 1938, desencadenando la Batalla del Ebro, la más cruenta de la guerra, que agotó la capacidad de resistencia republicana.
Ofensiva en Cataluña y Final de la Guerra (Diciembre de 1938 – Marzo de 1939)
La consecuencia directa de la Batalla del Ebro fue la conquista de Cataluña por las fuerzas franquistas. Miles de refugiados huyeron a Francia. En marzo de 1939, el Coronel Casado dio un golpe de estado contra el gobierno de Negrín, buscando una paz pactada.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
La Dictadura de Primo de Rivera surgió como la última oportunidad para la monarquía de Alfonso XIII de mantenerse en el poder, intentando resolver los problemas que aquejaban a España. Entre las causas de la dictadura se encuentran la inoperancia de los Partidos del Turno, la agitación social influenciada por la Revolución Rusa de 1917 (Trienio Bolchevique en Andalucía; terrorismo anarquista, patronal y estatal en Barcelona), el Desastre de Annual y el auge del Fascismo en Italia (1922).
El golpe de Estado de Primo de Rivera contó con el apoyo del empresariado catalán, un sector del ejército y el rey Alfonso XIII.
Directorio Militar (1923-1925)
El Directorio Militar fue el primer período de la dictadura, un gobierno formado por militares que suspendió la Constitución de 1876. Este período se caracterizó por éxitos como el Desembarco de Alhucemas (1925) y la represión del anarquismo en Barcelona.
Directorio Civil (1925-1930)
El Directorio Civil intentó perpetuar la dictadura mediante la creación de la Unión Patriótica y la reforma de la constitución. Sin embargo, la falta de apoyo llevó a la retirada de Primo de Rivera en 1930.
La retirada de Primo de Rivera propició el Pacto de San Sebastián (1930), donde republicanos, catalanistas y socialistas se unieron para derrocar la monarquía. La victoria de la coalición republicana en las elecciones municipales de abril de 1931 llevó a la abdicación de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República Española.