La Restauración en España: El Sistema Canovista y la Alternancia Política (1875-1931)

La Restauración en España (1875-1931)

Tras el fallido intento democratizador del Sexenio Democrático (1868-1874), comienza un largo periodo de la Historia de España: la Restauración. Con el regreso de la monarquía borbónica y el liberalismo censitario, esta etapa duró más de 50 años, desde la Primera a la Segunda República. Abarca los reinados de Alfonso XII (1875-1886) y de Alfonso XIII (1886-1931), con la regencia de María Cristina de Habsburgo (1886-1902). Se caracterizó por la consolidación del régimen constitucional parlamentario, dominado por una burguesía oligárquica que se sustentaba en un capitalismo de base agraria. Nunca fue democrático, pese a que en 1890 se proclamó el sufragio universal.

El Reinado de Alfonso XII (1875-1886)

El reinado de Alfonso XII fue breve y comenzó tras el golpe de estado del capitán general Pavía contra la Primera República. El nuevo régimen con Serrano no se consolidó, y Cánovas consiguió la adhesión de las élites, las clases medias y el ejército para la Restauración. Redactó el Manifiesto de Sandhurst, que firmaba Alfonso XII desde el exilio, en el que defendía una monarquía liberal parlamentaria en una España centralizada y católica.

Objetivos de Cánovas y el Turno de Partidos

Los objetivos de Cánovas eran la pacificación del país con el alejamiento del ejército de la vida pública y el fin de las guerras (carlista y cubana). También buscaba crear una nueva Constitución que vertebrase un bipartidismo pacífico. Comienza así el sistema canovista, inspirado en el modelo británico, un sistema liberal autoritario de alternancia pacífica en el gobierno de dos fuerzas políticas:

  • Partido Conservador: La derecha moderada, dirigida por Cánovas con el apoyo de unionistas, progresistas y católicos tradicionalistas.
  • Partido Liberal: La izquierda liberal, dirigida por Sagasta y apoyado por las clases medias.

Ideológicamente, ambos partidos eran conservadores, centralistas, liberales constitucionalistas y defensores de la propiedad privada. La alternancia comienza en 1881 cuando el rey llama a gobernar a Sagasta. Más tarde, cuando en 1885 muere Alfonso XII, María Cristina de Habsburgo acude a Cánovas y firma con Sagasta el Pacto del Pardo para asegurar el turnismo. Durante el reinado de Alfonso XII gobernaron:

  • Partido Conservador con Cánovas (1875-1881).
  • Partido Liberal con Sagasta (1881-1884).
  • Partido Conservador con Cánovas (1884-1886).

El Falseamiento del Proceso Electoral

El sistema continúa tras la muerte de Cánovas en 1897 y la de Sagasta en 1903. Su éxito se debió al falseamiento del proceso electoral, corrupto y manipulador, que utilizando el caciquismo, pucherazo y encasillamiento aseguraba a los dinásticos y excluía a los demás.

  • Caciquismo: Consistía en la utilización de la influencia de los caciques, personas poderosas a nivel local, para que una comunidad votara al candidato que éste designara.
  • Pucherazo: Era una manera de manipular los resultados de las elecciones, muchas veces introduciendo falsos votos de personas fallecidas.
  • Encasillamiento: Se empleaba cuando el caciquismo y el pucherazo no conseguían otorgar la mayoría al candidato designado, y consistía en la cesión de unos pocos ministerios de poca importancia al partido contrario.

La Corona y el Ejército

En el sistema canovista, la Corona era el árbitro de la vida política y jefe del ejército. Actuaba en sentido inverso a la auténtica democracia, pues designaba un jefe de Gobierno que debía obtener la mayoría en las Cortes; si no, se designaba a otro. El ejército se subordina al poder civil para evitar los pronunciamientos. La estabilidad se consiguió al pacificar el país tras finalizar la tercera guerra carlista y la guerra cubana. En 1876 Carlos VII se exilió, con lo que se dio por finalizada la guerra y abolido el régimen foral. Entonces resultó más fácil terminar la guerra cubana (la Guerra de los Diez Años) con la Paz de Zanjón, con una amplia amnistía, la abolición de la esclavitud y la promesa de representación en las Cortes, promesa que se incumplió y provocó los levantamientos de 1879 y 1895.

La Constitución de 1876

La Constitución de 1876, inspirada en la de 1845 y la de 1869, duró hasta 1923, y tiene un carácter integrador de los valores tradicionales (religión, familia, propiedad) de la de 1845 y democráticos de la de 1869.

  • Soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
  • Sistema bicameral (Senado y Congreso).
  • Sin una clara división de poderes.
  • Carácter centralista.
  • Amplia declaración de derechos individuales.
  • Estado confesional, con tolerancia religiosa.
  • Sufragio designado por una Ley Electoral. Primero censitario, y en 1890 Sagasta modifica la ley para que sea universal.

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