El Régimen de la Restauración (1874-1902)
El sistema político de la Restauración está absolutamente ligado a la figura de Antonio Cánovas del Castillo. Era partidario de mantener a los Borbones y el viejo sistema liberal antidemocrático basado en el sufragio censitario. Defendía la idea moderada de la soberanía compartida de Rey y Cortes, en un punto intermedio entre el Antiguo Régimen y la monarquía democrática de 1869.
Era consciente de que era necesario renovar:
- Alfonso XII debía reemplazar a la impopular Isabel II. Cánovas consiguió que la reina renunciara a sus derechos al trono en 1870.
- Había que terminar con las continuas intervenciones del Ejército.
- Había que crear un sistema bipartidista basado en dos partidos burgueses que se fueran turnando en el poder. Uno, el Partido Conservador, dirigido por Cánovas y otro, el Partido Liberal, dirigido por Sagasta.
6.1.1 La Constitución de 1876
Aunque se reunieron unas Cortes constituyentes, su verdadero inspirador fue el propio Cánovas del Castillo:
- Soberanía compartida Cortes con el Rey. Lo que significaba la negación de la idea de soberanía nacional.
- Cortes Bicamerales:
- Congreso elegido
- Senado en el que se representan las clases poderosas del país:
- Senadores “de derecho propio”: Grandes de España y jerarquías eclesiásticas y militares.
- Senadores “vitalicios”, nombrados por el rey.
- Senadores elegidos por sufragio censitario de los mayores contribuyentes.
- Fortalecimiento del poder de la Corona que se constituyó como eje del Estado:
- Poder ejecutivo: designación de los ministros y mando directo del ejército.
- Poder legislativo compartido con las Cortes:
- Derecho de veto absoluto sobre las leyes aprobadas por las Cortes.
- Poder de convocar, suspender o disolver las Cortes.
- Reconocimiento teórico de derechos y libertades, que en la práctica fueron limitados o aplazados durante los gobiernos de Cánovas.
- No se especifica el tipo de sufragio para elegir el Congreso. Posteriormente, bajo el gobierno del Partido Conservador de Cánovas, se aprobó la Ley Electoral de 1878 que establecía el voto censitario, limitado a los mayores contribuyentes.
- Religión católica declarada religión oficial del Estado. Se permiten otros cultos en el ámbito privado.
6.1.2 El Reinado de Alfonso XII (1875-1885): el turno de partidos
Cánovas diseñó un sistema basado en el turno pacífico de dos partidos en el poder. El Partido Conservador con su líder Cánovas. El Partido Liberal tenía como principal dirigente a Sagasta y reunió a antiguos progresistas, unionistas y algunos exrepublicanos moderados.
El sistema de turno tuvo la gran virtud de garantizar la alternancia pacífica en el poder, poniendo fin durante un largo periodo al intervencionismo militar y a los pronunciamientos. Sin embargo, el turno fue un puro artificio político, destinado a mantener apartados del poder a las fuerzas que quedaban fuera del estrecho sistema diseñado por Cánovas: las fuerzas de izquierda, el movimiento obrero, los regionalismos y nacionalismos.
Los dirigentes de los partidos acordaban y pactaban previamente el turno en el poder. Una vez acordada la alternancia, se producía el siguiente mecanismo:
- El Rey nombraba un nuevo Jefe de Gobierno y le otorgaba el decreto de disolución de Cortes.
- El nuevo gobierno convocaba unas elecciones completamente adulteradas, “fabricaba” los resultados mediante el “encasillado”, la asignación previa de escaños en los que se dejaba un número suficiente a la oposición.
6.1.3 El caciquismo
La clave de la adulteración electoral estaba en los “caciques”, que eran los encargados de llevar a la práctica los resultados electorales acordados por las élites de los partidos.
Los caciques eran personajes ricos e influyentes en la España rural (terratenientes, prestamistas, notarios, comerciantes…), quienes, siguiendo las instrucciones del Gobernador Civil de cada provincia, amañaban las elecciones. Los gobernadores habían sido a su vez informados por el ministro de Gobernación de los resultados que «debían» de salir en sus provincias, siguiendo el «encasillado» acordado por las élites políticas.
Los métodos desplegados por los caciques durante las elecciones fueron muy variados: violencia y amenazas; cambio de votos por favores o simplemente trampas en las elecciones, el conocido “pucherazo”.
La prematura muerte de Alfonso XII en 1885 abrió el período de la Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII. Tras la muerte del rey, Cánovas y Sagasta reafirmaron en el denominado Pacto del Pardo (1885) el funcionamiento del sistema de turno.
En el denominado «gobierno largo» de Sagasta (1885-1890) se aprobaron diversas medidas de reforma política:
- 1887 Libertades de cátedra, asociación y prensa, suprimiendo la censura.
- 1890 Sufragio universal masculino.
Sin embargo, el sistema de turno siguió basándose en la adulteración sistemática de las elecciones.