La Dictadura de Primo de Rivera
Las Causas del Golpe de Estado
El golpe de Estado que en septiembre de 1923 acabó con el régimen constitucional tuvo diversas causas:
- Consecuencias del Desastre de Annual: El ejército pedía más medios para vengar la situación, pero el gobierno se negó a aumentar los presupuestos de guerra.
- La Disolución de las Juntas y el Expediente Picasso: Provocó el rechazo de militares y grupos derechistas de las Cortes. Buena parte de la opinión pública pedía el fin de la guerra.
- El Auge del Nacionalismo en Cataluña y País Vasco: No era bien visto por la derecha conservadora.
- La División de los Partidos Conservador y Liberal: Y el ascenso de socialistas y republicanos. Esto alarmó a la oligarquía y a los militares.
- Fundación del Partido Comunista de España.
- Presión de las Clases Medias: Debido a la situación.
- Crítica Permanente al Gobierno y a los Partidos del Turno: Una dictadura militar era, para la derecha, una solución a la inestabilidad política.
El Golpe de Estado de 1923
El 12 de septiembre de 1923, Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, se sublevó contra el gobierno. El golpe triunfó por el silencio y más tarde por el apoyo de Alfonso XIII. Se instauró una férrea dictadura militar con Primo de Rivera como ministro único. Se declaró el estado de guerra en todo el país, los mandos militares se hicieron cargo de los gobiernos civiles, se suspendieron las garantías constitucionales, se disolvieron las Cortes y se impuso la censura de prensa. El régimen constitucional fue eliminado.
El Directorio Militar (1923-1925)
Primo de Rivera acabó con los viejos partidos del parlamento, pero la dictadura no tocó la base real del sistema: la oligarquía de terratenientes e industriales, que siguió dominando la vida económica y social, aunque intentó algunos cambios. Respecto a Cataluña, prohibió el uso del himno y la bandera catalanas. Decidió unificar los grupos de apoyo, surgiendo así la Unión Patriótica. En cuanto al orden público, reprimió manifestaciones y protestas. El gran éxito del Directorio Militar fue poner fin a la Guerra de Marruecos. Tras el desembarco de Alhucemas, que desmoronó la resistencia de las cabilas, la guerra terminó a mediados de 1926.
El Directorio Civil (1925-1930)
A finales de 1925, Primo de Rivera decidió sustituir el Directorio Militar por un gobierno civil. En 1927 se convocó la Asamblea Nacional Consultiva, a la que se le encargó la elaboración de una especie de constitución, pero no entró en vigor. En cuanto a la política social, se creó un Consejo Nacional del Trabajo y se aprobaron leyes sobre contratos de trabajo, accidentes, seguros, etc. Se permitió la organización corporativa del trabajo, una especie de sindicato oficial que pretendía regular la negociación de los convenios.
La Oposición a la Dictadura y Caída
La oposición al régimen fue de amplio espectro político: muchos dirigentes liberales y conservadores no quisieron colaborar con el dictador y exigieron a Alfonso XIII restablecer la constitución y convocar elecciones. La negativa del rey llevó a la organización de los republicanos y de la izquierda obrera. La mayoría de los intelectuales se sumaron a las críticas. Dentro del ejército fue creciendo el descontento. En 1929, el descontento comenzó a manifestarse de forma masiva en las manifestaciones estudiantiles. Más tarde se intentó una sublevación militar, y con el régimen prácticamente derrotado, en octubre se produjo el crack de la bolsa de Wall Street. A finales de año, hubo huelgas y la peseta se derrumbó. El 27 de enero de 1930, Alfonso XIII, consciente del rechazo a Primo de Rivera, aceptó su dimisión.
De la Monarquía a la República
El Gobierno de Berenguer y el Pacto de San Sebastián
Alfonso XIII nombró jefe de gobierno al general Berenguer. Su objetivo era la vuelta al régimen constitucional, pero muchos se negaron a participar en el gobierno. Se restablecieron libertades constitucionales, pero la falta de plazos concretos para la vuelta al régimen provocó el desprestigio del nuevo gobierno, al que la prensa calificó de «dictablanda». El gobierno no supo afrontar la situación económica: la producción cayó aún más, aumentó el paro y creció el descontento. A lo largo de 1930, la oposición al rey fue creciendo y los republicanos tuvieron un impulso espectacular, cuajando en todos los grupos sociales. En 1930, los representantes de los principales partidos de la oposición llegaron al Pacto de San Sebastián. Se decidió organizar un Comité Revolucionario encabezado por Alcalá Zamora, encargado de contactar con los militares republicanos para un levantamiento y con los líderes obreros. El PSOE se unió al Pacto, y poco después también la CNT lo apoyó.
De la Sublevación de Jaca a las Elecciones del 12 de Abril de 1931
Desde entonces, los acontecimientos se precipitaron. Se preparó un golpe militar para el 15 de diciembre, pero días antes Fermín Galán y García Hernández (dos capitanes) se pronunciaron en Jaca por la república. Fueron detenidos y ejecutados. Mientras se instruían los procesos de la sublevación, los sindicatos y la FUE desataron una oleada de movilizaciones. La opinión pública se fue claramente a favor de la oposición, y Berenguer, consciente de que no tenía mucho apoyo ni podía hacer nada, dimitió el 14 de febrero. El nuevo jefe de gobierno, el almirante Aznar, convocó elecciones municipales para el 12 de abril. El resultado fue favorable a la opción republicana, por lo que el rey abdicó y se proclamó la Segunda República.