El Camino a la Gran Guerra: Imperialismo, Alianzas y el Colapso de la Paz

Conferencia de Berlín (pág. 24)

La Conferencia de Berlín, realizada entre 1884 y 1885, fue convocada por el canciller alemán Otto von Bismarck para regular la colonización y el comercio en África. Se establecieron reglas que dictaban cómo las potencias europeas podían reclamar territorios, lo que llevó a una rápida expansión colonial y a la llamada «Carrera por África». Esta conferencia no solo demostró el interés imperialista de las potencias europeas, sino que también dejó un legado de divisiones y conflictos en África, ya que los límites impuestos ignoraron las realidades étnicas y culturales del continente.

Doctrina Monroe y Corolario Roosevelt (pág. 26)

La Doctrina Monroe, proclamada en 1823 por el presidente James Monroe, sostenía que cualquier intervención europea en América Latina sería considerada una amenaza a la paz y la seguridad de Estados Unidos. En 1904, el Corolario Roosevelt amplió esta doctrina, justificando la intervención estadounidense en los asuntos internos de los países latinoamericanos con el argumento de mantener la estabilidad y prevenir la intervención europea. Estas políticas reflejaron la creciente influencia de EE.UU. en la región y su interés en controlar el continente, marcando un giro hacia un imperialismo más directo en el Hemisferio Occidental.

Las grandes potencias entre dos siglos (32-33)

A finales del siglo XIX y principios del XX, las grandes potencias europeas, como Alemania, Gran Bretaña, Francia y Rusia, experimentaron cambios significativos debido a la industrialización, que promovió el crecimiento económico y militar. Este crecimiento alimentó el nacionalismo y las ambiciones imperialistas, lo que resultó en un clima de rivalidad entre las naciones. La competencia por colonias y recursos, junto con el desarrollo de fuerzas armadas modernas, aumentó las tensiones, llevando a una serie de crisis que culminarían en la Primera Guerra Mundial.

Imperios europeos (pág. 33)

Los principales imperios europeos de la época incluían el Imperio Británico, el Imperio Francés, el Imperio Alemán y el Imperio Austro-Húngaro. Estos imperios se expandieron por todo el mundo en busca de recursos y mercados. La rivalidad por la dominación territorial, especialmente en África y Asia, exacerbó las tensiones internacionales. Las ambiciones imperialistas de estas potencias, combinadas con conflictos nacionalistas y territoriales, contribuyeron a la inestabilidad en Europa y a la eventual ruptura de la paz.

Incremento en la tensión internacional

Después de la Guerra franco-prusiana (1871), Alemania, bajo el liderazgo de Guillermo I y el canciller Otto Von Bismarck, emergió como una potencia dominante en Europa. La política exterior de Bismarck, conocida como Realpolitik, buscaba mantener la estabilidad en Europa con Alemania como mediador. Con esta meta, Bismarck se enfocó en prevenir el revanchismo francés, originado tras la paz de Frankfurt que despojó a Francia de Alsacia y Lorena y le impuso grandes indemnizaciones.

Sistema de alianzas y Paz Armada

Francia rompió su aislamiento diplomático al aliarse con Rusia en 1892 y firmar un pacto con Italia en 1902. En este acuerdo, Francia reconoció la influencia italiana en Libia a cambio de que Italia aceptara la presencia francesa en Marruecos.

Gran Bretaña y Francia, tras años de rivalidad que culminaron en el Incidente de Fashoda, se acercaron ante el creciente expansionismo alemán y firmaron la Entente Cordiale en 1904. Esta alianza se amplió en 1907 con Rusia para formar la Triple Entente.

Triple Alianza: En contraste, Austria-Hungría, Alemania e Italia consolidaron su alianza, formando un bloque opuesto a la Triple Entente. Este sistema generó una «Paz Armada» (1905-1914), donde las naciones se preparaban para la guerra mientras intentaban evitarla. Sin embargo, las alianzas hicieron que un conflicto entre dos naciones pudiera arrastrar a todo el continente a la guerra, como se evidenció con el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Gobernantes antes y durante la guerra (Actividad en clase)

Los gobernantes de los países involucrados en la Primera Guerra Mundial fueron: Alemania bajo el Kaiser Guillermo II; Austria-Hungría con el Emperador Francisco José I y luego el Emperador Carlos I; Rusia liderada por el Zar Nicolás II; Francia con el Presidente Raymond Poincaré; el Reino Unido bajo el Primer Ministro Herbert Asquith (luego David Lloyd George); Italia con el Rey Vittorio Emanuele III; el Imperio Otomano bajo Enver Pasha (Jóvenes Turcos); y los Estados Unidos dirigidos por el Presidente Woodrow Wilson; y Japón bajo el Emperador Taisho.

Triple Alianza: Alemania – Austria-Hungría – Italia

Triple Entente: Francia – Rusia – Gran Bretaña

(Nota: Italia luego se unió a la Entente, al igual que Japón y Estados Unidos, mientras que el Imperio Otomano se unió a la Alianza)

Boer: Descendientes de colonos holandeses en África meridional.

Fashoda: Punto culminante de tensión entre Francia y Gran Bretaña en 1898 por el control de Sudán.

El Plan Schlieffen, creado por el general alemán Helmuth von Schlieffen, era una estrategia para vencer rápidamente a Francia antes de enfrentarse a Rusia. Falló porque Bélgica ofreció más resistencia de la esperada, lo que atrasó a Alemania y permitió que Reino Unido interviniera. Además, Rusia se movilizó más rápido de lo que Alemania anticipó. La ejecución del plan fue liderada por el jefe del Estado Mayor, el general Helmuth von Moltke, pero la Batalla del Marne detuvo el avance alemán, llevando a una larga guerra de trincheras en el frente occidental.

Tratado de Paz en Versalles, París.

«América para los americanos» (Doctrina Monroe)

Otto von Bismarck era de Alemania.

Primera Guerra Mundial (39-46)

  • Alianzas, estallido (magnicidio): La Primera Guerra Mundial fue provocada por una combinación de factores, incluyendo rivalidades imperialistas y el sistema de alianzas. El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo el 28 de junio de 1914 por un nacionalista serbio fue el detonante inmediato. Esto llevó al Imperio Austro-Húngaro a declarar la guerra a Serbia, lo que desencadenó una rápida escalada del conflicto entre las potencias aliadas.

  • Primera guerra de movimientos: En los primeros meses de la guerra, las potencias centrales, lideradas por Alemania, lograron victorias iniciales, incluyendo la rápida ocupación de Bélgica y el avance hacia Francia. Sin embargo, la Batalla del Marne en septiembre de 1914 detuvo el avance alemán, lo que resultó en un estancamiento que definiría el frente occidental.

  • Etapa de trincheras: La guerra se transformó en un conflicto de trincheras, caracterizado por condiciones horribles para los soldados. Ambos bandos se atrincheraron en extensas líneas defensivas, lo que resultó en batallas sangrientas con escasas ganancias territoriales. Este tipo de guerra se asoció con el uso de nuevas tecnologías bélicas, como ametralladoras y artillería pesada.

  • Segunda guerra de movimientos: A partir de 1917, las potencias centrales intentaron romper el estancamiento con ofensivas masivas, pero sufrieron grandes bajas. La entrada de Estados Unidos en la guerra en 1917, con tropas frescas y recursos, modificó el equilibrio de fuerzas, y los aliados comenzaron a ganar terreno en el frente occidental.

  • Derrota de las potencias centrales (armisticio de paz): En el otoño de 1918, después de varias derrotas en el campo de batalla y creciente descontento interno, Alemania pidió un armisticio. El 11 de noviembre de 1918, se firmó el armisticio que puso fin a las hostilidades, resultando en la derrota de las potencias centrales y marcando el comienzo de un nuevo orden político en Europa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *