Transformaciones Políticas y Sociales en la España del Siglo XVIII

El Siglo XVIII

La España del siglo XVIII: la guerra de sucesión y el sistema de Utrecht.

El siglo XVIII, conocido como el siglo de las luces, fue excepcional. Durante su desarrollo, se consolidó la monarquía absoluta e incluso se perfeccionó con el sistema de gobierno que la historia conoce con el nombre de despotismo ilustrado. Con el advenimiento de los Borbones, se abandonó el sistema político de los Austrias y se adoptó el modelo de administración centralizada propio de la monarquía francesa. También durante este siglo se desarrolló en toda Europa un gran movimiento cultural que se conoce con el nombre de ilustración. La ilustración cambiará profundamente la mentalidad de los hombres y ya nada volverá a ser como antes. Los ilustrados tenían en mente un nuevo estado muy distinto a la monarquía absoluta del antiguo régimen.

La Guerra de Sucesión

En 1700 moría el último monarca de la dinastía Habsburgo, Carlos II. La gran herencia patrimonial de Carlos I se perdía a manos de una gran potencia emergente, Francia, por la incapacidad de sus últimos monarcas y la incapacidad de sus validos. Carlos II moría sin descendencia y la ausencia de un heredero iba a conducir a España a una guerra devastadora que fue a la vez un conflicto internacional y una guerra civil. Las consecuencias de esa guerra, que la historiografía española conoce con el nombre de guerra de sucesión, iban a ser dramáticas: la pérdida de los pocos territorios europeos que les quedaban a la monarquía hispánica, la pérdida de territorios en América y la ocupación por parte de Inglaterra de Gibraltar y de la isla de Menorca.

Enfermo y al borde de la muerte, Carlos II firmó un testamento en el que dejaba los reinos de la monarquía hispánica al duque de Anjou, el futuro Felipe V, dejando el trono de España en manos de su peor enemigo, Francia. Lo malo es que también había todo un sector del país partidario de que la corona siguiera en la cabeza de los Austrias. Como los Austrias españoles se extinguían con Carlos II, este sector era partidario de ponerla en la cabeza de un austriaco alemán: el archiduque Carlos de Habsburgo. Los dos posibles reyes, el francés y el alemán, eran también nietos de Felipe IV, de ahí sus derechos al trono. Un montón de potencias europeas vieron con preocupación que la dinastía francesa ocupara los tronos de París y Madrid, porque se veía este hecho como una unión de ambos países. El tamaño y el poder franco-español serían de tal calibre que era cuestión de tiempo que el resto de las potencias europeas fueran merendadas. Para evitarlo, las potencias europeas partidarias del archiduque Carlos formaron la Gran Alianza.

Escenario de la Guerra

La guerra de sucesión tuvo como escenario prácticamente el mundo entero, pues se combatió en la península ibérica, en América, en casi todos los mares del mundo y en los territorios españoles del ducado de Milán y en Flandes. Cataluña, Aragón, Valencia y Baleares ofrecieron su apoyo al archiduque, mientras que Castilla reconoció como rey a Felipe V, pero en tierra la superioridad era del ejército pro-borbónico.

Después de una gran ofensiva terrestre, el ejército franco-español controló toda la península menos Cataluña. Cuando el archiduque se aprestaba a plantar batalla decisiva en Cataluña, ocurrió un acontecimiento que cambió radicalmente el panorama: murió el emperador, el padre del archiduque. Carlos de Habsburgo subió al trono imperial de Alemania con el nombre de Carlos IV y abandonó a sus partidarios en España. La corona de la monarquía hispánica ya no le interesaba. A Cataluña y Baleares siguieron con la guerra, que ya sería una guerra civil. La parte internacional de la guerra de sucesión terminó con dos grandes tratados internacionales: Utrecht y Rastatt. En ellos, Felipe V, para continuar la guerra doméstica contra Cataluña y para consolidar, hizo muchas concesiones:

  • Felipe V se comprometía a no unir nunca la monarquía hispánica a Francia.
  • Inglaterra se quedó con Gibraltar y Menorca.
  • Inglaterra recibió permiso para comerciar con la América española.
  • Inglaterra se quedó con el monopolio del tráfico de esclavos.
  • Austria se quedó con parte del Milanesado, Nápoles, las dos Sicilias y Flandes.
  • El ducado de Saboya se quedó con Cerdeña y parte del Milanesado.
  • Portugal se quedó con la colonia de Sacramento.

Aunque Felipe V no tenía intención de cumplir los tratados, lo cierto es que no le quedó más remedio.

La España del Siglo XVIII: El Cambio Dinástico y los Primeros Borbones

El cambio de dinastía supuso la asunción del modelo administrativo centralizado francés y el abandono de los Austrias. El resultado del cambio fue el fortalecimiento de la monarquía absoluta. Felipe V se rodeó al principio de su reinado de asesores y ministros franceses, quienes no entendían cómo había podido funcionar la compleja administración de los Austrias, en la que el rey tenía que convencer constantemente a los distintos reinos de que arrimarían el hombro a la empresa común de la monarquía hispánica. La situación va a cambiar radicalmente durante el reinado de Felipe V.

Bajo la monarquía de Fernando VI, se llevó a cabo un intento de reformar la hacienda pública con el muy avanzado objetivo de crear un único impuesto proporcional a la riqueza de cada contribuyente. El proyecto fracasó por la oposición frontal al mismo de los estamentos privilegiados. Fernando VI creó la Academia de San Fernando y mantuvo la política de neutralidad frente a Gran Bretaña y Francia, lo que hizo que su reinado fuera un periodo de paz y recuperación económica.

Reformas en la Organización del Estado: La Monarquía Centralista

Los principios básicos sobre los que se asentó la nueva administración fueron los de centralización (todos los poderes eran del rey). Se trataba de evitar la dispersión de poder que generaban los fueros y demás privilegios territoriales. Las características principales de la nueva administración borbónica fueron las siguientes:

  • Aparece el cargo de primer ministro.
  • Se mantienen los consejos como órganos consultivos.
  • Se potenció la figura de los secretarios, que estaban divididos en cinco secretarías.
  • Se creó el cargo de intendente; cada intendente gobernaba sobre una intendencia, siendo los precursores de los precursores.
  • Se mantuvo el cargo de capitán general; un capitán general era un militar que gobernaba una intendencia.
  • Desaparecieron las cortes de cada reino y fueron sustituidas por unas cortes únicas para toda España, que siguieron siendo un órgano consultivo con muy poco poder efectivo.
  • Se intentó implantar una fiscalidad única para todo el país; para controlar el pago de impuestos se elaboró el llamado catastro de Ensenada.
  • Se introdujeron profundas reformas en el funcionamiento del ejército y la armada; los mercenarios disminuyeron mucho en número, su lugar lo ocuparon reclutas captados en levas forzosas.

Estos cambios se complementaron con un efectivo control de la iglesia y su definitivo sometimiento al estado. En economía, se desarrolló el sistema mercantilista, según el cual el progreso económico del estado se conseguía con el progreso de todos los ciudadanos, desarrollando una activa política de construcción de obras públicas, construyendo y manteniendo las denominadas reales fábricas, suprimiendo las aduanas interiores y construyendo grandes edificios representativos.

Todo esto fue posible porque la guerra de sucesión favoreció la supresión de los fueros de los estados de la antigua corona de Aragón. La nueva dinastía, la casa Borbón, había acabado de un plumazo con siglos de libertades y autonomía.

La Práctica del Despotismo Ilustrado: Carlos III

Con Carlos III se desarrolla en España una amplia política de reformas económicas, políticas y sociales. Con él se instaura el despotismo ilustrado y llega a su máximo apogeo la ilustración. Cuando recibió la corona de España, tenía ya un amplio conocimiento de gobierno. Cuando vino a España, lo hizo rodeado de asesores y ministros italianos que tenían unas ideas muy avanzadas que chocaron con el tradicionalismo español. El sistema político que impuso el rey fue el despotismo ilustrado, una forma de absolutismo adaptado a los nuevos tiempos, una modernización profunda de los principios básicos del absolutismo. El rey ya no ejercía el poder sin pensar en el pueblo; con el despotismo ilustrado, el rey y sus ministros trabajaban para el progreso económico y social de sus súbditos.

El despotismo ilustrado derivaba directamente de la ilustración; tenía como base filosófica el racionalismo y el antitradicionalismo, pero no era revolucionario, no pretendía acabar con la estructura social ni quebrar los principios básicos del absolutismo típico del antiguo régimen. En 1766, la política reformista del ministro Esquilache chocó frontalmente con el pueblo, que se rebeló dando lugar al motín de Esquilache. El problema de fondo eran las abusivas subidas de impuestos y el enorme precio del pan, pero la chispa que hizo estallar la revuelta popular contra Esquilache fue la orden de recortar capas y sombreros para intentar acabar con la gran inseguridad que por las noches existía en Madrid. El pueblo, ofuscado, quemó la casa de Esquilache y se dirigió al palacio real. En los alrededores del palacio se produjeron duros enfrentamientos con la guardia valona. Ante estos acontecimientos, Carlos III decidió ralentizar las reformas y sacrificar a Esquilache, quien fue cesado. También se crearon nuevos cargos y se decretó la expulsión de los jesuitas, lo que permitió al rey controlar la educación. En la economía, se emprendió una reforma agraria liberalizando el mercado y mejorando las producciones, y se limitó la honrada concejo de la Mesta.

La Evolución de la Política Exterior en Europa

El objetivo fundamental de la política exterior española durante todo el siglo XVIII fue recuperar los territorios perdidos en el Tratado de Utrecht. Con Felipe V, Francia pasó a ser aliada y Gran Bretaña el enemigo. Principales hitos de la política:

  • Nápoles cae otra vez en la órbita española al subir al trono de ese reino un hijo de Felipe V.
  • Intento de conquista de Cerdeña y Sicilia fue un fracaso porque Europa entera se opuso.
  • Firma del primer pacto de familia con Francia y el segundo y tercero.
  • Intervención de España junto a Francia en la guerra de independencia de las Trece Colonias.

La Política Borbónica en América

La base de la política de España en sus tierras americanas fue la aplicación del mercantilismo, es decir, lograr una explotación más eficaz de las materias primas de las colonias y multiplicar los intercambios comerciales de todo tipo de productos con la metrópoli. Las reformas más importantes fueron:

  • Aparición de nuevos virreinatos.
  • Limitación del acceso de los criollos a los cargos públicos.
  • Aparición del puesto de intendente; los nuevos cargos se encargaron de recaudar impuestos con más eficacia.
  • Aumento de la emigración de españoles a América.
  • Eliminación de las reducciones jesuitas.
  • Creación de América de un ejército territorial permanente; esto evitaba que en cada follón que había hubiera que mandar flotas y tropas desde España.
  • Se suprimió definitivamente el monopolio de los puertos de Sevilla y Cádiz.
  • Traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz.
  • Creación de grandes empresas mercantiles para desarrollar el comercio con América.
  • Persecución de la piratería.
  • Abandono del sistema de flotas e introducción del navío de registro.

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