El Régimen de la Restauración. Antecedentes
En 1868 comienza la Gloriosa, Isabel II es expulsada del trono. En la Constitución de 1869 se establecía que España era una monarquía, por tanto, la primera tarea fue buscar un rey. El elegido fue Amadeo de Saboya, pero su reinado fue muy inestable desde el principio, ya que contaba con la oposición de numerosos sectores políticos: republicanos, carlistas y alfonsinos. En febrero de 1873 presentó su renuncia al trono.
De esta manera llegó la I República Española. El Parlamento era monárquico y sus únicos partidarios, el Partido Republicano Federal. Estuvo marcada por la inestabilidad, con cuatro gobiernos sin estabilidad: al gobierno de Figueras le sigue el de Pi i Margall, quien dimite al no querer sofocar la cuestión cantonalista por las armas; le sucede Salmerón, quien reprime la situación, pero dimite al no querer firmar las penas de muerte contra los sublevados. Para reemplazarlo fue nombrado jefe de gobierno Castelar, dándose un giro brusco a la derecha, ya que, temiendo ser destituido, suspendió las sesiones parlamentarias y gobernó de manera autoritaria. Ante esto, se preparó una coalición de los tres anteriores presidentes de la República con la intención de derrotar a Castelar. Pavía invadió el hemiciclo disolviendo por la fuerza el parlamento para impedirlo. De esta manera, el poder pasó a manos del general Serrano. El final de la I República llegó en 1874 con el pronunciamiento militar de Martínez Campos. Esto no gustó a Cánovas, que planeaba la subida al trono del príncipe sin pronunciamientos.
La Restauración: Un Nuevo Sistema Político
La Restauración fue un sistema político ideado por Antonio Cánovas, caracterizado por su conservadurismo y un parlamentarismo liberal. Fue bien recibido por los conservadores, que pensaban que la monarquía devolvería la estabilidad política, económica y social al país. Se elaboró la Constitución de 1876, de carácter conservador. Cánovas dio a la corona importantes poderes:
- Nombraba al presidente y a los ministros, pero con el respaldo de las Cortes.
- Tenía iniciativa legislativa y derecho de veto.
- Podía disolver el Parlamento.
Las Cortes estaban compuestas por dos cámaras: el Congreso de los Diputados, en principio elegido por sufragio censitario y después universal, y el Senado. En cuanto a la religión, se otorgó exclusividad a la católica. Por último, la declaración de derechos era similar a la de 1869.
Los Pilares del Sistema Canovista
El sistema canovista se basaba en tres pilares:
- La corona: Una institución incuestionable, debiendo garantizar el entendimiento y la alternancia en el poder de los partidos políticos.
- El ejército: Se establece la supremacía del poder civil sobre el militar. Además, la Restauración traería el fin de los conflictos bélicos. Se abolió definitivamente el régimen foral. Para solucionar el conflicto cubano se enviaron más tropas.
- Los partidos dinásticos: Se alternaban en el poder en un «turno pacífico» y renunciaban a los pronunciamientos para acceder al gobierno. La alternancia en el poder se daba solo entre los dos partidos dinásticos, el Partido Conservador de Cánovas y el Partido Liberal Fusionista.
Ambos defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y el Estado unitario y centralista. Su base social eran las élites económicas y clases acomodadas. En su actuación política, los conservadores eran más inmovilistas y hacían una mayor defensa de la Iglesia y del orden social, mientras los liberales eran partidarios de un reformismo progresista y laico.
El Turnismo y la Manipulación Electoral
Para asegurar la estabilidad, decidieron hacer un «turno pacífico» para acceder al poder, así no dudaron en manipular las elecciones. El funcionamiento era el siguiente: el partido que ganaba las elecciones recibía del rey el encargo de gobernar, pero si perdía credibilidad, para que las críticas no afectaran a todo el sistema, el rey llamaba al partido de la oposición a formar gobierno, este convocaba las elecciones y las ganaba por medio del fraude electoral.
La trampa electoral más común era el llamado «pucherazo», por el que se cambiaban los resultados electorales manipulando las actas electorales, se falsificaban censos introduciendo como votantes incluso a personas fallecidas o se compraban votos. Por otro lado, estaban los caciques, personas que por su poder controlaban una zona electoral, estos actuaban ofreciendo favores a cambio de votos.
Oposición al Régimen de la Restauración
Este bipartidismo pactado y corrupto marginó a amplios sectores del mundo político y social. Por este motivo, el régimen de la Restauración tuvo una fuerte oposición, en principio por las fuerzas políticas ya existentes, como el carlismo y los distintos grupos republicanos, pero también surgieron nuevos opositores, como el movimiento obrero con el Partido Socialista y los nacionalistas. En Andalucía, la oposición fue más fuerte y duradera, por la importancia del mundo agrario, donde un reducido grupo de oligarcas tenía la preeminencia económica y el protagonismo político.
Conclusión
En conclusión, podemos decir que la Restauración constituye un largo período de la España contemporánea que se extiende de 1874 al golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, con una importante inflexión en 1898. Fue un régimen que buscaba ante todo la estabilidad, para lo cual no se dudó en utilizar el falseamiento electoral o el caciquismo, excluyendo de la vida política a amplísimos sectores sociales representados por los partidos republicanos, nacionalistas o socialistas. El sistema perduró a pesar de la muerte del rey Alfonso XII en 1885.