La Guerra Civil Española (1936-1939): Historia, causas y consecuencias

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Causas y desarrollo del conflicto

La Guerra Civil Española (1936-1939) surgió a raíz de un pronunciamiento militar contra el gobierno frentepopulista de la II República, llevado a cabo por los generales Mola, Franco y Goded los días 17 y 18 de julio de 1936. La mayoría del Ejército, con el apoyo de grupos conservadores partidarios de una economía capitalista y de ideología nacional-católica (burguesía financiera, terratenientes, propietarios y profesionales liberales), buscaba tomar el poder e instaurar una nueva dictadura militar. 

Por otro lado, la República contaba con el respaldo de los trabajadores (obreros, mineros, jornaleros), la pequeña burguesía progresista, la mayoría de los intelectuales, la burguesía nacionalista y parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. La resistencia republicana transformó el levantamiento en un conflicto bélico, dando inicio a la Guerra Civil Española, que finalizaría el 1 de abril de 1939.

Desarrollo de la Guerra

Al comienzo de la guerra, el bando nacional (los sublevados) controló Galicia, Castilla-León, Navarra, La Rioja, la mayor parte de Aragón, Baleares (excepto Menorca), Canarias, el protectorado español de Marruecos y las ciudades andaluzas de Cádiz, Sevilla y Córdoba. El bando republicano, por su parte, conservó Madrid, Castilla-La Mancha, la mayor parte de Extremadura y Andalucía, Cataluña, Valencia, Murcia y Asturias (excepto Oviedo).

La iniciativa militar la tomó el bando nacional. Desde Navarra, por el norte, y Andalucía, por el sur, las fuerzas de Mola y Franco avanzaron hacia Madrid. Sin embargo, la capital, defendida por las milicias populares, resistió y permaneció en manos republicanas hasta el final de la guerra.

En noviembre de 1937, los nacionales habían ocupado casi toda Andalucía, Asturias, Cantabria y el País Vasco, estableciendo un enlace norte-sur a través de Extremadura. En junio de 1938, lograron dividir la zona republicana penetrando por Castellón, aislando Cataluña del resto del territorio. Tras la decisiva Batalla del Ebro en 1938, Cataluña fue ocupada en febrero de 1939, y en marzo cayó Madrid, proclamándose la victoria nacional el 1 de abril.

Fuerzas contendientes y apoyo internacional

El bando nacional contó con tropas mercenarias de Marruecos (legionarios y marroquíes), fuerzas militares rebeldes de la Península, voluntarios falangistas y carlistas (requetés). El bando republicano estuvo compuesto por las fuerzas de seguridad del Estado, las milicias populares (CNT-FAI y UGT) y militantes republicanos, socialistas y comunistas.

Las potencias fascistas europeas (Italia, Alemania y Portugal) proporcionaron al bando nacional material de guerra, soldados y personal especializado (Legión Cóndor alemana). Aunque se firmó un acuerdo de No Intervención, Alemania e Italia lo incumplieron, mientras que Reino Unido y Francia no intervinieron. La URSS, al ver el pacto incumplido, apoyó a la República enviando material de guerra, personal militar y las Brigadas Internacionales.

Causas de la victoria nacional

La victoria del bando nacional se puede atribuir a su claro objetivo de ganar la guerra y a su cohesión militar y política bajo el mando de Franco. En contraste, el bando republicano se dividió entre quienes priorizaban la victoria militar y quienes buscaban simultáneamente la revolución social. Esta división interna debilitó su capacidad de resistencia.

Consecuencias de la guerra

Las consecuencias de la guerra fueron devastadoras. Alrededor de medio millón de personas murieron, miles de republicanos se exiliaron, otros fueron ejecutados o encarcelados. La economía española sufrió un grave retroceso. La victoria nacional significó el fin de la II República y el inicio de la dictadura de Franco, que se prolongaría hasta 1975.

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