Primera Junta de Gobierno
La Primera Junta de Gobierno, constituida por criollos, marcó el inicio del autogobierno. Su objetivo principal era convocar representantes de cada provincia para definir la respuesta a la nueva situación política regional, desencadenando la Revolución de Mayo. La Junta buscaba la alianza de las provincias en la rebelión contra la metrópoli española.
En su seno, se desarrollaron conflictos internos, principalmente entre Mariano Moreno (secretario) y Cornelio Saavedra (presidente). Moreno abogaba por la independencia inmediata y una república centralizada en Buenos Aires. Saavedra, en cambio, defendía un autogobierno bajo la apariencia de lealtad a Fernando VII y un gobierno compartido con las provincias. Saavedra prevaleció, implementando una política moderada que llevó a la creación de la Junta Grande, incorporando representantes del interior (dos diputados). Moreno renunció y emprendió una misión diplomática a Europa, falleciendo en alta mar el 4 de marzo de 1811.
La Junta Grande
El reglamento del 25 de mayo de 1810 establecía que las ciudades del interior enviarían diputados a Buenos Aires para formar un Congreso. Dos días después, una circular los invitaba a unirse a la Junta, pero Moreno retrasó el proceso hasta su renuncia en diciembre. La victoria de Saavedra fue efímera: la oposición, agrupada en la Sociedad Patriótica y apoyada por el Cabildo, seguía activa y ganó terreno. Las campañas militares fallidas llevaron a la pérdida del dominio sobre el Alto Perú, Paraguay y Montevideo.
El Primer Triunvirato
Los fracasos militares de Saavedra y la ineficacia de la Junta Grande, incapaz de alcanzar acuerdos con tantos miembros, llevaron a su reemplazo por un triunvirato: el Primer Triunvirato, compuesto por tres personas (Pasos, Chiclana y Sarratea), junto a una Junta Conservadora (con los restantes miembros de la Junta Grande). Este gobierno se opuso a José Gervasio Artigas, quien disolvió la Junta Grande y las juntas provinciales. El Triunvirato, con un estatuto provisional que creaba una asamblea general con poderes ilimitados, intentó, impulsado por Bernardino Rivadavia, obtener el apoyo de Gran Bretaña para instaurar una monarquía constitucional (idea previamente sostenida por Manuel Belgrano). El rechazo al Triunvirato creció en el interior, fortaleciendo el acercamiento a Artigas.
En 1812, surgió un movimiento político bajo el lema «Independencia, Constitución y Democracia», la Sociedad Patriótica, liderada por José de San Martín. Este movimiento provocó la caída del Triunvirato, exigiendo una lucha más enérgica por la emancipación y la convocatoria del congreso para atraer a Artigas y al interior.
La Asamblea del Año XIII
La influencia de la Logia
Tras la Revolución del 8 de octubre de 1812, el segundo Triunvirato fue una fachada del verdadero poder: la Logia Lautaro, que buscaba radicalizar la política moderada de los gobiernos revolucionarios desde 1810. La convocatoria a una Asamblea Constituyente, el 24 de octubre, establecía que los «vecinos libres y patriotas» elegirían diputados: cuatro por Buenos Aires, dos por cada capital de intendencia y Tucumán, y uno por el resto de las ciudades. La Logia manipuló el proceso para asegurar la elección de diputados afines a su política. A principios de 1813, se vislumbraba la organización de un nuevo Estado independiente.
El 31 de enero de 1813, se reunió el congreso, buscando una representación equitativa del interior y la igualdad social, inspirado en la Asamblea Constituyente Francesa de 1789 (libertad, igualdad, fraternidad). Además de redactar una constitución, se lograron importantes resoluciones:
- Abolición de los servicios personales de los indígenas (mita, encomienda y yanaconazgo).
- Supresión del mayorazgo.
- Anulación de títulos de nobleza y patrimonios terratenientes.
- Fin de la trata de esclavos y liberación de los hijos de esclavos nacidos después de su instalación (libertad de vientres) y de todos los esclavos que ingresaran al territorio (con posterior exclusión de los fugitivos de Brasil).
- Supresión de la Inquisición y la tortura judicial.
- Declaración de soberanía e imposición del nombre «Provincias Unidas del Río de la Plata».
Directorio de Pueyrredón
Juan Martín de Pueyrredón tuvo una gestión fructífera, a pesar de los graves problemas en la Banda Oriental y el Norte. En el plano económico, fundó la Caja Nacional de Fondos del Sud, base del sistema bancario argentino; adjudicó tierras a los pobladores para expandir las fronteras; fomentó la producción agrícola y ganadera, la exportación de granos y las industrias, racionalizando la explotación de los saladeros.
Pueyrredón enfrentó el alto costo económico de la guerra revolucionaria. La prolongada contienda afectaba o destruía los circuitos comerciales y productivos. La guerra civil fomentaba el saqueo de la producción ganadera del Litoral. La campaña de San Martín a Chile impuso un costo inusitado. En 1817, Pueyrredón intentó obtener ingresos regulares mediante tasas aduaneras, pero en 1819 el gobierno seguía recurriendo a gravámenes extraordinarios.
Los principales ingresos públicos provenían de los impuestos a la importación, afectando indirectamente a los consumidores. A cambio de empréstitos a comerciantes, el gobierno emitía órdenes de pago a largo plazo, descontadas solo por grandes comerciantes, mayoritariamente ingleses, quienes se convirtieron en grandes acreedores del Estado. En 1819, el aumento de la deuda pública llevó a incrementar las contribuciones forzosas en un 11%.
La Caída de Pueyrredón
A principios de 1819, Carlos de Alvear, junto con José Miguel Carrera y Manuel de Sarratea, planearon en Río de Janeiro la destitución de Pueyrredón. Los caudillos José Francisco de San Martín y Estanislao López, disconformes con la Constitución de 1819, se unieron a la conspiración. San Martín intentó apoyar a Pueyrredón, pero su enviado, Mariano Mendizábal, se unió a la revuelta. El 9 de junio de 1819, Pueyrredón renunció, dejando el cargo a José Rondeau.
La Constitución de 1819
El Congreso aprobó la Constitución del nuevo Estado, jurada el 25 de mayo de 1819. La carta magna establecía un Ejecutivo unipersonal, fácilmente transformable en una monarquía constitucional si las misiones diplomáticas en Europa tenían éxito. El Legislativo constaba de dos cámaras: Representantes (elegidos proporcionalmente a la población) y un Senado con representantes de las corporaciones (cabildos, iglesia, ejército y universidades). El centralismo de la Constitución provocó rechazo en el Litoral, coincidiendo con la renuncia de Pueyrredón.
La Constitución de 1819 seguía el esquema de Montesquieu: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Había un diputado por cada 25.000 habitantes o fracción mayor a 17.000. Los diputados representaban a la nación, no a las provincias. El Poder Ejecutivo recaía en el Director Supremo, reelegible una sola vez con el voto de dos tercios de las Cámaras. El Directorio Supremo, gobierno unipersonal, se mantuvo hasta 1820, cuando la Batalla de Cepeda inició un período de autonomías provinciales y la disolución del gobierno centralizado.
Entre los logros del período se destacan:
- Creación del Directorio Supremo (gobierno unipersonal).
- Creación de la primera moneda patria.
- Creación del escudo nacional.
- Declaración del Himno Nacional Argentino como canción nacional.
- Intento fallido de dictar una constitución, debido al rechazo de los requerimientos de los diputados de Artigas; sin embargo, se sentaron las bases para una futura constitución.
- No se declaró la independencia, pero se avanzó en la construcción de la identidad nacional.
La Asamblea designó un nuevo gobierno, el Directorio, asesorado por un Consejo de Estado de nueve miembros. Antonio Gervasio de Posadas asumió como Director el 31 de enero de 1814, enfrentando numerosos problemas, incluyendo la decisión de Artigas de levantar el sitio de Montevideo y la sublevación de tropas al designar a Rondeau para el Ejército del Norte. Posadas renunció, y la Asamblea nombró a Alvear. Debido a problemas con Artigas, el Cabildo pidió su renuncia y la disolución de la Asamblea. El Cabildo designó a Rondeau, quien creó una Junta de Observación para convocar a las provincias a un Congreso General. Esta Junta redactó un Estatuto Provisional que autorizaba al Director a convocar a las ciudades para elegir diputados a un Congreso Constituyente en Tucumán, lo que posibilitó la declaración de independencia.
Mientras Rondeau estaba ausente, Ignacio Álvarez Thomas asumió interinamente el 21 de abril, buscando mejorar las relaciones con Artigas, pero sin éxito. Tras otro fracaso con Belgrano, el Cabildo y la Junta de Observación aceptaron la renuncia de Álvarez Thomas, designando a Antonio González Balcarce, quien gobernó hasta la llegada de Juan Martín de Pueyrredón, elegido por el Congreso de Tucumán para asumir el Poder Ejecutivo.