Contexto Europeo Previo a la Dictadura de Primo de Rivera
La situación mundial en aquel momento estaba caracterizada por la reconstrucción posbélica, un periodo de crecimiento económico, de aumento de los intercambios, de bienestar y de optimismo. Todas las economías europeas estaban ligadas a las estadounidenses debido a los préstamos. Aun así, encontramos infinidad de problemas en las clases sociales, donde las democracias liberales y el sistema parlamentario occidental se ven incapaces de superar las desigualdades sociales y de luchar contra el movimiento obrero.
Además, encontramos varias situaciones de tensión en toda Europa. En Rusia, los revolucionarios están construyendo el nuevo Estado de los obreros organizados en soviets, donde no hay burguesía ni clases dominantes, pero donde destaca el Partido Comunista y la burocracia estatal. Este sentimiento comunista se está esparciendo por los demás países europeos para imitar a la Unión Soviética.
En Italia hay una situación donde la crisis del sistema de monarquía, los escasos logros territoriales en la Primera Guerra Mundial y el malestar del obrero y campesino explican las violentas agitaciones. Aquí aparece el partido Fascista italiano, que consigue un desarrollo económico, la reducción del paro y la mejora de las condiciones de vida de los obreros a base de paz social, poder ejecutivo fuerte y orgullo patriótico.
En Alemania, el Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores gana las elecciones y los nazis explotan debido al resentimiento de la derrota y las sanciones debido al Tratado de Versalles, por lo que buscan una mayor expansión del territorio que antes tenían.
La Crisis de 1929 era otra situación que afectaba a todo el mundo. Nueva York pone fin a unos años de desarrollo económico rápido, basado en la abundancia de la moneda y del crédito, etc. Esto llevó a que todas las economías se hundieran, que aumentara el paro y que la situación de la clase obrera y campesina empeorara.
El Golpe de Estado de Primo de Rivera (1923)
El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera se pronunció contra la legalidad constitucional, declaró el estado de guerra y exigió que el poder pasase a manos de los militares. Tras unas horas, el rey Alfonso XIII le encomendó la formación de un nuevo gobierno integrado solo por militares. La justificación de este golpe de Estado se debe a que el régimen constitucional estaba bloqueado y desprestigiado. Las demás causas fueron el fracaso del sistema turnista bipartidista, que fue incapaz de solucionar los problemas de España; el problema de Marruecos, donde tras la derrota de Annual se mostró la poca inoperancia del gobierno y tras el Expediente Picasso se incrementó la desconfianza del ejército hacia los políticos; y, por último, la gran cantidad de huelgas y protestas de campesinos que promovían los conflictos sociales, que preocupaban sobre todo a la burguesía.
El dictador justificó su acción como un «remedio indispensable». En su manifiesto anunció su firme voluntad de limpiar el país de caciques y de acabar con el bandidaje político y la indisciplina social. En el mismo anuncia que había que acabar con todo este sistema corrupto, donde la clase política tenía secuestrada la voluntad real y que los militares iban a hacerse con el poder e imponer un orden nuevo. Hay que destacar la rápida aceptación real, debido sobre todo a la búsqueda de culpables por el desastre de Annual, donde se veía imputado incluso al propio monarca.
El Directorio Militar (1923-1925)
La primera etapa de su gobierno estaba caracterizada por un Directorio Militar que estaba integrado por nueve generales y un contralmirante, y lo presidía Primo de Rivera, con poder de emitir decretos con fuerza de ley. Las primeras medidas del Directorio Militar mostraron su carácter dictatorial: suspensión del régimen constitucional, cese de las autoridades civiles, prohibición de los sindicatos, etc.
Objetivos del Directorio Militar
- Regeneración política: Con el objetivo de liquidar el caciquismo, se elaboró un Estatuto Municipal y Provincial para poner fin a los ayuntamientos, que fueron sustituidos por delegados municipales, y diputaciones provinciales por delegados gubernativos militares. Esto quedó en una gran farsa, ya que la renovación política se limitó a sustituir unos caciques por otros.
Primo decidió crear un nuevo partido, la Unión Patriótica, que pretendía ser un conjunto apolítico de ciudadanos españoles que ocuparía el lugar de los partidos políticos corruptos. Las bases del partido eran: Nación, Iglesia y Rey.
- La monarquía era considerada por Primo algo más que una institución necesaria, era un hecho algo dado en el orden político y social.
- La Iglesia: Al ser Primo un ferviente católico, pensaba que los demás españoles también lo eran o debían serlo. La religión era un hecho social y formaba parte de un orden natural.
Durante la primera etapa de la Dictadura, el conflicto de Marruecos centró el interés de Primo de Rivera, quien asumió el mando del ejército en Marruecos. En 1925 se colaboró con Francia, que incluyó una acción militar coordinada. Esta acción fue conocida como el desembarco de Alhucemas, donde consiguieron la paz exterior sin sacrificar el honor del ejército y el fin de una sangría económica y humana. Para lograr la paz social se creó el Somatén, una milicia ciudadana encargada de sofocar cualquier disturbio. Ilegalizó la central sindical cenetista, el partido comunista y la violencia de las huelgas, pero aceptó al UGT como sindicato colaborador con el régimen y al Partido Socialista. Al ponerse fin al conflicto de Marruecos, el dictador decidió volver a un directorio civil.
El Directorio Civil (1925-1930)
Primo quería seguir afianzado en el poder y para ello creó una Asamblea Nacional Consultiva (1927) que tendría como misión encaminar al país hacia la legalidad mediante una Constitución.
En su tercer año de gobierno convocó un plebiscito que sometió a votación su política interior y exterior. La Asamblea estaba compuesta por representantes de las corporaciones elegidos mediante sufragio indirecto, por funcionarios de la Administración y por representantes sociales escogidos desde el poder.
Esta dictadura consideraba que sus peores enemigos eran las fuerzas que amenazaban la unidad de la nación, por lo que se eliminó el catalanismo político y el uso oficial de la lengua catalana. Esto hizo que desapareciese la Mancomunidad de Cataluña.
Las peticiones de autonomía no podían basarse en la existencia de lenguajes distintos, ya que los que trataban de eliminar el castellano eran los catalanes.
Por lo que Primo solo aceptó el regionalismo como folclore, danzas, literatura, etc., cosas que fuesen políticamente seguras y que fuesen atractivas para el turismo. A esto se opusieron los catalanes conservadores, los cuales habían apoyado anteriormente a Primo.
Política Económica y Social durante la Dictadura
Éxitos Económicos
El mayor éxito de la dictadura de Primo fue la coyuntura económica, que permitió el desarrollo de la industria y el crecimiento económico. La dictadura ambicionaba un alto grado de autarquía y defendía la producción nacional frente a la extranjera gracias al proteccionismo. Por lo que el Estado intervino en la economía creando monopolios y actuando directamente en obras públicas. Estas obras se centraron en la infraestructura de las comunicaciones, ferrocarriles y carreteras, y además se inició el tendido eléctrico y el duplicado de las principales líneas. Esto permitió la circulación de automóviles y el transporte de productos por camión a todos los rincones de España.
El Estado concedió monopolios a las Tabacaleras Españolas y el de CAMPSA, dedicado a comerciar e importar petróleo y derivados.
La actuación agraria se centró en una política hidráulica de aprovechamiento de las grandes cuencas para crear regadíos y mejorar las condiciones de los campesinos y obtener electricidad. Se crearon confederaciones sindicales hidrográficas con proyectos grandiosos que solo triunfaron en el río Ebro. Esto provocó que mejorara la productividad en ciertas regiones, pero no en todo el país. Esto hizo que incrementase la extensión cultivada y la productividad agraria.
La industria experimenta una renovación al sustituirse el vapor por la electricidad, lo que permite mayor libertad de localización. Aunque sigue permaneciendo la industria en regiones habituales. Aumenta la producción de carbón, cemento, productos siderometalúrgicos y la química y la eléctrica.
Modelo Económico
El modelo económico es el de la industria nacional autónoma que está muy protegida de la competencia exterior y de la competencia interior. La dictadura favoreció oligopolios y ayudó a los grandes empresarios.
Obra Social
La obra social de la Dictadura fue obra del ministro de trabajo Eduardo Aunós. En 1924 se creó el Consejo Nacional de Trabajo, Comercio e Industria y poco después el Instituto de Reformas Sociales. La dictadura completó la legislación social en otros aspectos como creando escuelas sociales, protegiendo la emigración, la prohibición de trabajo nocturno de la mujer, mejores condiciones laborales, etc. Pero lo más brillante fue la creación de la Organización Corporativa Nacional basada en experiencias fascistas italianas. Esta organización tenía una estructura piramidal: como célula primaria el comité paritario, con carácter jurídico de institución de derecho público; el segundo peldaño, las comisiones mixtas provinciales y finalmente una representación igual de patronos y obreros, siendo el presidente de nombramiento gubernamental. Su función era solucionar posibles conflictos y determinar las condiciones de trabajo. Esto lo aprovechó la UGT para extender su actuación y ampliar el número de sus afiliados.
La Caída de la Dictadura
La oposición a la Dictadura estaba integrada por buena parte de los líderes de los viejos partidos turnistas, los republicanos, los comunistas y anarquistas, algunos del ejército y la casi totalidad de los intelectuales. Los Republicanos organizaron la llamada Alianza Republicana, que logró unir a diversas facciones del movimiento y desarrollar una campaña propagandística. Muchos intelectuales como Ortega y Gasset, Unamuno, Blasco Ibáñez, etc. eran muy críticos con el régimen y en 1924 redactaron un manifiesto con más de 100 firmas en contra de su política cultural. El relativo consenso inicial que había tenido el golpe de Estado entre las clases conservadoras a cambio del bienestar económico fue resquebrajándose a raíz de la crisis de 1929, con sus consecuencias para los obreros y campesinos. En el ámbito militar, Primo se vio afectado por varios golpes de Estado en 1925 y 1929 y se dio cuenta de que no contaba con el apoyo de los capitanes generales al ser incapaz de conciliar las distintas facciones monárquicas civiles y militares y no poder garantizar un sistema constitucional, por lo que Alfonso XIII, para no desprestigiar a la monarquía, retiró la confianza a Primo, que dimitió en 1930.
El encargado de sustituirle fue el general Berenguer y, al ir tan lento el retorno a la normalidad constitucional, se vio afectado por la oposición y la opinión pública, que denominaron a su mandato: dictablanda.
La oposición comenzó a organizarse y los republicanos, los catalanistas de izquierda y el PSOE acordaron la firma conjunta del Pacto de San Sebastián, por el que se comprometían a proporcionar una alternativa a la monarquía. Esto les llevará a constituir en un futuro un gobierno provisional que sería la futura república.
En 1931 se constituyó el último gobierno de la monarquía presidido por el almirante Aznar, que asumió el compromiso de convocar elecciones, empezando por las municipales, y de darle a las Cortes un carácter constituyente. Alfonso XIII se había comprometido excesivamente con la Dictadura y las elecciones municipales se presentaron como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía.