Imperialismo Europeo a Finales del Siglo XIX
Imperialismo: se refiere a la acción de establecer un imperio; implica el deseo, la práctica y el dominio de territorios que no se poseen.
Los argumentos utilizados fueron varios:
La Justificación Económica
La economía europea estaba ávida por los mercados ultramarinos, su mano de obra barata, sus materias primas y sus tierras productivas.
La Justificación por la Imagen de la Nación
El dominio colonial obraba como una manifestación del poderío nacional y como fuente de prestigio.
La Justificación por la Misión de las Potencias «Civilizadas»
Los europeos tenían la obligación y responsabilidad de civilizar a los pueblos que sometían.
La Justificación Social
Para aliviar a la metrópolis, había que conquistar nuevas tierras donde instalar el exceso de población y colocar los productos de las industrias metropolitanas.
El imperialismo nunca logró una adhesión unánime:
Entre aquellos que condenaban las políticas imperialistas podían encontrarse algunos liberales, así como los partidos de izquierda y el socialismo.
Para los Pueblos Colonizados
Los nativos fueron obligados a trabajar hasta el límite de sus posibilidades, los recursos productivos fueron explotados indiscriminadamente. Además, muchas veces, sobre todo en África, el dominio colonial significó la destrucción del patrimonio cultural de esos pueblos.
Las Potencias Imperialistas
Gran Bretaña y Francia eran las potencias que poseían mayor poder. Más tarde, también se destacaron Alemania y Estados Unidos.
El imperialismo francés era el segundo en importancia.
Colonialismo y Competencia por los Mercados Consumidores
Los gobiernos de los países industrializados crearon tarifas aduaneras protectoras para evitar la entrada de productos extranjeros que pudieran hacerles competencia. El excedente de producción aumentó. ¿Qué hacer? Se pensó en la distribución de mercados africanos, asiáticos y latinoamericanos. La alta burguesía y los banqueros estaban muy interesados en invertir su capital disponible en aquellos continentes; para eso era necesario dominarlos y colonizarlos.
Imperialismo y Racismo
Se intentó justificar el imperialismo por ideologías racistas que afirmaban la supuesta superioridad de la raza blanca sobre las razas negra o amarilla.
El Reparto de África: Oro, Esclavos, Diamantes
África era, para los europeos, una región proveedora de esclavos, marfil, pimienta y algunas otras especias. En la segunda mitad del siglo XIX, se convirtió en un polo de atracción para los grandes sectores capitalistas. Por la fuerza y enfrentadas entre sí, Francia, Bélgica, Alemania e Italia se repartieron África.
La Dominación Inglesa de la India
Los ingleses llegaron a la India en el siglo XVII y, a través de la Compañía de las Indias Orientales, acabaron dominando todo el país en el siglo siguiente. La Compañía mantenía el monopolio del comercio de la India, donde adquirían joyas, tejidos de algodón, opio, etc., que eran distribuidos en distintos mercados.
La China y la Guerra del Opio
A principios del siglo XIX, los ingleses ampliaron las relaciones con los chinos, a quienes compraban productos y les vendían opio producido en Birmania y en la India.
Fue con la aprobación del gobierno británico que los ingleses pasaron a vender opio a los chinos. China se enviciaba e Inglaterra dominaba; esto generó la Guerra del Opio. Inglaterra, victoriosa, forzó al gobierno chino a ceder libremente en el territorio chino el puerto de Hong Kong. Abrieron sus puertas a países como Rusia, Francia, los Estados Unidos y Japón.
El Japón: la Era del Progreso Meiji
Antes del siglo XIX, Japón estaba aislado del mundo occidental. La situación varió cuando una escuadra norteamericana amenazó con bombardear la capital de Japón en caso de que este se negase a firmar un tratado para el comercio con los Estados Unidos. Las puertas de Japón se abrieron al imperialismo occidental.
Japón se modernizó, adaptando técnicas e instituciones occidentales. Esos cambios produjeron la Revolución Meiji, la revolución del progreso. Aprovechando la tecnología, Japón se industrializó y, a fines del siglo XIX, se había convertido en una potencia mundial.
En 1904, entró en guerra con Rusia, ganó Japón, y 9 años después estalló la Primera Guerra Mundial.
Los Comienzos del Imperialismo Norteamericano
En 1867, los Estados Unidos compraron la península de Alaska.
En 1898, se produjo la intervención norteamericana en Cuba, cuando un grupo importante de cubanos no aceptó las condiciones de autonomía impuestas por España, lo que brindó el pretexto para la intervención norteamericana, asegurándose la cooperación de revolucionarios cubanos.
En 1898, se liquidaron los últimos vestigios del imperio español: España reconoció la independencia de Cuba y cedió a Estados Unidos sus derechos sobre Puerto Rico. EE. UU. le pagó a España veinte millones de dólares.