El sistema político de la Restauración borbónica en España (1875-1902)

Se denomina Restauración a este periodo histórico (1875-1902) porque arranca con el retorno de la dinastía de los Borbones en la persona del joven monarca Alfonso XII, hijo de Isabel II. El régimen de la Restauración, basado en el “turno de partidos”, proporcionó estabilidad política y económica a España, pero a costa del fraude electoral generalizado y de la marginación de amplios sectores de la sociedad (republicanos, nacionalistas, movimiento obrero…). Tras la crisis de 1898, el régimen entró en una profunda crisis como consecuencia de sus propias contradicciones e insuficiencias.

El reinado de Alfonso XII (1875-1885)

Alfonso XII llega a España tras el pronunciamiento de Martínez Campos (29 de diciembre de 1874) en Sagunto. A principios de ese mismo mes, el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas del Castillo, ya había planteado a Alfonso XII como “buen católico, buen español y buen liberal”, es decir, como un monarca dispuesto a integrar en su persona tanto la tradición (guiño a la derecha) como la modernidad (guiño a la izquierda). La vocación integradora del régimen quedaba clara desde el principio.

Tras la proclamación de Alfonso XII, dos grandes partidos, el Partido Conservador de Cánovas del Castillo y el Partido Liberal de Sagasta, se alternan en el poder. Enunciamos a continuación lo más notable de su obra de gobierno:

  • El Partido Conservador (1875-1881/1883-1885), por lo general, suele limitar mediante leyes los derechos contemplados en la Constitución de 1876. Así, por ejemplo:
    • El ministro Orovio restringe la libertad de cátedra mediante una circular en la que prohibía a los profesores universitarios criticar los principios fundamentales del régimen y de la religión católica. En respuesta a dicha medida, varios catedráticos separados de la universidad, como Giner de los Ríos, fundan la Institución Libre de Enseñanza (ILE), desde cuyas aulas se difundió un modelo educativo basado en la razón, la experimentación, el aprendizaje activo, la coeducación… La ILE sentó las bases de una profunda renovación pedagógica y estableció los principios educativos en los que posteriormente se inspiró la II República.
    • Por la Ley de Ayuntamientos (1876), éstos pierden autonomía. Ya antes los responsables de Ayuntamientos y Diputaciones habían sido cesados y sustituidos por políticos adictos al nuevo régimen.
    • Los Fueros de las Provincias Vascas fueron abolidos en 1876, coincidiendo con el final de la tercera guerra carlista.
    • La Ley Electoral (1878) elimina el sufragio universal masculino, introducido durante el Sexenio Democrático, y restablece el sufragio censitario.
    • La Ley de Imprenta (1879) limita la libertad de expresión y consuma el control de la prensa que había comenzado, nada más llegar Alfonso XII a España, con el cierre de los periódicos de corte democrático, republicano, etc., que habían florecido en la etapa anterior.
  • El Partido Liberal (1881-1883), sin embargo, apuesta por:
    • El aumento de las libertades, como la de expresión (Ley de Imprenta de 1883) y reunión, gracias a lo cual retornan los profesores de la ILE a sus cátedras.
    • La creación de la Comisión de Reformas Sociales (1883) para estudiar el estado de la clase obrera. Sus informes sirvieron para orientar la legislación laboral de los gobiernos posteriores.

    Por el contrario, pese a que en general los liberales tienden a ampliar el marco de libertades, en este periodo se lleva a cabo una durísima represión antianarquista contra la supuesta organización Mano Negra, a la que se achacan (sin muchas pruebas) diversos asesinatos cometidos en Andalucía.

La Regencia de María Cristina (1885-1902)

En 1885, Alfonso XII murió de tuberculosis. En ese momento parece que se “firma” el denominado Pacto del Pardo, por el que los líderes de los dos grandes partidos formalizan el “turno de partidos”.

Desde entonces se suceden los siguientes gobiernos:

  • El Partido Liberal (1885-1890/1892-1895/1897-1899) mantiene su papel de izquierda del régimen ampliando el marco de derechos y libertades mediante:
    • La Ley de Asociaciones (1887), que permite la fundación de, por ejemplo, la UGT (1888, Pablo Iglesias).
    • La Ley de Sufragio Universal (1890), que el Partido Conservador termina por aceptar porque el turno de partidos, mediante los mecanismos fraudulentos que trataremos a continuación, garantiza el resultado acordado previamente por los líderes de ambas formaciones.
  • El Partido Conservador se enfrenta en esta época a una doble crisis:
    • Externa: debida a la insurrección cubana (1895), que da lugar a la Guerra de Liberación que acabaría con las últimas colonias españolas en 1898 y provocaría una de las mayores crisis de identidad nacional vividas en la historia de nuestro país.
    • Interna: con el asesinato, en 1897, de Cánovas del Castillo a manos del anarquista Angiolillo. En adelante, el Partido Conservador sufrirá una grave crisis de liderazgo y duros enfrentamientos internos.

Funcionamiento del sistema canovista

Se conoce como sistema canovista al sistema político ideado por Cánovas del Castillo, admirador del modelo inglés, basado en el “turno pacífico” de dos partidos, Liberal y Conservador, que se alternan en el poder mediante la corrupción del sistema electoral. Se institucionaliza en 1885, tras la muerte de Alfonso XII, con el denominado Pacto del Pardo. Los objetivos fundamentales eran evitar pronunciamientos, una de las lacras de los periodos anteriores, y alcanzar la estabilidad política necesaria para el progreso económico y social de la nación.

Las bases sociales del nuevo sistema estaban constituidas por los sectores más conservadores de la sociedad: la iglesia, el ejército, los grandes propietarios, el lobby esclavista… que buscaron por todos los medios consolidar o ampliar sus privilegios.

El sistema canovista funcionaba como una compleja maquinaria cuyos componentes y mecanismos son los siguientes:

  • Partido Conservador: liderado por Cánovas, heredero del Partido Moderado, defiende el sufragio censitario, la restricción de las libertades, el proteccionismo. Representa los intereses de la oligarquía terrateniente. Su lema era “Paz y orden”. En 1884 se le une la Unión Católica, de Pidal y Mon.
  • Partido Liberal: llamado Partido Liberal-Fusionista hasta 1880, estuvo liderado por Sagasta. Añade al programa progresista, del que es heredero, la reclamación del sufragio universal. Representa los intereses de la alta burguesía. Simboliza el sector reformista del régimen. En cualquier caso, ambos partidos se componían de minorías y élites económicas que intervenían en política como una forma de defender sus privilegios económicos y sociales y vivían al margen de los intereses reales de la población.
  • Oligarcas: grandes líderes políticos de ambos partidos que deciden qué partido formará el próximo gobierno. La decisión depende de la lógica del turno (después de un tiempo gobernando un partido, lo normal era que le sustituyese el otro) o de las circunstancias del momento: por ejemplo, a la muerte de Alfonso XII en 1885, y para controlar mejor los posibles disturbios sociales, se considera que es mejor que gobierne el Partido Liberal por su mejor relación con los sectores populares.
  • Rey: de acuerdo con los oligarcas, disuelve las Cortes y nombra un nuevo jefe de gobierno del partido que “ganará” las elecciones. A partir de ese momento, el Ministro de Gobernación es el máximo responsable de “fabricar” las elecciones procediendo al denominado “encasillado” o adjudicación de escaños por circunscripciones electorales según los acuerdos adoptados por los oligarcas de los partidos. La imagen proviene de que se escribían los nombres de los futuros diputados en la “casilla” correspondiente.
  • Caciques: terratenientes que dirigen el voto campesino mediante el premio (unas monedas, comida, trabajo…) o la coacción.
  • Gobernadores: son los responsables últimos del proceso, dado que ellos, al igual que en la actualidad, centralizan los datos de los distritos electorales, pudiendo en última instancia manipular los datos para que se cumpliese el “encasillado”. Los gobernadores tienen, por lo tanto, un papel fundamental en el denominado “pucherazo”, fraude electoral que se consuma mediante la manipulación de los censos electorales (en los que frecuentemente se incluye a personas muertas), las actas, etc. El término procede de la imagen del “puchero” del que, en caso necesario, se extraían votos para depositarlos en las urnas.
  • Constitución de 1876: aprobada en Cortes creadas mediante sufragio universal, resultaba muy similar a la de 1845 (establecía la soberanía compartida entre las Cortes y el Rey, en virtud de una supuesta “constitución histórica” que determinaba la existencia de estas dos instituciones; el poder ejecutivo recaía en el rey; reconocía dos cámaras, un Senado básicamente compuesto por miembros por designación o vitalicios y un Congreso elegido por sufragio; imponía el estado confesional…), si bien incorporaba algunos derechos de la de 1869 y reconocía la libertad religiosa en privado para no católicos. La Constitución ofrece un marco legal al sistema.

Desde un principio, la naturaleza esencialmente corrupta del sistema canovista fue objeto de todo tipo de críticas. Pero quizá quien lo hizo de manera más brillante y certera fue el pensador regeneracionista Joaquín Costa, en ensayos como Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España (1901).

Por otro lado, el sistema integra a dos partidos, pero excluye al resto de fuerzas políticas (socialistas, nacionalistas, republicanos, carlistas…), que cada vez se oponen más enérgicamente al “turno”.

La Restauración en Castilla-La Mancha

Castilla-La Mancha siempre ha sido tierra de latifundios y, por lo tanto, tierra de caciquismo. El cacique más famoso fue el Conde de Romanones, que controlaba la provincia de Guadalajara y era uno de los grandes oligarcas del Partido Liberal.

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