El Estado Franquista: Ideología, Evolución y Represión

Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales del Nuevo Estado Franquista

Al concluir la Guerra Civil, Franco pretendió crear un nuevo estado que desterrara toda idea de liberalismo, democracia e ideologías obreras. El nuevo modelo de Estado era una mezcla de dictadura militar, estado fascista y monarquía absoluta sin rey. Se estableció como un sistema totalitario, sin Constitución y sin libertades democráticas. Todos los poderes se concentraban en la figura del General Franco, Caudillo, Jefe del Estado, Jefe de Gobierno y Generalísimo de los ejércitos.

Se organizó un partido único, la Falange Española Tradicionalista de las JONS. El sistema se inspiraba en los estados fascistas. La voluntad dictatorial quedó patente por el desmantelamiento de todas las instituciones republicanas. La Constitución de 1931 fue suprimida y los partidos políticos y sindicatos fueron prohibidos.

La construcción del nuevo estado exigía una reestructuración general de las leyes e instituciones a través de Leyes Fundamentales, entre las cuales estaban:

  • Fuero del Trabajo
  • Ley Constitutiva de las Cortes
  • Fuero de los Españoles
  • Ley del Referéndum Nacional
  • Ley de Sucesión
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional

La estructura política y la doctrina que sustentaban el estado franquista fueron llamadas el Movimiento Nacional. Los representantes en Cortes eran designados por el poder y entre ellos se encontraban los principales dirigentes de FET de las JONS. El régimen denominó a este sistema democracia orgánica. La justicia desapareció como poder independiente, y los jueces eran nombrados por el poder.

En el plano territorial, se volvió a la vieja institución de los Gobiernos Civiles de cada provincia, que además eran Jefes Provinciales del Movimiento. En cada provincia se escogió también un Gobernador militar con amplísimos poderes. Los sindicatos verticales, llamados Organización Sindical, se basaban en la doctrina fascista. El estado controlaba todo el sistema.

Respecto al sustento social e ideológico del régimen, Franco nunca se apoyó en un solo grupo. El poder se manifestó siempre en tres vertientes: civil, militar y eclesiástica. La diversidad de apoyos provocó la aparición de diversos grupos de influencia:

  • La Iglesia fue uno de los grupos más influyentes.
  • La Falange fue otro de los grandes pilares.
  • El ejército siguió siendo la columna vertebral del sistema.
  • Los monárquicos, en cambio, aunque apoyaron el alzamiento militar, se fueron distanciando.

Evolución Política y Coyuntura Exterior

Al desencadenarse la Segunda Guerra Mundial en 1939, España declaró su neutralidad. En 1940, Franco se entrevistó con Hitler en Hendaya y en 1941 lo hizo con Mussolini. Por parte de España, se planteaba la posibilidad de recuperar Gibraltar y crear un gran imperio colonial africano.

En 1941, España pasó de la neutralidad a la no beligerancia. Esto significaba que Franco podía intervenir en el conflicto mundial con ayudas puntuales, aunque sin declarar la guerra. Tropas españolas ocuparon Tánger y en 1941 se envió una división de voluntarios (División Azul) para combatir junto a los alemanes en la Unión Soviética.

En 1943, las potencias fascistas comenzaron a perder la guerra y a replegarse. El gobierno franquista decidió cambiar de actitud y abandonó la no beligerancia para volver a la neutralidad. Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, empezaron los peores tiempos del régimen franquista. La ONU condenó el régimen español, no fue admitido en la OTAN ni se benefició del Plan Marshall. El régimen consideró esta actitud como fruto de una conspiración internacional.

En 1945, Juan de Borbón emitió el Manifiesto de Lausana, donde pedía la restauración de la monarquía. Desde 1950, España comenzó a ser admitida en organismos internacionales. En 1953, se firman los primeros tratados militares con Estados Unidos y también se firmó un nuevo Concordato con la Santa Sede. España fue admitida en la ONU en 1955.

Evolución Económica

Tras la Guerra Civil, España estaba sumida en la miseria. El objetivo principal del franquismo en los primeros momentos fue conseguir la autosuficiencia económica (autarquía). La autarquía tuvo dos grandes ejes:

  1. La total intervención del Estado en la economía, lo que provocó un encarecimiento de los productos de primera necesidad.
  2. El fomento de la industria, principalmente de bienes de equipo.

El Estado controlaba directamente el mercado y los productores debían venderle toda su producción a precios fijados. La tasación de los alimentos por debajo del valor provocó que muchos escondieran su producción y la vendieran en el mercado negro (estraperlo). La falta de alimentos provocó un régimen de racionamiento.

Represión

Concluida la guerra, aún quedaban en las cárceles franquistas en torno a 200,000 presos políticos. Más de 400,000 personas se habían exiliado por temor a represalias. En 1939, se había aprobado la Ley de Responsabilidades Políticas y en 1940, la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería.

Se ignora el número exacto de personas que fueron fusiladas en la posguerra, pero podría rondar las 50,000. Algunos excombatientes republicanos se refugiaron en las montañas (maquis) e iniciaron una lucha de guerrillas que duró hasta los años cincuenta.

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