El Desastre del 98: La Pérdida del Imperio Español

Causas de la Guerra

Contexto: La guerra hispano-estadounidense se desencadenó por una combinación de factores:

  1. Apoyo de la opinión pública norteamericana: Influenciada por la campaña belicista de la prensa (Hearst).
  2. Intereses económicos: Las compañías azucareras estadounidenses, que absorbían el 94% del azúcar cubano, tenían un gran interés en el conflicto.
  3. El nombramiento del presidente McKinley: Aceleró la intervención.

Fases de la Intervención Estadounidense

  1. Protestas al gobierno español: EE. UU. protestó al gobierno de Sagasta por la dureza del general Weyler y exigió la pacificación de la isla. España lo sustituyó por el general Blanco (octubre de 1897).
  2. Propuesta de compra: El gobierno de EE. UU. propuso a la regente María Cristina la compra de Cuba por 300 millones de dólares. La propuesta fue rechazada.
  3. El incidente del Maine: La voladura del acorazado estadounidense «Maine», anclado en el puerto de La Habana (febrero de 1898), causó la muerte de 254 marineros y dos oficiales. Los estadounidenses responsabilizaron a España.
  4. Ultimátum y declaración de guerra: Ante el rechazo del gobierno español, el 19 de abril, un ultimátum norteamericano exigió a España la renuncia a su soberanía sobre Cuba en tres días. Expirado el plazo, el 23 de abril, la regente y Sagasta declararon la guerra a EE. UU., que la aceptó el 25 de abril de 1898.

La Situación en Filipinas

Presencia española: Se limitaba a órdenes religiosas, explotación de algunos recursos naturales y su utilización como punto comercial con China. En 1896, José Rizal, fundador de la Liga Filipina, protagonizó una insurrección independentista, duramente reprimida por el general Polavieja, y fue ejecutado. En 1897, España alcanzó un acuerdo (Biac-na-Bató) con el líder filipino Emilio Aguinaldo (fundador del grupo independentista Katipunan). La entrada de EE. UU. en el conflicto cambió la situación.

La Guerra Hispano-Estadounidense

Entusiasmo patriótico: España vivió días de entusiasmo patriótico alentado por el gobierno y la prensa. La guerra fue fulminante, debido a la desigualdad de fuerzas, y tuvo dos escenarios: el Pacífico y el Atlántico.

1. Filipinas (Pacífico)

En la primavera de 1898, ante la inminente guerra, la flota norteamericana en Hong Kong, al mando de Dewey, se dirigió a las islas para apoyar a los insurrectos. La escuadra española, al mando del almirante Montojo, fue aniquilada en la batalla naval de Cavite (1 de mayo). La intervención estadounidense propició un nuevo alzamiento de Aguinaldo, que culminó con la capitulación de Manila y la expulsión de los españoles.

2. Cuba y Puerto Rico (Atlántico)

La escuadra española, cerca de Canarias al mando del almirante Cervera, se dirigió a Puerto Rico y Cuba. Tras entrar a repostar carbón en Santiago de Cuba, fue bloqueada por la fuerza naval norteamericana. Un desembarco americano cerca de Santiago dio lugar a un encuentro terrestre, y los estadounidenses reforzaron su posición. La escuadra española se enfrentó al dilema de salir del puerto y ser destruida o rendirse. La presión de la opinión pública y el gobierno impulsaron la salida de la flota, que fue aniquilada. Los acontecimientos se precipitaron:

  • Rendición de Santiago (3 de julio)
  • Ocupación de Puerto Rico por las fuerzas estadounidenses
  • Rendición de Manila casi sin combate

Tratado de París (10 de diciembre de 1898)

  • España reconoció la independencia de Cuba y renunció a ella definitivamente.
  • España cedió a EE. UU.: Puerto Rico, la isla de Guam (Marianas) y Filipinas. (Problemas de interpretación de las cláusulas se resolvieron con el pago de 20 millones de dólares. Posteriormente, Filipinas libró una guerra contra EE. UU. hasta su independencia en 1946).
  • El resto del Imperio colonial español se perdió en 1899: las Islas Marianas, Carolinas y Palaos se cedieron a Alemania por el Tratado Hispano-Alemán a cambio de 25 millones de marcos.
  • Las islas de Sibutú y Cagayán de Joló, por desconocimiento geográfico de los plenipotenciarios americanos, no fueron incluidas inicialmente. En 1900, por un tratado hispano-norteamericano, fueron cedidas por 100.000 dólares a EE. UU.

Consecuencias

Estas posesiones convirtieron a EE. UU. en una potencia del siglo XX (además de adquirir territorios, intervino continuamente en Cuba). Para España, supuso la pérdida de su Imperio ultramarino. El impacto, mientras otros países europeos ganaban colonias, hundió a los españoles en una crisis de conciencia (desmoralización tras la euforia popular) y evidenció la debilidad militar y política del sistema de la Restauración.

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