Ascenso y Caída: La Economía de EE.UU. en los Años 20 y la Gran Depresión

La Hegemonía de Estados Unidos en los Años 20

EE.UU., durante la década de 1920, se convirtió en la primera potencia económica mundial. La mayor competitividad de su economía lo transformó en el primer productor y exportador mundial, mientras que su disponibilidad de capital le permitió ser el principal inversor extranjero. Además, exportaba a Europa mucho más de lo que importaba, creando un creciente superávit en su balanza comercial. De este modo, reemplazó a Gran Bretaña como el mayor inversor global.

Los Felices Años 20: La Prosperidad Estadounidense

Esta etapa de prosperidad, conocida como los felices años veinte, se basó en la mejora de la productividad, la disminución de los costes de producción y la introducción de nuevos productos. En la década de 1920, se popularizó el uso de bienes como el automóvil, accesible gracias al crédito y la venta a plazos, impulsando la llamada «revolución de los consumidores». La industria automotriz estimuló el desarrollo de otros sectores industriales, tanto existentes como nuevos. Otro motor de expansión fue la construcción, un sector intensivo en mano de obra que generó un significativo aumento del empleo. Muchos creían que se había entrado en una era de prosperidad permanente.

La Fiebre Bursátil y el Crac de 1929

En pocos años, la sobreproducción se convirtió en un problema para la economía estadounidense. A partir de 1926, una parte creciente de las ganancias se destinó a la compra de acciones en la Bolsa. La buena situación de las empresas y la continua demanda de acciones provocaron un aumento de su precio, generando una burbuja especulativa donde el precio de las acciones no reflejaba el valor real de las empresas.

El Crac Bursátil de 1929

Algunos inversores comenzaron a vender sus acciones esperando obtener beneficios. Ante la masiva oferta de títulos, las cotizaciones comenzaron a bajar. En el «jueves negro» (24 de octubre de 1929), el pánico se apoderó de los inversores, y el mercado perdió 10 mil millones de dólares. Este fue el crac de la Bolsa de Nueva York, impulsado por la necesidad de vender rápidamente para minimizar pérdidas. La mayor oleada de ventas ocurrió el 29 de octubre, el «martes negro», cuando los bancos exigieron el pago de los préstamos, forzando ventas a cualquier precio. El mercado de valores se desplomó y las cotizaciones continuaron bajando hasta mediados de 1932.

Burbuja Especulativa y la Gran Depresión

Una burbuja especulativa, también llamada económica o financiera, ocurre cuando el valor de las acciones en la Bolsa deja de guardar relación con la situación de las empresas y las expectativas de ganancias. Los precios al alza dan paso a un hundimiento del valor activo, resultando en la pérdida de gran parte o toda la inversión del especulador. Esto repercute en toda la economía, creando o agravando una recesión económica.

De la Crisis Bursátil a la Crisis Generalizada

Varios factores contribuyeron a la crisis económica generalizada. Primero, la sobreproducción industrial. Segundo, la crisis de liquidez (falta de recursos monetarios), que llevó a que muchas empresas e individuos no pudieran pagar a sus acreedores, creando una espiral de endeudamiento. La necesidad de liquidez forzó la retirada de inversores en Europa y la cancelación de créditos a otros países. Además, la urgencia de vender a cualquier precio aceleró la deflación. Tercero, la caída del consumo provocada por la reducción de la riqueza de los inversores. Finalmente, la crisis de la agricultura, agravada por las tormentas de polvo (Dust Bowl).

Las Quiebras Bancarias y la Recesión Industrial

La sobreproducción, la falta de dinero y el hundimiento del consumo hicieron que la crisis de la Bolsa se extendiera a todos los sectores de la economía. El crac bursátil impidió a los deudores devolver sus préstamos, y muchos bancos habían aceptado acciones como garantía. La crisis bancaria llevó a una drástica reducción de los créditos para la industria y el consumo, agravando la situación. El subconsumo, la caída de las inversiones y la falta de crédito bancario indujeron la crisis industrial, aumentando el desempleo. La disminución de la demanda hizo descender aún más la producción industrial y agraria.

Expansión de la Crisis al Resto del Mundo

La imposición de aranceles por parte de EE.UU. a las importaciones (proteccionismo) para estimular la producción nacional fue seguida por otros países, expandiendo la crisis globalmente.

Las Propuestas de Recuperación: El New Deal

Los resultados del New Deal aún se debaten. Si bien contribuyó a la estabilización de la economía, no logró producir una nueva etapa de crecimiento. En 1939, la renta nacional no había recuperado los niveles de 1929 y había 9.5 millones de parados. La recuperación llegaría con el estallido de una nueva guerra en Europa.

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